Epílogo

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-Papá tranquilo, no te va a dejar plantado.

-Tienes razón, pero déjenme llamarla.

-Bien- dice Alejandro marcando el teléfono de la casa de papá donde se encuentran las chicas con Ana- te doy cinco minutos.

Alejandro llama y cuando una de las chicas responde le pide que por favor le pase a Ana.

Mi padre no está tranquilo hasta después de la llamada.

Luego de muchas horas estamos en la iglesia esperando que llegue la novia y mi padre está muy inquieto sobre esto.

Ya él se encuentra en el altar mientras que Alejandro, yo y Rayan en la puerta esperando a las damas de honor. No pasa tanto tiempo cuando vemos a Ana con un hermoso vestido blanco y un ramo de sus flores favoritas, detrás de ella vienen Miranda, Samantha y Stephanie.

Mis ojos se quedan en esta última que luce un hermoso vestido turquesa largo con escote en V y de maga corta, tienen un ramo con las mismas flores de la novia, pero más pequeños.

Le sonrío a Ana y la organizadora nos posiciona.

La hermana menor de Stephanie lleva los anillos y al lado de ella se encuentra la hermanita de Alejandro con las flores, detrás de ellas estamos Alejandro acompañado de Samantha, Rayan acompañado de Miranda, de últimos estamos Stephanie y yo.

Justo detrás de mí se posiciona Ana con su padre de un lado y su madre del otro, los tres con una enorme sonrisa en el rostro.

Anuncian nuestra entrada y rápidamente miro hacia el frente y erguido, tomo del brazo a Stephanie y vemos como las dos niñas van felices notando toda la atención en ellas.

-Algún día, tú serás la del vestido blanco y yo el que esté esperando en el altar-le susurro a Stephanie en el oído antes de entrar y la veo sonreír inmediatamente, yo también lo hago.

Caminamos hasta llegar al frente y ahí nos separamos hacia nuestros lugares, abrazo a papá en el camino para luego ponerme al lado de mi mejor amigo y su padre, dos personas muy importantes que han estado ahí para todo lo que hemos necesitado y les hemos ayudado para todo lo que ellos hayan necesitado.

La música para dar entrada a la novia comienza a sonar y todos los que están en la iglesia se levantan, vemos como Ana con una sonrisa que casi divide su cara se acerca hacia el altar, al llegar, sus padres le dan un beso en la mejilla y se sientan dejando a la novia junto a mi papá y el padre a cargo de la ceremonia.

La boda transcurre y yo solo puedo pensar en lo afortunado que soy al tener a mi familia, mi novia, mi carrera terminada y ahora un buen trabajo en el que llevo casi dos meses completos.

Veo a mi padre dar sus votos y luego cuando Ana los da, también veo como ponen los anillos en sus dedos y ver como se besan después de ser declarados "marido y mujer", pasan a firmar, salen y nos vamos hacia el salón de la fiesta.

Estoy junto a mis amigos y novia en una mesa, bromeamos sobre todo en esta vida, también aquí se encuentran Julio, Mateo y Sofía que también crearon lazo con mi padre cuanto estuve estudiando en Costa Rica.

No puedo evitar reír cuando ellos tres intentan enseñar a decir groserías en español.

- ¿Mierda? - repite Tom

-Exacto- habla con orgullo Mateo y yo solo me encuentro riendo junto a Sofi y Julio.

En toda la noche solo le suelto la mano a Stephanie para comer. Llega un momento en el que nos llaman como familia para tomar una foto de todos juntos.

Posamos en una bien y en la otra haciendo el tonto donde al final termino cayendo -ya un poco afectado del alcohol- y se encuentran todos riendo, incluyéndome.

Termina la fiesta alrededor de las doce y media de la noche, vemos como mi padre y su ahora esposa se marchan hacia su luna de miel. Me despido de mis amigos y camino con Stephanie hacia mi auto, ella se ofrece a llevarlo, yo no me niego, y vamos camino hacia mi departamento.

Es una hermosa noche por lo que llevo una cobija acolchada hacia el balcón, nos sentamos en el suelo apoyados de una pared. Paso un brazo por sus hombros y vemos la ciudad iluminada, es una vista preciosa.

El mar suena de fondo y me relajo de lo ajetreado que fue la última semana. Hay un gran silencio entre los dos-que no resulta para nada incómodo-hasta que la dulce voz de Stephanie suena en mi oído.

- ¿Sabes? Estaba pensando...

- ¿En qué? - vuelvo mi mirada hacia ella.

-Lo que dijiste en la iglesia... ¿de verdad nos ves así en un futuro?

-Sí, ¿por qué, tú no? - me alarmo un poco.

-Al principio no, pero me he estado dando la idea y la verdad es que me gusta. No ahora, pero sí en un futuro cercano.

-Te amo- sonríe antes de contestar.

-Yo también te amo.

Nos quedamos un momento más observando las estrellas y luego entramos para ir a mi cuarto y dormir.

Miro como Steph toma una de mis camisas y entra al baño, yo por el contrario me limito a quitarme la camisa y el pantalón como de costumbre para luego entrar en la cama.

Ella llega y nos acomodamos para finalmente dormir.

***


- ¿Me dices ya qué es? - Dice Steph tratando de quitar mis manos de su cara.

-No desesperes, ya llegamos.

Admito que esto es un poco cursi, pero no pude evitar hacerlo para ella.

Dejo de cubrir sus ojos e inmediatamente ella los abre descubriendo así su sorpresa. No me pude contener de darle un regalo así de cumpleaños y me siento muy satisfecho al ver su cara de felicidad.

Aparté un lugar en la playa para la tarde/noche y decoré con una temática de su saga de libros favorita, también hay en una mesita los siete libros y las siete películas con una nota de "feliz cumpleaños "al lado. Camina sobre la arena hasta llegar a la manta de cuadros grande extendida sobre la misma.

Hay luces colgando del toldo blanco y con imágenes que representa a cada uno de los libros y películas.

Veo sus ojos brillar emocionada por todo ello a la vez que va tocando con sumo cuidado todos los objetos y finalmente llegando a un pequeño pastel en el centro de una mesa.

La miro dando vuelta sobre sus talones y corriendo hacia mí para darme un abrazo, uno muy fuerte que le devuelvo. La siento llorar- espero que de felicidad- y luego me da muchos besos cortos.

-Gracias, gracias y gracias. Es hermoso, no lo puedo creer.

-Feliz cumpleaños, preciosa- aparto un mechón de su pelo rebelde para luego darle un beso de verdad.

Nos mantenemos así por unos largos minutos, pero finalmente nos separamos y disfrutamos de una hermosa velada los dos solos en una hermosa playa.

Es aquí cuando me doy cuenta que todo en la vida tiene dos caras, Nunca se puede solo ser feliz, es imposible. Como siempre todo tiene sus buenas y malas experiencias.

Y es por eso que hoy me doy cuenta de las dos caras que tiene la moneda, o en este caso, las dos caras que tiene el amor.

FIN

Me voy, pero volveré, besos. <3

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Las dos caras de la moneda [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora