CAPÍTULO 26

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Esa semana pasó muy rápido para Paola, habían quedado en salir el fin de semana, lo que a ella la tenía ansiosa porque le agradaba la idea de volver a verlo. Su lunes empezó siendo diferente a todos los demás, porque durante su mañana laboral se sorprendió ella misma distraída, con una sonrisa boba y la mente suspendida en el recuerdo de cierto galán de ojos rasgados y sonrisa brillante, eso fue suficiente para iluminar su día, pero no fue todo, ya que al salir del local se topó con el protagonista de sus pensamientos de pie y apoyado en un poste de luz. Ella desvió la mirada en un intento de disimular su sorpresa, pero en cuanto regresó la vista al frente él estaba a dos pasos de ella.

- ¿Qué fue eso, ahora te teletransportas? –dijo con el corazón acelerado

- Ojalá pudiera teletransportarme, así podría presentarme ante ti a voluntad en cualquier momento –dijo mirándola fijamente, con esa voz profunda tan propia de él, a lo que ella no supo cómo reaccionar.

- ¿Ahora me estás coqueteando? – respondió ella sonriente como si sus palabras no le hubieran afectado

- ¿Tendría lógica no coquetear con una mujer como tú?, ¿qué hombre en su sano juicio se privaría la oportunidad de acercarse a ti?

- ¿Hablas en serio? hasta hace poco no me soportabas –dijo en un dulce reproche

- ¡Ya Paola! –rogó con un puchero –ya admití que fui un idiota y me odio por haberte hecho llorar, ¿no me vas a perdonar? –Paola rió

- Es increíble cómo puedes pasar de ser un galán seductor a ser un niño chiquito haciendo un puchero.

- ¿Ahora te burlas de mí? –dijo indignado

- Ya, no te enojes que sólo quise jugar un poco contigo.

- No me enojo, ¿puedo acompañarte?

- Claro –y tomó el brazo que él le ofreció como buen caballero

Conversaron durante el camino, sobre cosas triviales, gustos y preferencias, bromearon y rieron. Para ambos el estar juntos resultaba agradable, era muy diferente a como fue al principio, ahora la tensión se había ido, entre ellos se podía sentir cierta química que iba en aumento sin que ninguno pudiera evitarlo. Suk quería volver al pasado y darse un golpe por haber sido tan idiota, por su actitud todo ese tiempo se había perdido de esa bonita sensación que se desataba en su pecho cada vez que estaba cerca de la rubia, cada vez que la veía sonreír o sus ojos se encontraban con su mirada. La acompañó hasta su casa, le hubiera gustado que el camino fuera más largo para seguís disfrutando de su presencia.

- ¿Puedo verte mañana?

- Supongo

- Vendré a verte entonces

- Ok

No se esperó que antes de salir huyendo cual adolescente enamorado, Suk le diera un suave piquito en los labios y saliera disparado de ahí, le pareció tierno y sonrió, esa semana fue así para ambos, él la esperaba a la salida de la cafetería y la acompañaba hasta su casa, le daba un piquito y se iba con el corazón dando brincos de alegría.

*

No era muy diferente con Yong Hwa y Alejandra, habían intercambiado números de celular, quedaron de verse para cenar en un lindo restaurante, donde comieron algo ligero y se conocieron mejor conversando. Salieron tomados de la mano, ella estaba preciosa con su pelo suelto y su vestidito violeta, a paso lento conversaban y reían, se sentaron en la banca de una plaza, Yong Hwa se quitó el abrigo y se lo puso sobre los hombros, por un largo momento se miraron y se perdieron mutuamente en su mágica conexión, la distancia se redujo a nada y ahí estaban ellos dos, entregados a un dulce beso en el que sus labios se acariciaron. El beso se hizo un poco más intenso, la lengua de Yong Hwa se aventuró a tocar los labios de la muchacha como pidiendo permiso, ella accedió abriendo ligeramente la boca y sus lenguas se conocieron en un cálido y lento vaivén. Cuando el aire hizo falta se separaron y se miraron ruborizados y con la respiración agitada.

MI ÁNGEL, MI INSPIRACIÓN /Jang Keun Suk♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora