Lo primero que veo al llegar es una Miranda corriendo a abrazarme.
-Mi bebé, al fin en casa.
-Sí, extrañaba este lugar.
-Estás gigante, ¿Comiste bien? Estás más delgado.
-Todo genial Mi, no me he saltado tus reglas.
Ella ríe y yo sonrío.
Paso a papá que me da un abrazo.
-Me alegro que estés aquí, La hermana de Ana, Olivia, está en casa. Ella ha escuchado mucho de ti y es muy unida a su hermana. Está preparando una comida genial para la celebración y su hija también está, debes conocerlas. Te caerán genial.
-No puedo esperar- hablo con una enorme sonrisa feliz de que mi padre tenga una mujer a su lado después de mucho tiempo, aunque yo siga con la idea de seguir soltero me alegra que él haya conseguido amor por una relación.
Alejandro y yo hacemos el tonto saludo que hemos tenido siempre y terminamos riendo, mucho.
-Un clásico amigo, te extrañé- habla al terminar de reír.
-Yo igual.
Papá me informa que Rayan anda comprando alguna golosina en la cafetería del aeropuerto, por lo que nos vamos hacia allá, pero nos lo topamos a mitad del camino.
- ¡Mira quién llegó! –Me atrae a un abrazo.
-Vamos a casa que tengo mucha hambre y ganas de conocer a la mujer que trae a mi padre con la baba en el suelo.
-Exagerado.
Lo escucho decir detrás mío y de Rayan, yo río caminando detrás de ellos hacia el auto que no queda muy lejos y entramos en marcha hacia mi hogar- del cual me tendré que mudar en breve- que a diferencia a Costa Rica quedan muy cerca el aeropuerto y la casa. Por fin volví.
No puedo aguantar por lo que apenas llegamos bajo del auto hacia mi hermosa casa. Toco el timbre y me abre una señora con sonrisa dulce, tiene unos ojos color café claro y pelo castaño. Es algo alta y no parece de la edad que mi padre dijo que tenía, sino más joven.
-Al fin conozco al hijo del que tanto ha hablado Brayan, es un gusto y espero que nos llevemos muy bien.
-Lo mismo digo, un placer- ella me ofrece la mano y yo se la tomo en una forma cordial de saludo.
Tengo la vaga sensación de que se me parece mucho a una persona, pero quito ese pensamiento al no dar con ella exactamente.
-Ven, te quiero presentar a mi hermana y sobrina- la sigo hacia la cocina- la cual es igual que hace cinco años- en donde se encuentra una señora demasiado parecida a su hermana, solo que no veo a la hija que han mencionado anteriormente.
Ana procede a hacer las presentaciones con Olivia y ella me da una sonrisa. Me dice que la hija anda en el baño y que debe volver en un segundo... y en efecto, vuelve, pero yo la conozco...muy bien, y está muy cambiada.
¡Oh Dios mío! De repente no sé qué hacer ni pensar, volteo a ver a Alejandro y el muy idiota está aguantando la risa ante mi reacción, vuelvo mi vista hacia ella que está igual de sorprendida y vuelvo a Alejandro preguntándole con la mirada si es a lo que él asiente.
- ¿Stephanie?
- ¡Wow, Kevin! Tantos años, nunca sospeché que fueras el hijo de Brayan.
- ¿Se conocen? - Bueno, debo admitir que es una pregunta tonta de parte de Olivia, pero aun así yo asiento en afirmación.
Lo impactante no fue ver a Stephanie como sobrina de Ana, si no, que está mucho más hermosa.
Nos quedamos viendo fijamente a los ojos, los demás siguen hablando, pero ya no los escucho. Me siento extraño, en estos momentos todos mis muros se fueron abajo. La voz de mi amigo me trae de vuelta, y me siento tan tonto, en todo lo que resta del día no paro de observarla, y de tratar de conversar con ella. Es extraño porque no solo me atrae lo hermosa que es, sino su personalidad y madurez, no se parece en nada a la chica acosadora que conocí en el pasado. Ella todavía conserva su chispa de infantil que la hace única, pero en su faceta adulta me cautivó.
Después de un rato subo a mi habitación a cambiarme y me quedo pensado, ¿Dónde quedaron mis promesas?
Vuelvo a ver a Alejandro que subió conmigo:
- ¿Sabías? –es mi pregunta para Alejandro una vez cerrada la puerta. Él solo se digna a asentir caminando hacia mi cama en la que se pone cómodo. - ¿No pensabas decirme?
-Como lo ves, no. Quería ver tu reacción. –Maldigo en español a lo que él me recuerda que también habla ese idioma por lo que sonrío y le digo una palabra que sé que no va a entender porque es muy tica y es justo lo que sucede.
Hay un toque a la puerta seguido de la voz de papá.
-Hijo, baja a despedirte. Olivia y Stephanie ya se van, Alejandro se queda esta noche.
-Ya vamos papá.
Miro unos segundos más a el muchacho que ha sido mi mejor amigo por años planteándome si decirle o no, pero no lo soporto más.
-Creo que me gusta Stephanie- digo y salgo de la habitación, escucho que Ale viene detrás de mí, pero no me alcanza a tiempo.
Me despido de ellas, y de Miranda y Rayan, que deciden irse a su casa para que la pequeña Luz durmiera más a gusto. Llevo mucho tiempo sin verla, es normal que no esté acostumbrada a mi presencia. Siento la mirada de un muy insistente amigo que ignoro por no querer hablar de lo que confesé hace un rato atrás. Cosa que no puedo seguir evitando cuando cae la noche. Él cierra la puerta con seguro y camina por todo el lugar comenzando a hablar.
-A ver amigo, ¿Cómo te explico esto? Tú siempre estuviste enamorado de ella, pero ahora pasa que decides pensar con el corazón y lo ves, pero desde la vez que la rechazaste, al pasar de los días ibas cayendo por su personalidad, aunque la viste de lejos.
-No te entendí.
-Ya, en resumen, amigo, siempre has estado enamorado de ella, solo que hasta ahora te das cuenta.
-Esto no puede ser. Yo no me enamoro.
-Esto sí puede ser. Ya te enamoraste.
El resto de la noche Alejandro me estuvo convenciendo de mi amor por ella. Algo que yo no comparto.
El problema aparece dos días después en los que hay una reunión familiar de la que no me avisaron y a la que ella sí. Porque mientras yo bajo en pijamas a medio día ella está con unos pantalones de color azul, una blusa blanca, zapatillas perfectamente blancas y en el pelo una cola de caballo alta.
Me quedo quieto observando el escenario, ella me ve aguantado la risa y no puedo evitar salir corriendo hacia mi cuarto. Mi cara se encuentra caliente del sonrojo. No puedo estar más avergonzado.
Una video llamada entra a mi celular, la cual atiendo tratándose de Sofía, ella se encuentra con nuestros otros dos amigos, así que trato de calmarme.
Me relajo un poco hablando con ellos y saltándome la parte de la vergüenza que pasé, duramos al menos una hora y todavía me queda otra en la que puedo vestirme decente y salir... después de dos horas me atrevo a salir con el orgullo por delante para no morir de vergüenza lo que resta de día.
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No se detengan, doble actualización... ;)
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Las dos caras de la moneda [Completa]
Teen FictionKevin es un chico que está terminando su etapa de colegio, que ve a su padre sufrir día a día por un amor, su madre, él no sabe por qué de la situación, pero decide poner una regla: No amar, él piensa que el amor es solo para sufrir y le tiene miedo...