Capitulo 1

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"Mudanza".

Vicky, una chica de casi 18 años de edad, se encontraba junto a su madre y a su hermano desempacando cosas del camión de mudanza, llevaban grandes cajas de aquí para allá y poco a poco las iban dejando dentro de su nueva casa, nueva ciudad. La razón de su mudanza fue la supuesta infidelidad de su padre que su madre les habia comentado, "no aguanto ésta casa, nos mudamos mañana mismo" fueron las palabras de ella, y a la mañana siguiente ya estaban tomando vuelo hacia un nuevo hogar. Que vaya hogar, parecía ser de una típica película de terror, la típica casa embrujada que se encontraba al fondo y que estaba alejada de la ciudad, vieja y desgastada, pero enorme como un castillo.

A los hermanos aquello no les agradaba, Dylan, el mayor, le habia comentado a su hermana que habia escuchado rumores acerca de lo que acontecía allí adentro. Se decía que en las noches las personas podían ver cosas horrendas y que por eso no aguantaban ni una semana en estadía, otros decían que era una casa misteriosa conocida por todo el pueblo y que no era recomendable habitar allí. Eso a ellos les atemorizaba, pero parecía ser que era la única casa barata que su madre habia conseguido rentar, y según ella mientras vivieran bajo su techo tenían que obedecerla.

--¿Crees qué de verdad esté encantada como dicen? --le preguntó el hermano a su hermana acercándose a ella cuando miraban la casa desde afuera.

--No lo sé Dylan, yo no creo en estupideces que dice la gente, mejor es ir y comprobarlo --le respondió y cargó una caja que estaba en el suelo-- ya sabes que a mamá no le gusta que tardemos.

El mayor asintió y la siguió cargando algunas cajas también, su madre parecía estar aún hablando con el chófer del camión en vez de ayudarlos, pero aún así los dos ingresaron nuevamente al lugar para quedarse dentro y ordenar, aquellas ya habian sido las últimas cajas.

"¿Tenebroso no?" Fueron las palabras del chico al observar aquella sala inmensa y hueca donde con tan solo un sonido se producía un gran hueco. Aquél lugar estaba lleno de telarañas en cada rincón que se mirase, si uno se acercaba a los cuadros y observaba bien, se podía con tan solo pasar el dedo ver cuanto polvo traían encima, además, habian unas cuantas cosas cubiertas de sábanas ya grises que era necesario destaparlas para poder limpiar.

--Ve abriendo las ventanas, yo iré a ver que hay arriba --le dijo la menor a su hermano mientras éste sacaba cosas de una caja.

Y asi fue, ella subió por una escalera en espiral hasta arriba, por una extraña razón uno allí dentro sentía un gran vacío y abandono, como si lo que rondaba era mucha tristeza, angustia, o peor aún, alguien que te observaba en cada paso que dabas, sintiendote acompañado.

Allí arriba en una vuelta se daba rápidamente con un largo pasillo oscuro por la poca luz que ingresaba desde las ventanas, apenas se veía alguna que otra línea gruesa en el suelo de luz dado a que los árboles de afuera tapaban el lugar.
A medida que se caminaba se podían ver diferentes piezas, aquellas eran siete, cada una en muy notorias distancias, algunas con puertas desgastadas y otras en perfecto estado, de seguro por quien hubiera vivido allí por último.

Cada lugar al que ella ingresaba no le llamaba la atención, si bien habian bonitas comodidades en algunos lugares, solo uno captó su interés. Un dormitorio grande diferente a los demás, dentro habia un espejo en el que te podías ver de pies a cabeza, solo le faltaba una limpieza y alguna que otra pintura. Además una gran cama antigua de dos plazas con el típico techo propio sostenido por hileras en las cuatro extremidades de la cama, algún que otro mueble y ya no pudo ver más, la voz de su madre se hizo notar desde abajo, la llamaba.

--¿Has conseguido habitación? --le preguntó a Vicky cuando habia bajado, ésta asintió- bueno, ambos agarren sus pertenencias y vayanse instalando, yo iré a ordenar la cocina.

