Capítulo 12

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Se estaba arreglando para ir a trabajar, silbando y de buen humor.

En el reflejo del espejo, mientras arreglaba su corbata, vio a YangYang dormido, envuelto en sus sábanas.

Se veía tan lindo.

Sonrió enternecido, pero pese a que lucía bonito, tuvo que despertarlo.

– Hay café en la cocina – susurró, repartiendo besos por su cara – tu ropa está en la secadora. La llave de repuesto está en la lata de café vacía de la alacena. Cierra cuando quieras irte –

El menor negó entorpecido, incorporándose lentamente.

– Te acompaño a la puerta – bostezó – sólo déjame ir al baño primero – balbuceó levantándose.

Yuta resopló una risa y terminó de vestirse.

Luego de un momento, cuando ya estuvo a punto de irse, YangYang salió de la habitación, usando la camisa que había usado él ayer.

El menor se detuvo a apreciarlo.

Yuta estaba usando ropa formal. Sostenía su chaqueta en su mano, en la otra un café y llevaba un portafolios colgado del hombro. Además, estaba usando lentes de aumento.

Perfecto.

– Quiero bañarme primero – sonrió inocente, jalando el borde de la camisa hacia abajo.

– Está bien, úsala todo lo que quieras – sonrió también, acercándose – debo irme –

Bebió el último trago de café, puso la taza en la barra, y dejó un beso en la mejilla de YangYang, caminando hacia la puerta.

El menor jadeó, ofendido.

– ¿Qué crees que estás haciendo? – reclamó, siguiéndole fuera.

Yuta miró a todos lados, escandalizado.

– Vuelve adentro – regañó – alguien puede verte y ni siquiera estás vestido –

– ¿Llamas a eso un beso? – siguió caminando hacia él – eso no fue un beso –

– YangYang, por favor, vuelve adentro – pidió en voz baja – sólo estás usando mi camisa –

– Entonces tómala de vuelta – comenzó a desabotonarla – no quiero usarla si no vas a besarme. Pueden verme desnudo todos, igual yo... –

Yuta soltó su portafolios y chaqueta para alcanzar a tomarlo entre tus brazos y darle un intenso beso, interrumpiendo su pequeño drama.

– Eres un manipulador – lo mordió.

– No te costaba nada – sonrió triunfal – voy a quedarme. No quiero ir a la escuela hoy, así que esperaré a que llegues justo aquí. Y trae de comer cuando vengas del trabajo – le dio un pico – te quiero – dijo separándose.

Yuta parpadeó confundido cuando el menor cerró la puerta de su departamento en su cara.

Negó, comenzando a recoger sus cosas.

YangYang tenía una personalidad fuerte y llena de sorpresas.

Lo excitaba, pero sobre todo le encantaba.

Ya ni siquiera le importaba que vería a Jungwoo para discutir esa misma tarde.

Se sentía en las nubes.








– ¿Entregaste mi tarea? –

– Sí – rodó los ojos – y me sorprende que me llames para preguntar hasta las tres de la tarde –

BetchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora