Llegó el lunes y otra vez ella corría hacia el hotel donde trabajaba, iba a todas prisas porque se le había hecho tarde por haberse quedado dormida. La noche anterior tuvo problemas para conciliar el sueño, estuvo pensando en lo que había visto, recordaba con claridad cada rasgo suyo, cada movimiento, vestido de blanco y con aquellas facciones en su rostro que, aunque triste, lo hacían ver sereno, etéreo, casi irreal.
Su pelo negro algo desordenado con la frente parcialmente expuesta, sus cejas perfectas, sus ojos cafés de mirada profunda y melancólica, su nariz perfecta, sus labios carnosos y delicados, mandíbula varonil pero de suave delineado, su cuello y su pecho generosamente visibles por la camisa desabotonada. Su aire gallardo y su caminar elegante, todo en él parecía ser de otro mundo, como si fuera... un ángel.
Lo soñó despierta repitiendo aquella escena una y otra vez como disco rayado, cuando por fin logró quedarse dormida lo volvió a soñar, despertó sobresaltada viendo que se le había hecho tarde, le preparó a su padre un desayuno simple, café cargado y emparedados de jamón con lechuga y tomate. Se arregló como pudo, apenas tomó un poco de café y salió corriendo.
- Parece que la pequeña saltamontes se quedó dormida –dijo una compañera de trabajo que se llevaba muy bien con ella.
- Buenos días Diana, ¿cómo amaneciste?, yo también estoy feliz de verte –dijo sarcásticamente mientras se ponía el uniforme para empezar con su jornada.
- Parece que alguien amaneció ácida, ¿otra vez tu papá? –le dijo tomando su cara con ambas manos y mirándola de frente.
- Pues..., sí y no
- ¿Eh?
- Te contaré luego, ahora vayamos a trabajar antes de que nos regañen –dijo poniéndose el delantal
- Lamento decirte que ésta vez tendrás que limpiar las habitaciones del último piso, Itzel tuvo un problema y solicitó vacaciones adelantadas para poder resolverlos.
- ¿El último piso?, ¿por qué yo?, son las habitaciones más lujosas, vi que sólo niños ricos estirados y presumidos reservan esas habitaciones, ¡son insoportables!
- Lo sé Pao, pero esas son las instrucciones, ¡pero hey!, mira el lado positivo, dan buena propina.
- Está bien, iré al último piso y limpiaré los desastres de aquellos estirados –dijo suspirando y saliendo desanimada.
No es como si ella no tuviera aspiraciones, soñaba con terminar su carrera de psicología, pero apenas había terminado tres semestres y su padre se había metido en problemas financieros, dejó la universidad con la esperanza de ahorrar lo suficiente para retomarla. No perdía las esperanzas y trabajaba pensando en que su esfuerzo valdría la pena.
Se pasó la mañana de habitación en habitación, haciendo el aseo como todos los días hasta que... llegó a ese lugar donde parecía haber pasado un tornado; botellas vacías de diferentes bebidas alcohólicas, ropa y objetos personales regado por el piso y manchas sobre la alfombra. La única persona que ahí la recibió era un hombre alto, fornido y con claros rasgos asiáticos, salió con una camisa gris abierta, el cabello corto mojado, señal de que había tomado un baño, pantalones casuales de color negro. No pudo evitar recordar la escena del día anterior cuando vio a su escritor favorito en aquél claro del bosque, él también era asiático, pero la diferencia era que éste hombre tenía facciones más duras y definidas, su piel un tono más oscura y su mirada denotaba una seguridad arrolladora.
Se lo quedó viendo por un par de segundos, para luego mirar el desorden a su alrededor.
- Siento mucho el desorden, tuvimos una reunión y no terminó muy bien –dijo como si adivinara sus pensamientos, parecía muy rudo pero su voz era amable y animada.
- N...no hay problema, estoy aquí para eso –dijo Paola poniéndose manos a la obra, sintiéndose algo cohibida al ver el torso bien trabajado que estaba al descubierto.
- Bueno, hasta luego –dijo el fornido a la vez que tomaba sus llaves y salía de ahí
Ella muy extrañada y preguntándose qué fue lo que podía haber pasado ahí se puso a recoger las botellas, cambió las sábanas y aspiró la alfombra. Ya todo estaba en orden y lo único que le faltaba era sacar la basura cuando algo le llamó la atención, en el bote había una fotografía rota por la mitad, sacó ambos pedazos y vio que se trataba de una bella chica asiática, miró el reverso y tenía una fecha y un nombre "Kim Ha Neul".
¿Kim Ha Neul?, ¿dónde había visto ese nombre?
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MI ÁNGEL, MI INSPIRACIÓN /Jang Keun Suk♥️
FanfictionJang Keun Suk es un famoso escritor al que rompieron el corazón, de repente sus libros sólo cuentan historias tristes, viaja a latinoamérica para huir de la presión y la tristeza, ahí conoce a una bella rubia que es muy descuidada con su aspecto, pa...