Suk no conciliaba el sueño, daba vueltas en su cama intranquilo, ya había intentado de todo, desde tomar un té relajante, respirar profundamente, buscar una posición cómoda, abrazar su almohada, hasta contar borreguitos. Se supone que había viajado tan lejos para escapar de la tensión y el estrés, pero no, ahí estaba él, todo estresado porque uno de sus amigos había dejado de hablarle, él sentía la peor porquería y tenía la conciencia arañándole por dentro; todo por una torpe muchacha que lo había sacado de sus casillas y había perdido su trabajo por la queja que él había puesto.
Al principio quiso hacerse el desentendido, tratando de mentalizarse que ella se lo merecía y que no era su problema, pero su corazón, naturalmente noble, no tuvo un minuto de paz en toda esa semana, habían pasado los días y su conciencia le repetía sin tregua que había sido un idiota impulsivo y que por su culpa aquellos ojos bonitos que habían logrado ponerlo nervioso tal vez ahora estarían llorando.*****************
En otro lado de aquella pequeña ciudad, una mesera atendía a unos clientes medio ebrios en una discoteca, era viernes por la noche y era su primera noche como empleada de aquél concurrido lugar, bajo la atenta mirada de su jefa, la cual sonreía por lo incómoda que la veía. Resulta que debía llevar uniforme y no cualquier uniforme, sino uno muy ceñido a su figura, su jefa le había dicho que por ser parte del contrato ella debía vestir como las demás meseras, cosa que a Paola le costaba mucho porque estaba acostumbrada a usar ropa holgada y anticuada, en el hotel también usaba uniforme, pero eran prendas muy discretas, nada que ver con los ajustados pantalones rojos, blusa ceñida con escote y tacones que ahora usaba, se sentía totalmente incómoda.
No todo era malo, los nuevos compañeros de trabajo simpatizaron con ella desde que la presentaron como la nueva, les parecía adorable por lo tímida que era y la apoyaban enseñándole todo lo que necesitaba para hacer bien su trabajo. Johanna era la que más le hacía conversación, ella le arregló el pelo rubio en una bonita coleta al costado, le prestó un par de pendientes y le puso algo de maquillaje y algo de color en los labios, era una discoteca y debía lucir atractiva pero seria para los clientes, para que les guste la atención pero tampoco se propasaran. Lo único que no pudo quitar de su apariencia fueron sus gafas, porque sin ellas no podía ver bien, así que, aunque estaba satisfecha con lo que hizo, se tuvo que resignar a dejar los feos lentes en su lugar, opacando los bellos ojos que había detrás.- ¿En qué piensas Pao? -preguntó Johanna en un momento en que descansaban en la barra mientras nadie hiciera un pedido todavía.
- No es nada, es sólo que me siento rara con esta ropa y éste lugar – respondió acomodando sus lentes.
- ¿Nunca estuviste en una discoteca?, ¿nunca te has vestido así?
- La verdad… sólo una vez, pero quiero hablar de eso, fue la peor experiencia de mi vida.Entonces vieron a un hombre joven levantar la mano mirándolas en señal de que necesitaba algo, Johanna inmediatamente fue a atenderlo, bajo la atenta mirada de Paola que observaba muy detalladamente para aprender y entender mejor el trabajo. No había sido fácil para ella, después de que la regañaran y la despidieran, se sintió devastada, no sólo porque se sentía avergonzada por los incidentes, ¿porqué se comportaba tan torpemente de repente?, ella siempre había sido muy eficiente con su trabajo y desde que Suk llegó no pudo concentrarse más en sus quehaceres, pero lo que más la abrumó fue que esa persona que tanto admiraba la hiciera sentir como si fuera una inútil total, esa persona que ella consideraba amable e inspiradora había aparecido en su vida para gritarle que era una niña torpe. Después de todo ese lío, lo único que ella quería encerrarse en su cuarto, enterrar la nariz en la almohada y no salir más, pero necesitaba trabajar, no tuvo opción más que presentarse en su nuevo empleo y no sólo eso, también tenía que buscar otro en horario diurno para reemplazar el que acababa de perder.
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Medio desvelado, Suk decidió ir a caminar para despejar un poco su mente, se dirigió a aquel sitio donde había encontrado algo de tranquilidad, el bosquecito sobre la colina. La brisa mañanera era refrescante y los rayos del sol todavía no se asomaban, se acercó al claro donde la última vez se desahogó rompiendo la carta de Ha Neul. Se detuvo en seco cuando vio a aquella muchacha sentada sobre una enorme roca, totalmente concentrada en un libro abierto entre las manos, llevaba un abrigo holgado al igual que toda su ropa, pasaba las páginas con la mirada fija en ellas, lucía apacible con el pelo suavemente acomodado a un costado de su hombro, lo cual era nuevo para él ya que siempre que la veía tenía el cabello recogido. Apreció la piel clara y tersa de su rostro y tragó saliva al fijar su vista en los bonitos y al parecer suaves labios que se mantenían cerrados en un lindo gesto de total concentración. Se acercó despacio para no asustarla pero notó su presencia cuando sin querer pisó una ramita seca y ella dirigió su mirada a donde él estaba, directamente hacia sus ojos.
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Es cortito, lo sé, pero las compensaré subiendo otro capítulo mañana. Amo sus votos y comentarios, gracias hermosas. Besos para todas🌹
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MI ÁNGEL, MI INSPIRACIÓN /Jang Keun Suk♥️
FanfictionJang Keun Suk es un famoso escritor al que rompieron el corazón, de repente sus libros sólo cuentan historias tristes, viaja a latinoamérica para huir de la presión y la tristeza, ahí conoce a una bella rubia que es muy descuidada con su aspecto, pa...