Capítulo #21

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Bueno, hoy es uno de los días en los que viene toda la familia, estoy revisando uno de los mensajes que me han llegado en respuesta al mío sobre los departamentos que he estado viendo, hay uno en especial que me interesa. Es bastante espacioso, está cerca de la casa de mi papá y del departamento de Alejandro.

Hablo con la señora dueña de dicho lugar y pronto me da la dirección junto a la fecha y hora en la que puedo ir a verlo, miro la hora y luego me estiro al ver que ya casi debo bajar, camino hacia el baño y abro la puerta del pequeño mueble que tengo para sacar el gel para peinar.

Ya, al estar completamente listo, bajo las escaleras escuchando las voces de los que han llegado, saludo y me siento en uno de los sofás grandes junto a mi padre.

-Papá, tengo una cita para ver un departamento.

-Ah, ya decía yo que con una chica- se burla un poco, yo por mi parte, ruedo mis ojos.

-Es para mañana, en la tarde, ¿puedes venir conmigo?

-Puede que no. Estamos en unos días ajetreados en la empresa, pero voy a hacer todo lo posible para ir, hijo.

-Genial, le diré a Alejandro.

-Seguramente Miranda se una, sabes como es.

-Claro, me vendrá bien su opinión.

Espero a que ella, junto con Rayan y Ana terminen en la cocina para decirles y cuando finalmente nos sentamos en la mesa les doy la información y les pido compañía, ellos felizmente aceptan.

Después de un rato sentados en la mesa hablando llegan Stephanie con su madre y una niña, la cual, luego de unos minutos me doy cuenta que es su hermana. No tenía idea de que tuviese hermana. Parece de unos diez años más o menos y tiene un parecido muy grande a su hermana.

Esta última está vestida con unos jeans que tienen dobladillo en los tobillos, un crop top blanco y con zapatillas blancas. Se ve hermosa, como siempre. Aparto mi vista de ella y pienso en lo que Alejandro me ha dicho. ¿Debo romper mis propias reglas?

***


Ella se acerca, se está acercando muy decidida hacia mí, me encuentro en la mitad de las escaleras sentado, y noto como Stephanie sube. Alejandro pasa de largo y al verme me guiña un ojo. Ella se sienta a mi lado y se torna un silencio un tanto incómodo. Abre la boca decidida a hablar, pero la vuelve a cerrar. Hago lo mismo.

- ¿Te gusta la cantante Jade West? – Habla al fin, menos mal, porque yo estoy en blanco.

-Sí, la he escuchado. Sus canciones son profundas y al cantarlas siempre da mucho sentimiento.

- ¡Es verdad! Hay muchas que me identifican. Y he oído que vendrá de gira, me preguntaba sí... ¿quieres venir conmigo?

- ¿Y-yo? - ¿Por qué tartamudeo?

-Sí, ¿no quieres? – Ahora tiene una cara muy triste, ¡vaya idiota!

-No, no, no. Si quiero ir. Me encantaría ir contigo a un concierto.

- ¿De verdad?

- ¡Claro que sí! ¿Dónde compro la entrada?

-No, ya las tengo. Mi madre se las ha ganado, pero no quiere ir. Así que pensé que a ti te gustaría.

- ¡Claro! Entonces, ¿Dónde?, ¿Cuándo y a qué hora? ¿Quieres que pase por ti? – Vaya, me siento muy estúpido, nunca he actuado así ante una mujer, pero no es una mujer cualquiera, es Stephanie, la misma que se me declaró hace unos años y a la que le rompí el corazón, la misma que ahora veo cada 15 días gracias a que es sobrina de mi ahora madrastra. Y la misma que me está llevando al borde del vacío, al borde de enamorarme. Ella ríe suavemente y me mira de forma intensa.

-No hace falta, tengo mi auto. Nos podemos encontrar en la entrada del estadio, te mando ubicación y hora más tarde, para confirmar con las invitaciones.

- ¡Claro! –Bueno, en serio no sé lo que me pasa. Actúo pésimo cerca de ella.

La hermanita de ella viene acercándose y al llegar le anuncia que ya se van. Por lo que nos despedimos de forma torpe y nos ponemos de pie para bajar las escaleras, me despido también de Alejandro, su hermana y sus padres, quedamos los tres de nuevo solos.

-Hay pastel en la refrigeradora, si quieren. No es por presumir, pero está delicioso.

Reímos y yo camino a paso rápido hacia la cocina para tomar un poco, mi padre también y nos sentamos ahora en la barra de la cocina y nos deleitamos con el pastel que ha hecho Ana. Está realmente bueno. No me lo puedo creer, esto es un deleite.

Hablamos entre los tres, somos como una familia que ha estado unida toda su vida. Realmente me siento feliz de que mi padre haya encontrado a Ana, ya llevan un año y unos meses juntos, al cumplir ese año se ha venido a vivir a esta casa.

Hablamos de cómo cada vez se acerca más la gran apertura del restaurante en el que Ana ha trabajado tanto, es un sueño que está cumpliendo, al igual que mi padre cumple el suyo al abrir un refugio animal con ayuda de la empresa. Ver a las personas que están a mi alrededor felices, me hace feliz a mí. Al igual que ir a ver el departamento que posiblemente vaya a ser mi propio hogar.

Me despido al terminar la gran charla y el delicioso pastel y voy a mi cuarto para dormir, mañana por la mañana debo ir a ver un departamento que no me entusiasma demasiado y en la tarde el otro que me ha gustado más.

Entro a mi baño, me cepillo los dientes para luego ir a la cama, me quito los jeans y la camisa, me coloco una pantaloneta para luego entrar en mi cama. Miro las notificaciones de mi celular notando que hay un mensaje de Stephanie en el que se encuentra la dirección, la hora y el día del concierto. Le mando una respuesta de agradecimiento. El concierto es sábado, en tres días. Dejo el celular de lado y decido dormir.

Doy una vuelta, doy otra vuelta y luego otra más, no entiendo el porqué de eso si es claro que tengo sueño, en mi mente anda una canción, pero fuera de ello no pienso en nada. Decido que debo ponerme los audífonos y escucharla para poder dormir, pero ahora el problema es que se me vienen imágenes de Stephanie y por el resto de la noche no hago nada más.

Doy más vueltas tratando de dormir, pero ahora, aparte de la canción, tengo imágenes de ella. De nuestra torpe charla el día de hoy, y no puedo evitar preguntarme ¿por qué ella estaba tan nerviosa? ¿Será que le gusto?

No creo que sea eso. Luego de haberle hecho yo lo que le hice en la secundaria no creo que me quiera. Eso es lo que me hace echarme para atrás. Yo le hice algo muy feo hace años por lo que sería muy injusto que después de años llegue yo y le diga que si quiere ser mi novia.

Pero, por otro lado, si su nerviosismo significa que siente algo por mí, perdería una valiosa oportunidad que probablemente en la vida vuelva a tener. Me siento indeciso y al estar seguro que mis amigos costarricenses aún están despiertos decido contarles lo que me pasa.

Ellos deciden molestarme diciendo el "te lo dijimos".

Dejo el celular de lado e intento una vez más dormir, pero hay una nueva notificación, por lo que lo tomo y es un mensaje eliminado de Steph.

Bien, ahora sí que no podré dormir.

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Las dos caras de la moneda [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora