MI ÁNGEL, MI INSPIRACIÓN /Jang Keun Suk♥️

CAPÍTULO 2

Ella abrió la puerta de su pequeño departamento, totalmente exhausta después de un largo día de trabajo, vio que todo estaba tal cual lo había dejado en la mañana, por lo que en seguida supo que su padre no había llegado, se dirigió a su cuarto, dejó su mochila sobre una silla, se quitó los zapatos que ya la estaban torturando y se lanzó sobre su cama dispuesta a disfrutar de su suavidad por un momento. Se quedó mirando al techo por unos segundos hasta que otra vez vino a su mente su padre, sacó el celular de su bolsillo y marcó, sonó varias veces hasta que la voz mandó la llamada al buzón, volvió a marcar con el mismo resultado.
- ¿Dónde estás papá, otra vez bebiendo? – dijo soltando un suspiro
Marcó otro número y ésta vez contestó una voz de lo más alegre y jovial con música alta de fondo.
- ¡Pequeña saltamontes!, ¿eres tú?, ¿pasa algo? – le dijo la voz casi gritando
- No Ale, yo estoy bien, ¿andas de fiesta otra vez?
- ¡Es viernes y el cuerpo lo sabe! – y su amiga soltó una risita traviesa
- Está bien pero no exageres, no quiero verte mañana lamentando haber besado a alguien que ni conoces – dijo sonriendo
- ¡No te preocupes, besaré al más guapo así no tendré que arrepentirme! – otra risa
- Tú no tienes remedio, estás más loca que una cabra – dijo moviendo la cabeza
- ¡Prefiero estar loca que aburrida!
- ¡Aburridos tus calzones! –dijo con un falso enfado
- ¡Los tuyos parecen de anciana! –respondió riendo y colgó.
No era para nada fea, tenía una hermosa piel clara e hidratada, pelo largo, rubio y sedoso, piernas largas, una figura esbelta, enormes ojos color miel, labios carnosos y una voz suave y encantadora. Pero toda aquella belleza quedaba cubierta por aquella ropa ancha y anticuada, prendas que parecían secuestradas del clóset de su abuela, incluyendo unas enormes gafas redondas que terminaban por darle es aspecto de un saltamontes.
Así era Paola por fuera, nadie la notaba y para ella eso era bueno, prefería no llamar la atención y pasar desapercibida, era demasiado tímida para socializar y en lo posible intentaba no hablar con desconocidos, su única confidente era su amiga Alejandra, que irónicamente era lo contrario a ella, alegre, de carácter fuerte y siempre al último grito de la moda. Los días de Paola se los pasaba trabajando en un hotel haciendo la limpieza y cuidando de su padre que casi siempre estaba ausente porque se daba demasiado a la bebida después de la muerte de su esposa, demás está decir que ella era la que pagaba las cuentas y la renta del pequeño departamento en donde vivían.
No todo era malo, el hotel donde trabajaba siempre estaba repleto gracias a la afluencia de turistas, era una ciudad pequeña pero tenía muchos lugares bellos para visitar además de lujosos hoteles, era cálido durante todo el año, estaba rodeado de tropicales selvas y refrescantes cascadas, era el lugar elegido por muchos extranjeros y gente del mismo país para para pasar sus vacaciones lejos de las ruidosas y enormes capitales.
Pensarán que su vida era de lo más aburrida, pero ella tenía un rincón solitario donde su mente podía viajar por el mundo sin tener que salir de su habitación, sus libros lo eran todo para ella, eran su refugio, su alegría y su escape de la realidad hacia el mundo de la fantasía y la libertad. Tenía libros de muchos autores, pero había uno que tenía un lugar especial en su corazón, Jang Keun Suk era sin lugar a dudas el mejor de todos para ella, cada vez que se sumergía en sus historias tenía una sensación indescriptible, como una conexión con los personajes, como si ella misma fuera el personaje, como si viviera en carne propia cada escena y como si pudiera al mismo tiempo ver al escritor vaciando su corazón en cada página que llegaba a sus manos.
Leer sus novelas con temáticas fuera de lo común siempre lograban sorprenderla y atraparla, aunque últimamente había notado que sus obras denotaban melancolía y pesar, una extraña sensación de vacío y pérdida en cada final.