MI ÁNGEL, MI INSPIRACIÓN /Jang Keun Suk♥️

CAPÍTULO 12

A sólo casi un metro de distancia, se miraron por un par de segundos sin saber exactamente cómo reaccionar, Suk simplemente clavó su mirada en esos ojos color miel que lo miraban detrás del cristal de las gafas, sintió una corriente recorrer su cuerpo como aquella primera vez que los miró cuando ella lo tiró al piso y cayó sobre él.

Ella por su parte lo veía con ojos de sorpresa, la boca entreabierta y el corazón galopando a mil por hora, la imponente figura del hombre, su mirada penetrante observándola como si quisiera escudriñar en lo más profundo de su ser, ¿con qué intención?, no tenía la más mínima idea, sólo sabía que era hipnotizante la sensación de tener esos ojos sobre ella. Hasta que, sin saber cómo enfrentar la extraña situación, salió de su trance, se levantó de la roca y decidió salir de ahí sin decir una sola palabra pero apenas dio tres pasos y sintió una mano sujetar su brazo deteniéndola, lo cual hizo el corazón de ambos detenerse abruptamente ante el inesperado gesto que ninguno de los dos se esperaba, porque sí, Suk también se sorprendió de haberlo hecho. Retiró su mano tan repentinamente como la había puesto, ella lo miró de frente sin recuperar el aliento todavía, él sin saber qué hacer abrió la boca como para decir algo pero nada salía, hasta que observó y reconoció lo que ella sujetaba en una de sus manos, algo que lo salvó del incómodo silencio.

- ¿Tú lees mis libros? -dijo arrebatándole el texto en un hábil movimiento y observando detenidamente la portada con algo de curiosidad.

- E-eso no es de su incumbencia, por favor devuélvame eso -respondió en un tono apenas audible y recuperando el libro.

- ¿Tú sabías quién era yo? -preguntó retirando la mirada del libro y mirándola a ella con las cejas levantadas en espera de una respuesta.

- Emm... yo –quiso responder algo pero su mente estaba en blanco, aturdida ante el repentino encuentro y la cercanía, y aunque él empezaba a mostrarse algo inquieto, ella sólo podía pensar en lo guapo que se veía al mirarlo tan de cerca.

- ¿Lo sabías cierto? –preguntó ya algo irritado y ella sólo asintió lentamente con la cabeza, totalmente nerviosa al tenerlo literalmente a centímetros de ella, tan cerca que ella podía sentir su aliento rozar su cara.

- Lo siento, yo... no quería incomodarlo, pero sí lo reconocí desde la primera vez que lo vi –tragó en seco después de confesar.

- ¿Y bien?, ¿eres una especie de antifan o algo así? –dijo cruzándose de brazos sin quitarle la vista de los ojos.

- ¿Qué?, no, claro que no

- ¡Oh, por supuesto que sí!, seguramente me odias o algo así y por eso me tiraste al piso y rompiste el retrato de mis padres y después de aquel incidente apuesto a que harás lo posible para difundir mi mala fama y decirle a todo el mundo que por mi culpa te despidieron.

Ella siempre había sido una chica solitaria debido a que no se comunicaba mucho con los demás, no solía expresar cuando algo le molestaba, cuando se sentía ofendida simplemente lo pasaba por alto e intentaba olvidar el mal momento. Pero ésta vez sentía que la persona que más admiraba se estaba propasando, ya no era una simple ofensa, era humillación tras humillación y puede que las dos primeras veces se lo mereciera por torpe, sin embargo, ahora la estaba culpando de algo que ni siquiera se le había pasado por la cabeza, estaba siendo muy injusto y ella empezó a sentirse molesta. Con voz suave pero segura ella se defendió.

- ¿Usted se está oyendo?, ¿cómo puede siquiera imaginarse que yo haría algo así?

- ¿Vas a negar que esas son tus intenciones?

- ¡Por supuesto que lo niego! –exclamó ella, a lo él abrió los ojos sorprendido ante la nueva actitud de la muchacha –Si no me gustaran sus obras ni me molestaría en leerlas, si usted me cayera mal y yo fuera su "antifan" como dice, la verdad es que lo ignoraría completamente, y definitivamente no gastaría mi tiempo y energía tratando de hacerle mala fama, ¿quién le hizo tanto daño como para que desconfíe así de las personas?