Capítulo 33

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Jaehyun parecía tenso mientras caminaba por el edificio. Apenas y saludaba de regreso a las personas a las que se topaba. Iba demasiado inmerso en su único pensamiento.

Shotaro le había avisado que "el señor Qian" lo requería para un asunto personal y eso no podía ser nada bueno, tomando en cuenta que esos últimos días todo el equipo, sin excepción, se estaban quedando hasta altas horas de la noche trabajando en dos casos que se habían complicado bastante.

– ¿Puedo pasar? – preguntó cautelosamente desde la puerta.

El mayor levantó la mirada de su computadora y asintió.

– Siéntate – indicó.

El otro obedeció, dando todo de sí por permanecer expectante y nada más.

– Así que, Jaehyun – lo miró fijamente – ¿tienes planes para hoy? –

– ¿Trabajar hasta tarde? –

– Pues cancela eso. Hoy harás algo lindo por mi bebé y lo sacarás de la casa para que mi esposo y yo podamos tener una escandalosa velada romántica –

Jaehyun arqueó una ceja, sorprendido.

– ¿Lo dices en serio? –

– Totalmente en serio – lo miró severamente – ahora vete antes de que tenga la oportunidad de pensarlo dos veces –

– Claro – asintió divertido, levantándose para huir lejos de su vista.

Una vez solo, Kun soltó un suspiro cansado.

– Feliz cumpleaños, idiota –







Más tarde, cuando algunos de los empleados se estaban yendo y sólo quedaban menos de la mitad, el trabajo no se había reducido ni un poco.

– Deberíamos contratar personal – se quejó Shotaro, sentado frente al otro japonés.

– Estoy de acuerdo – asintió éste – sólo faltan unos días. Seremos libres en menos de una semana –

El menor asintió poco convencido, volviendo a sus papeles.

Miró de reojo hacia los cubículos fuera de la oficina y fingió seguir trabajando antes de carraspear para llamar la atención del mayor.

– ¿No se supone que sólo los solteros nos quedamos hasta tarde hoy? –

Yuta tarareó en respuesta.

– ¿Entonces qué hace Mark aquí? –

El otro frunció el ceño, mirando hacia afuera también.

– No sé – se encogió de hombros – no he hablado con Jungwoo últimamente, y seguro que con Mark tampoco – lo miró – ¿a ti no te ha dicho nada? –

– Con todo éste trabajo apenas tenemos tiempo de beber café – rió – y no es estúpido. Él ha visto que nos volvimos cercanos. No debería interactuar con el enemigo –

– Yo no soy el enemigo. Jungwoo es el enemigo –

– ¿Me dirá que no está ni un poco preocupado? –

– No es mi relación, no es mi problema –

Shotaro lo miró dubitativo, pero si él lo decía, entonces le creería.

– Y... ¿ha hablado con YangYang? –

– Oye, siempre te veo con la misma ropa, ¿no tienes otra cosa? –

El menor abrió la boca, indignado.

– ¿Qué clase de cambio de tema es ese? –

– Si vamos a tener una conversación incómoda, no será la que tú elijas –

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