Capítulo #11

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Hay un toque en mi puerta que acaba por despertarme, me estiro un poco para luego ponerme de pie e ir hacia la puerta y al abrirla me encuentro a papá con semblante serio, eso me alarma un poco

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Hay un toque en mi puerta que acaba por despertarme, me estiro un poco para luego ponerme de pie e ir hacia la puerta y al abrirla me encuentro a papá con semblante serio, eso me alarma un poco.

- ¿Qué pasa papá? - pregunto, él enarca una ceja y luego habla.

-Alonso está aquí y solicita de tu presencia.

- ¡Vaya!, pero qué formalidad- le digo yo riendo a lo que él me sigue, camino hasta la pequeña mesa que hay al lado de mi cama para así agarrar mi celular y enseñarle los mensajes que recibí a Alonso.

Bajo junto a papá escuchando como quería parecer serio como en las películas de misterio y todo eso. No puedo evitar reír de las ocurrencias de mi padre a la vez que seguimos avanzando hasta llegar a la sala en donde están todos.

-Necesito que veas algo-todos me ponen atención, dirijo mi mirada hacia el policía que vino junto a el padre de mi amigo. No pensé que implicaría más policías, supongo que entre más mejor. Sacudo mi cabeza para caminar y cuando estoy en medio de los dos policías procedo a buscar las capturas, ya que el número y los mensajes han sido borrados.

Ellos los leen detenidamente, después nos dan indicaciones y nos recuerdan que debemos contratar guardaespaldas lo más antes posible; ellos hablan sobre los procedimientos que debemos hacer para atrapar a la mujer que se decía llamar amiga de mi madre y al hombre que la ayuda.

Mi padre dice todo lo que sabe de ella y hasta la antigua casa de mi madre, después de todo el comprador fue anónimo y debemos tener todas las pistas que nos puedan llevar a ellos.

-Brayan, llama a la compañía de guardaespaldas.

- ¿Tienes el número? - el otro policía asiente y busca su teléfono, ellos hablan y hablan, pero sinceramente no les pongo atención. Bostezo un poco, tengo mucho sueño y creo que ya no podré estar despierto mucho tiempo más.

Vuelvo a bostezar, ésta vez llamando la atención de mi padre y Alejandro.

-Hijo, tienes unas ojeras terribles, deberías ir a dormir un poco- una vez más bostezo ganando ahora que mis ojos lagrimeen con esa acción.

- ¿No me necesitan?

-Anda tranquilo.

Me encojo de hombros y camino hacia mi cuarto subiendo las escaleras despacio y demasiado somnoliento.

Me tiro en mi cama y no tardo en quedarme profundamente dormido.

***

Un sonido molesto me despierta, siempre hay algo ruidoso perturbando mi sueño. Me incorporo y miro hacia el celular que suena insistentemente en la mesa anunciando una llamada.

Lo tomo y sin ni siquiera ver quién me llama contesto.

- ¿Sí?

-Te irás a la jodida mierda mocoso- termina la llamada, pero ya me cansé de todo esto, con el ceño fruncido bajo a la sala.

Las dos caras de la moneda [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora