Capítulo #18

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Pienso mucho en si hacerlo o no, esto resulta muy extraño. Nunca pensé estar así por alguna persona y por supuesto nunca imaginé que lo estaría por ella, claro que no. Tengo mi celular en mis manos y abierta la conversación con Stephanie, la que verdaderamente no tiene mucho, unos cuantos mensajes de hace bastante tiempo. Siento unas ganas muy grandes de abrir una conversación con ella, pero estoy muy nervioso sobre ello.

¡Hola! ¿Cómo estás?

No, lo borro. Es algo muy básico.

¿Todo bien Stephanie?

Lo vuelvo a borrar

¿Cómo estás? ¿Sabes quién soy?

Lo vuelvo a borrar, ¿Cómo puede esto ser tan difícil?

Decido que vuelvo a escribir el primer mensaje, pero no sé si enviarlo aún, mi mente no da para tantas emociones. Será muy complicada esta etapa, no quiero pasar por esto, no debo pasar. Me rehúso.

No, no le envío nada, me prometo olvidarme de esto. Si me siento así con tan poco, no me quiero imaginar lo que se sentirá después. Debo bloquear estos sentimientos.

De pronto suena mi celular y me sobresalto, tengo una llamada entrante de Sofía, por lo que respondo y aparece ella muy cerca de la pantalla.

-Pero ¿Qué te pasa? - hablo riendo, ella también ríe alejándose para ya estar en una posición decente en la que me ve con un raro brillo en los ojos.

- ¿Te acuerdas de Fernando? - Asiento y continúa- Bueno, se me ha declarado de una forma muy romántica y ahora no sé qué debo hacer.

- ¿Y me dices esto porque...?

- Necesito tu ayuda- ya eso lo ha dicho en forma de broma, así que vuelve a reír – No, solo quería informarte para luego agregar a los chicos que ya saben y entonces ellos si me ayudarán con la situación.

-Bueno, muchas gracias por eso.

Ella agrega a la llamada a Mateo y Julio. A partir de eso la conversación se llena un poco de cosas rosas, hago todo lo posible para no interesarme en ello- cosa que no logro del todo- luego de eso la conversación toma un rumbo con el que me siento mucho más cómodo y en el que participo mucho más.

En algún momento llega Alejandro a mi habitación y se une a la conversación con nosotros, pasamos horas y horas hablando y riendo. No puedo pasar mejor el rato que con ellos. En algún momento suena mi puerta seguido de mi padre pidiendo permiso para entrar, al decirle que sí, lo hace.

-Hola muchachos, necesito que bajen a ayudarme con la cena que tengo mucho trabajo.

-Claro, bajamos en unos minutos.

Él sale de nuevo y yo pongo mi atención de nuevo hacia la llamada en donde están mis amigos.

-Bueno, lo escucharon, debo irme.

-Sí, nos vemos pronto bebé- dice Sofi.

Me termino de despedir y termino la llamada, suspiro con pereza y vuelvo a ver a Alejandro, él me devuelve la mirada por unos segundos para levantarse y estirarse, imito su acción y suspiro con pesadez.

-Samantha va a venir, Brayan la invitó, es ahora como su tradición invitar cada quince días a la familia a cenar.

-Con familia te refieres también a...

-Sí, Stephanie también.

Maldigo en lo bajo y al ponerme zapatos bajo con un poco de mala gana a la cocina, Ana, que se encuentra allí picando unos vegetales levanta la mirada y me sonríe dulcemente.

-Gracias por ayudarme, lávame esto y Ale, saca la carne y la pones a descongelar.

Obedezco lavando unos cuantos utensilios y seguido enciendo la mini parrilla que está en la cocina para la carne, cierro la puerta para que se concentre bien el calor y para que no se llene de humo toda la casa, Alejandro alista la carne para meterla en la parrilla  y Ana prepara algo que no sé qué es, pero se ve demasiado rico para el postre.

El timbre de casa suena y como mi labor ha terminado me dirijo a abrir, con los nervios de punta, al poder tratarse de Stephanie, pero rápidamente me tranquilizo al ver que es Samantha, le sonrío dejándola pasar.

-Hola Kevin, ¿Dónde se encuentra Ale?

-En la cocina haciendo la carne.

-Genial- dice y comenzamos a caminar hacia donde se encuentran ellos. Pero me toca devolverme porque de nuevo han tocado el timbre de casa, esta vez se trata de Miranda, Rayan y Luz, por lo que hay un saludo un tanto más largo para luego pasar hacia la cocina de nuevo.

Miranda comienza a ayudarle a Ana, y Rayan a Alejandro, genial, ahora no tengo nada que hacer, o eso pienso antes de ser llamado por mi padre desde su despacho.

-Hijo, necesito tu ayuda.

- ¿SÍ?

-Hoy le tengo una sorpresa a Ana, pero no ha llegado, así que en unos minutos necesito que vayas a por ella para que no sospeche y los guíes hacia la parte trasera en total silencio, ¿puedes?

- ¿Y esto por qué?

-Bueno, en dos días es su cumpleaños, pero no puedo celebrarlo por trabajo, así que le traje la sorpresa aprovechando la comida de domingo.

-Hablando de eso... ¿Por qué no me avisaste que reunías a la familia cada quince días?

-Se me escapó -Hay algo de diversión en su mirada.

Ruedo mis ojos y bajo de nuevo dejando a mi padre atrás, después de unos minutos baja él también.

Estoy esperando a que llegue el regalo para Ana, pero este nunca llega, es ahí cuando llaman a papá para avisarle que se van a atrasar un par de horas más por un accidente en la carretera, eso puso a mi padre muy nervioso, demasiado.

Me llamó unos segundos al despacho y me expresó el cómo se sentía y el miedo que tenía de que no llegara, luego de tranquilizarlo bajamos y ahora estamos sentados hablando. Pasa una media hora más para que vuelva a sonar el timbre de la casa, pero esta vez sí es Stephanie y sí estoy nervioso, tanto que me puse a actuar un poco torpe.

Bueno, bueno, bueno... Ahora si se va a poner bueno esto.

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Las dos caras de la moneda [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora