Betcha

Capítulo 22

Yuta quería golpear algo.

De preferencia a Jaehyun.

No era su culpa. Él entendía eso. Pero ahí estaba del mejor humor del mundo, haciendo chistes con los becarios y siendo todo agradable mientras uno de sus casos se estaba yendo a la mierda a causa de ellos mismos.

Pero no. Jaehyun estaba nadando en dicha y amor por alguna razón que él no conocía.

Y eso no era lo peor.

Uno de ellos (Kun, Yuta o Jaehyun) iba a tener que viajar esa misma noche a America para arreglar ese desastre. En pleno 26 de diciembre. Como si no hubiera una fecha en que los aeropuertos estuvieran más llenos de gente.

La manera más madura y certera de seleccionar a aquel desafortunado que lidiara con todo ese trabajo habría sido evaluando el caso a fondo, sus opciones, y creando una estrategia de acción.

Ellos habían jugado piedra, papel o tijera.

Y ahí estaba Yuta. Empacando todo de mala gana y con mucha prisa en un momento de mucho estrés para él.

Lo bueno era que la preciosura que tenía de novio lo estaba ayudando.

Lo estaba haciendo mal, pero al menos era mejor recibido que la repentina lluvia de mensajes del abogado de Jungwoo.

¿No se suponía que estaban bien? Al parecer no. Al menos no después de que el menor hubiera tenido que renunciar a su auto.

Que se fuera a la mierda. Yuta había pagado por él.

Si bien sabía que él no iba a usarlo y, de hecho, tenía intención de modificar esa parte del convenio para regresárselo, nada de eso importaba ahora que Jungwoo estaba exigiendo una escandalosa compensación monetaria por daños emocionales.

Eso era ridículo. En todo caso, si alguien merecía recibir esa compensación, ese era él.

Y YangYang estaba siendo tan irritablemente condescendiente. Diciendo cosas como que no importaba, que se recuperaría de esa pérdida en un mes y toda esa basura.

Tal vez tenía razón, pero Yuta no estaba pensando con claridad en ese momento.

Desde su perspectiva, se estaba poniendo de lado de Jungwoo.

Era bueno que no fuera a estar en casa los días siguientes, o ellos comenzarían a pelear. Y no podía permitirse pelear con el amor de su vida a causa de su ex. Estaba fuera de los límites.

En fin.

Le había pedido a Mark que lo dejara en el aeropuerto. El pobre incluso había tenido que escuchar todas las quejas del japonés en el camino.

Yuta le enviaría un cheque por su compromiso con el trabajo.

Odiaba viajar por tantas horas. Odiaba más viajar sin saber cuanto tiempo iba a tomarle ese asunto.

No pudo asegurarle a Yang que regresaría antes de año nuevo cuando estuvo a punto de subir al avión. No pudo hacerlo tampoco al día siguiente, cuando reportó que había llegado a su hotel sano y salvo.

El menor estaba en un dilema.

Si Yuta volvía, pasaría la noche con él en el centro de la ciudad, celebrando la llegada del año siguiente. Si no lo hacía, tenía la opción de al menos ir a trabajar en un evento gigante que Doyoung estaba organizando.

Pero no sabía que hacer.

– Mira, si no estás seguro no hay problema – aseguró Jeno – Do planea llevar a más de un barman esa noche, así que si vas o no, no habrá mucha diferencia. O al menos eso esperamos – se estiró sobre la alfombra.