El Fin

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“¿Dónde estoy? Esperen… reconozco este lugar, es el jardín del castillo Dimitrescu, ¿no debería estar en el campo de batalla?” A lo lejos podía divisar la figura de mi amada sentada en una manta en el suelo, como aquel día de campo que tuvimos con Donna, todo era igual a ese día, estábamos vestidas exactamente igual, el mismo clima tan hermoso, corrí hacia ella rápidamente, me extendió los brazos y justo cuando iba a abrazarla aparecí a su lado, tomando su mano en el sendero que daba con el laboratorio de Miranda, “Qué estaba sucediendo? Acaso estoy muerta?”, de nuevo se me nubló la vista y dejé de sentir la mano de Alcina así como todo desapareció desplazándome inmediatamente a la noche en la que bailamos juntas, estaba con su bello rostro mirándome tomadas de la cintura una vez más, acercando sus labios hacia los míos, no sabía que estaba sucediendo pero simplemente me dejé llevar por el momento y le iba a corresponder pero justo antes de tocar sus labios tanto ella como nuestro alrededor nuevamente desapareció, ahora estaba en lo que parecía ser un bosque sombrío, solo con un camino frente a mí, me decidí a seguirlo, habían cuervos por todas partes, pude avistar lo que parecía ser el final del sendero y había un conjunto de árboles con apariencia sombría, la que estaba al final era Alcina que me llamaba mostrándome una sonrisa, “Querida te estaba esperando dijo, yo también he muerto, es hora de que partamos”, “¿En serio, Miranda logró vencer? No puedo creerlo, no podemos rendirnos y dejar que lleve a cabo su plan” respondí, “Así debía ser, el destino estaba ya escrito y era definitivo que Miranda debía tener éxito, nosotros solo estábamos para servirla” agregó, “Pero ¿qué estás diciendo? No podemos perder la determinación que teníamos antes de partir, ya te veías muy segura Alcina, tú no eres así” le respondí sumamente extrañada, “Pues así las cosas debían ser, déjalas estar y acéptalo inmediatamente, no seas necia” dijo esto último agarrándome fuertemente la muñeca, “Qué haces? Me lastimas…” esto no era un sueño, sentía realmente dolor y podía notar cierto dolor en mi abdomen, miré y ahí estaba el agujero que me había dejado Miranda al atravesarme, aún debía de estar con vida y claramente estaba en alguna especie de transe, me quedaba bastante claro entonces que la mujer que estaba frente a mí no era mi amada, ella no actuaría así, “Veo por tu rostro que te has dado cuenta maldita basura fallida” revelando así que en verdad era Miranda.

Grité con todas mis fuerzas, exaltada con mi respiración agitada, volviendo a mirar a todos lados en busca de Miranda, que hace unos segundos juraba que estaba ahí, jugando con mi mente, para mi sorpresa todavía seguía en el territorio de la fábrica, estaba hecha trizas, lo que se podía ver era cenizas y el fuego por todos lados, ¿Dónde están los demás?, me pregunté mientras me arrastraba por el suelo, intentando levantarme, podía escuchar por mi sentido agudo, disparos y explosiones en la villa, estaban limpiando la zona, de amenazas, si me ven así, me mataran de inmediato, tengo que levantarme y volar, mi herida no estaba del todo regenerada y todavía no sabía cuánto tiempo había pasado inconsciente, pero había sido lo suficiente porque al tomar vuelo, pude visualizar la guerra que se llevaba allá abajo y todo el lugar lleno de esas raíces gigantes lo que parecía una fortaleza protegiendo algo, lo mejor era esconderme entre los árboles, los hombres pilotaban aviones de combate, disparando hacia esa cosa, lo que sea no podía seguir perdiendo tiempo. Tenía que encontrarla, a ella y a los demás, Miranda sigue viva, por lo cual debe estar por iniciar la ceremonia, alce mi vuelo, esquivando las luces de los aviones, hasta que pude visualizar un altar, al acercarme me emocione al ver a todos en lo que parecían estar bien lo malo es que estaban de rodillas, ¿Que había pasado?,  ¿Y Ethan?, el hombre no estaba por ningún lado, esa perra lo ha matado, era lo más seguro, sin querer llamar la atención crucé el camino sigilosamente, Alcina estaba realmente destrozada, seguramente pensando que estaba muerta, quería correr hacia ella, pero si me acercaba, Miranda volvería atacarme, ¿cómo podía ayudarlos?, por otra parte Heisenberg se veía realmente mal físicamente, no creía que sería capaz de rendirse tan rápido… mierda como lo veas no hay salida, los humanos poseen armas fuertes, lo mejor era crear una distracción, darle tiempo a los humanos para que destruyan la Megamiceta y a Miranda, mientras escapamos, eso era , tenía que impedir esa ceremonia, justamente cuando me iba abrir paso por la estructura de raíces, escuche unos pasos detrás de mí, por mi instinto me voltee rápidamente dispuesta a atacar, pero era un Ethan demasiado herido, todo el se estaba desmoronando, “Ethan, ¿qué te ha pasado?”, “Es aquí, ¿verdad?, tengo que acabar con Miranda, antes de morir realmente esta vez”, “Espera un momento, tu ¿también?” , ambos sabíamos a lo que nos referíamos y asintió solamente, “Miranda está al otro lado de esto, no sé como pero tiene a los lords arrodillados, los mortales y ese amigo tuyo también quieren acabar con esto, lo malo es que no puedo permitir que les hagan daño a mi familia, podemos distraerla mientras llegan a tu ayuda y por favor has algo para que poder sacar al resto de aquí antes de que todo quede en cenizas” , supliqué casi de rodillas, “Haré lo posible, ahora vayamos por ¡esa perra!”.

Mi Dama de Fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora