Hechizo © |Editando|

Capitulo 42 "Devuelveme la vida maldita".

Capitulo 42.

"Devuelveme la vida, maldita".

Extraño tanto a Harry, desde que se fue no eh dejado de pensar en él. Mi vida ya no es la misma, apenas como algo y mi autoestima está por los suelos, lo extraño, lo extraño demasiado.

Hoy se cumple 1 mes de que él no esta aquí y juro que han sido los peores días de toda mi vida.

Narra Harry:

Estaba en el hotel mirando la foto de mi amada Vicky «la extraño tanto».

La razón por la cual eh venido a Los Ángeles es por el simple motivo de intentar convencer a la bruja esa para que me deje vivir, se que no será fácil pero lo intentaré. Tan solo me queda 1 día para esto, o sino mi vida terminará.

Eh conseguido un trabajo en este tiempo y me ah ido muy bien, me ah ayudado a sostenerme y a pagar el hotel, porque no se pagara solo.

De vez en cuando Vicky y yo nos llamamos o mensajeamos, todo ah pasado tan rápido, parece ayer cuando ella y yo hablábamos desde mundo diferentes, y mirenme ahora, aquí, por ir a lo de esa maldita de Liria para que me deje vivir «absurdo». Papá ya me ah dicho en donde vive, no es tan lejos pero tampoco muy cerca, hay que tomar un bus para ir.

Agarré una campera negra y me la puse, luego tome las llaves de la habitación junto a mi celular y salí fuera de el dormitorio, cerré la puerta y guarde las llaves en el bolsillo, mientras que al celular lo guarde en un estuche que tenía amarrado al cinturón de mi pantalón.

Bajé las escaleras y saludé a el guardia de allí, hoy me había levantado bastante temprano, pues mis horas estaban contadas y nadie lo sabía, solamente mi padre, hermana y yo. Al salir del hotel apenas se veía amanecer, el ruido de los pájaros era como una melodía en mis oídos, no como el despertador de Vicky que era molesto.

Caminé hacia la parada del ómnibus y justo estaba pasando por allí, no fue nada mas ni nada menos que una coincidencia. Cuando el ómnibus llego a mi parada, me bajé dejando algo de dinero en una caja que allí había, luego éste se fue y mire para todos lados, cuando encontré la casa de Liria que quedaba en la cuadra de enfrente, caminé hasta allí «vamos Harry, tu puedes».

La casa era inmensa, bueno, mas que en la que yo había estado toda mi vida, tenía una especie de aire tenso, bastante vieja a decir verdad, color negro y de unos 3 pisos mas o menos.

Ya era momento de dejar de pensar y tocar el timbre de una vez, no quería perder ni un momento en nada que no fuera lograr convencer a aquella mujer, es horrible depender de una persona para poder vivir.

La puerta se abrió y de adentro salió un enano.

—¿Quién es usted? —preguntó cuando abrió la puerta.

—Lo siento, soy Harry, ¿puedo ver a Liria?.

—Claro, ella en este momento está en su dormitorio, le diré que baje —se hizo a un lado-adelante pasa.

Entré en aquella casa y era muy aterrador, todo negro, velas, crucifijos, estatuas, y cualquier cosa que quieran imaginar.

—¡Liria tienes visita! —gritó el enano.

Al rato los pasos de alguien se oyeron bajar por la escalera, cuando ya pude ver quien era, la vi, era ella, Liria, la persona que eh odiado en toda mi miserable vida. En todos estos años no ah cambiado, vestido negro, uñas largas negras, labios demasiado rojos, pelo largo hasta la cintura negro, ¿qué puedo decir?, aspecto de una bruja.

—¿Harry? —preguntó al verme.

—Si soy yo —dije entre dientes, odiaba esto, odiaba verla.