Fueron unos cuantos minutos que estuve inconsciente debido al orgasmo que me había provocado esta mujer, en la vida me iba a imaginar cuando llegué a este castillo que iba a tener esta clase de experiencias con ella...nuevamente despierto del desmayo a su lado, seguíamos ambas en la tina, pero esta vez desperté acostada en medio de sus grandes pechos que eran bastante cómodos por cierto, “Al parecer ya reaccionaste mascota, ¿tanto disfrutaste este corto lujurioso acto?” exclamó Lady Dimitrescu acariciándome el mentón como si fuera un cachorro, “C-creo que sí...entré en un estado de éxtasis que definitivamente no pude evitar”, le dije. Rió sutilmente y dijo “Ese es un pequeño castigo por tu descuido en el desayuno, ahora vístete, tráeme otra muda de ropa interior y otro vestido y lleva a lavar el vestido que me ensuciaste, ya te puedes retirar”, aún me cosquilleaba el cuerpo escuchar su voz tan sensual tan cerca de mí, definitivamente me hizo perder la cabeza con lo sucedido anteriormente.
Pero no tenía tiempo para seguir pensando en eso, ya que la señora me había dado órdenes y las tenía que cumplir “Sí ama, enseguida” le contesté, “Espera…¿Mi ama? ¿Desde cuándo me refiero así a ella?” me pregunté, bueno, ya el día ha estado muy loco, así que me limitaré a seguir mis instintos y no pensar demasiado por hoy. Salí de la gran tina apoyándome de los bordes de esta, mirando atrás dándome cuenta que dejaba atrás ese enorme y erótico cuerpo que me había causado tanto placer minutos antes, ella estaba relajada con los ojos cerrados. Me sequé con un paño vino que colgaba en la pared y vestí me de nuevo y me dirigí hacia su guardarropa, donde tomé otro corset, ropa interior igual de sexy que la que tenía antes pero esta vez blanca, honestamente no pude evitar olerla y poder imaginar lo que suele estar ahí, la vagina de la mujer que me acababa de tomar por primera vez de esa forma tan perfecta y placentera, pero bueno, seguí con otro largo vestido igual al que usa y unas medias, no pude evitar ver la cantidad de prendas de calidad que esta mujer poseía y eso me llevó a preguntarme “¿Qué persona le hará estos hermosos vestidos y ropa interior, siendo ella tan enorme?”, una incógnita más que permanecerá sin ser respondida en mi cabeza supongo. En fin, me dirigí a dejarle el cambio de ropa para proceder a lavar mi desastre del desayuno pero me detuvo verla desnuda de pie secándose con el mismo paño que utilicé, me quedé perpleja observándola sin decir nada “¿Es esto lo que llaman morbosidad?” pensé, de repente sin darse cuenta de mi presencia se agachó para secarse las piernas lo que dejó a mi vista su enorme trasero y su vagina apretada a mi vista, “Joder, ¿Qué paisaje tan deleitoso ven mis ojos?” mi cuerpo está a punto de saltar y tomar ese tan voluptuoso trasero, mientras me como esa tan seductora vagina de arriba a abajo pero mi mente me dice que mi vida podría peligrar al tomar una acción tan precipitada como esa… ella no me ha concedido esa clase de confianza y para ella solo soy su mascota que obedece y cumple sus deseos cuando ella quiera, “¿Desde cuando soy así de caliente?, he pasado toda mi vida creyendo que el ámbito sexual era de cero interés para mí hasta que llegó esta mujer” pensé. “E-este, señora, aquí he traído su cambio de ropa” le dije tímidamente y suponiendo que tenía el rostro sonrojado, sorprendida exclamó “Vaya, que veloz fuiste, de acuerdo, muchas gracias, ya puedes retirarte a realizar el otro deber que te dije”, respondió con una pequeña sonrisa, “¿Es normal que hasta esa diminuta expresión de gratitud me parezca ahora un poco tierna? lo mejor es que deje de divagar y como dije, me centre en mis deberes”, así que asentí, tomé el vestido y me dirigí hacia el cuarto de lavabo.
Vaya día más fuera de lo normal, ha estado lleno de experiencias, del temor y agonía al éxtasis del placer sexual, solo pensar en esto último hace que aún sienta las piernas temblorosas y mi entrepierna húmeda que dejaron esos largos dedos de Lady Dimitrescu dentro de mí. Me encaminé entonces hacia el cuarto de lavabo pero no antes sin haberme topado con Daniella que muy alto frente a todas las sirvientas exclamó “espero que mi madre te haya dado tu merecido aldeana de pacotilla, no durarás mucho aquí, tu sangre terminará saciandonos a mí y a mis hermanas” riendo maleficamente y desapareciendo poco a poco junto a su risa, luego de eso miré a mi alrededor y todas las sirvientas susurraban entre ellas, a lo que pude oír decían cosas como “esa niña está muerta”, “No tardará antes de que la lleven al sótano”, todos en esa casa ya me daban prácticamente como cadáver. Ignorando los comentarios seguí caminando hasta llegar a mi destino y lave el vestido de la señora personalmente, lo dejé secando en el patio adyacente a ese cuarto y seguí con mi itinerario normal hasta que cayó la noche y con ello, la hora de dormir.
Como siempre terminé el día exhausta, repasando los sucesos de este mismo como hago de costumbre, pero no pude dejar de pensar en lo ocurrido en el baño de la señora Dimitrescu, sus grandes manos frotando mis pechos, sus dedos largos dándole placer a mi clítoris y para finalizar la imagen de sus glúteos tan tentadores mirandome y pidiendo que los disfrutara, cuando me di cuenta estaba con mi propia mano dentro de mi ropa interior autocomplaciendome… “Diablos, estoy mal, muy mal, no debería de dejar que lo sucedido hoy se apodere de mi mente, esa mujer es súmamente lista y maliciosa, no puedo permitir que mi mente se desvíe de lo verdaderamente importante...escapar”, cerré los ojos, y aunque estaba un poco calurosa y sudada, logré conciliar el sueño rápidamente.
ESTÁS LEYENDO
Mi Dama de Fuego
Fanfiction¿Qué sucedería si un día te vuelves la sirvienta de una de los lords de un pequeño pueblo en Rumania? Y está fuera ni más ni menos que Lady Dimitrescu, la dueña del castillo y su "viñedo", si así le podemos decir a los horrible actos que comete, per...