Les dijo a ambos, por unos momentons Vicky sintió el impulso de preguntarle a su madre si sentía lo mismo que ellos, esa sensación que querer buscar felicidad por la tristeza que uno sentía dentro, ese vacío ahogado. Pero cuando quiso hacerlo su madre ya se habia ido y Dylan le estaba diciendo que cargaran las cosas hacia arriba, sus nuevos dormitorios.

--Deja eso, yo puedo sola --le dijo cuando él quiso ayudarla, aunque no le hizo caso y se adelantó haciendolo, cargando algunas cajas.

--Espero hayas elegido una bonita habitación, aunque no me imagino una así en éste lugar -comenzó a subir escaleras perdiendose de vista.

Y así fue, llevaron pertenencias de una habitación a otra, subiendo y bajando aquellas escaleras agotadoras. Al finalizar los hermanos se tumbaron en la cama de la habitación de Vicky para descansar un rato, solo miraban el techo mientras no decían nada, aunque cuando ella cerró los ojos, sintió un impulso de mirar hacia la derecha y así lo hizo.

--Hey Dylan, mira -lo sacudió un poco y se levantó de la cama yendo a una esquina de la habitación donde habia algo grande tapado con una sabana blanca.

Dylan miró a un costado y vió a su hermana levantada frente a aquello. Tomó un impulsó y se levantó de la cama acercándose a ella mientras se posicionaba a su lado. --¿Qué crees que sea?

Ambos se imaginaban quizás lo que fuera, algo grande y ancho no podía ser más que un armario o un ropero. Poniendose de acuerdo quitaron de esa sabana blanca y para su agrado si era lo que sospechaban, solo algo les llamó la atención, éste en el centro no tenía puerta y allí había una especie de cofre de madera, parecía ya haber sido abierto porque no tenía ningun candado, solo unas cadenas que fueron retiradas por ambos, aquél objeto tenía mucho polvo, y de un costado salió una araña que hizo que ambos retrocedieran.

--No creo que debamos abrirlo... -dijo Vicky temeraria sobandose el brazo nerviosa.

--Dejamelo a mi, de seguro está vacío -dicho ésto Dylan abrió de aquél cofre decidido, frunciendo el ceño al ver varios libros adentro, como se podía esperar, viejos y con polvo encima.

Ambos fueron tomando algunos y sacandolos de allí hacia la cama, mientras le retiraban el polvo y leían en voz alta las portadas, aquellas páginas parecían estar pegadas o rancias, de un color amarillento.

La menor notó algo en el libro que su hermano leía, algo pegado atrás, parecía estar pegado en la contratapa. No lo dudó y le arrebató el libro de las manos a su hermano, leyendo en voz alta el título.

--'"1894, se clausura la casa de la familia Fridey tras turistas ver la imagen de un ente en el lugar, la casa lleva abandonada desde entonces"

--¿Desde entonces? -preguntó Dylan- pero no nos habian dicho que antes de nosotros...

--A ver callate -le dijo ella molesta- acá dice que años anteriores los verdaderos señores de la casa habian tenido dos hijos, sus nombres desconocidos pero las edades rondaban entre cinco y seis años. Los dueños se separaron y la señora se fue a la brujería para hacerles la vida imposible, e hizo hechicería contra uno de ellos dejandole encarcelado en su propia casa...

--Sigue leyendo... -le indicó Dylan curioso.

--Bueno... No hay mucho más -le dijo ella observando aquella nota- pero aquí hay un afiche donde hay testimonios de personas que aquí vivieron, todos llegan a lo mismo, han visto una persona que se les ha aparecido en la casa, en ésta casa...

Dicho eso ambos se miraron y un escalofrío les recorrió todo el cuerpo, ya habian leído suficiente asi que optaron por guardar todo nuevamente y dejarlo en su lugar, esa noche Vicky no dormiría nada bien, dado que aquél espejo y esa información no servía de mucho para poder descansar.

Hechizo © |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora