Cuando llegó de regreso a la oficina, ya no había nadie.
Su idea principal era regresar a casa, pero sabía que, después de su crisis de ese día, iría directo a una específica parte de su closet y sacaría toda la ropa que YangYang había dejado para pensar que hacer con ella. Terminaría guardándola de regreso.
Se sorprendió al ver que no estaba completamente vacío.
Había una luz encendida en el cubículo justo junto a la puerta una de las oficinas personales.
– ¿Trabajando a estas horas? – preguntó entre divertido y cansado.
El menor levantó la mirada y sus ojos brillaron. Él, a diferencia de Yuta, estaba lleno de vida y se veía bonito. Como siempre lo hacía.
– Sólo quería terminar de corregir el contrato del señor Jung antes de ir a casa. Si intento hacerlo allá es seguro que no terminaré hoy –
– ¿Y te falta mucho? –
– Justo voy terminando — comenzó a apagar su equipo – ya se los envié –
– Sabes – caminó hacia su escritorio – no te pagan suficiente para esto –
– Nope, pero confío en que usted le hará saber al señor Jung su descontento –
– Se lo diré – asintió.
– ¿Y qué hace usted aquí? – preguntó levantándose – su hora de salida fue hace unas tres horas –
– La verdad estoy aplazando lo inevitable – se encogió de hombros con simpleza.
El menor le dedicó una mirada inquisitiva.
– ¿Tiene que ver con su vida amorosa o con su ex vida amorosa? –
Yuta entrecerró los ojos.
– ¿Qué tanto sabes? –
– Un par de cosas – sonrió de lado, tomando su mochila con todas sus pertenencias.
– ¿Sabes lo de Mark? –
– ¿Qué de Mark? –
El mayor resopló.
– La relación de Mark con mi ex... ¿sabías eso? –
– Desde la primera vez – asintió – y no pretendo ser grosero, pero nada de eso habría pasado si usted no lo hubiera obligado a pasar tanto tiempo con el señor Kim –
Yuta jadeó indignado.
– Que niño tan mal educado –
– Le dije que no era mi intención – negó desinteresado.
El otro lo analizó por un momento.
Había una razón por la que no le había contado a nadie de YangYang, y era que todo el mundo sentía compasión por él y un poco de lástima.
Si en alguien podía confiar, esos eran Jungwoo y Mark. El primero por que lo culpaba por todo a él y no se hacía ilusiones de quién lo había jodido. Él sabía la verdad. El segundo por que simplemente se dedicaba a escuchar y ocasionalmente le dio consejos útiles. No como el resto, que le decían que saliera con otras personas.
Él no quería a otras personas. Quería a su Yang de regreso.
Pero ahora, sus confidentes se estaban enrollando.
Y luego estaba Shotaro.
El chico no tenía intenciones ni parecía sentir pena por él. Todo lo contrario. Lo miraba con incredulidad cada vez que llegaba a lamentarse. Además que parecía no tener un filtro que le permitiera tratarlo con suavidad.
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Betcha
FanfictionA DeJun le gusta el amigo (casado y prohibido) de su papá. Es tan incorrecto. Y él es un buen chico. No debe hacer nada malo. Al menos hasta que le cuenta a sus amigos, YangYang y Hendery. Ellos hacen una apuesta. Sólo debe conseguir su número y g...