Planes

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Habíamos llegado al jardín, con el atardecer en su punto, los días ahora pasaban muy rápido por alguna extraña razón o era porque la felicidad hacía que el tiempo ni siquiera se sintiera, he tenido tan buena suerte que ahora estoy de la mano con la mujer más maravillosa que he conocido, con una mesa en el centro del lugar, la mesa servida a lo que parecía una cena romántica una cena mientras la poca luz del día se apagaba, me quedé en silencio admirando el detalle, cuando me dirigió hacia mi asiento, “Te estaba buscando para darte esta pequeña sorpresa pero la que terminó sorprendida fui yo”, “Todo se ve delicioso, muchas gracias y me alegro que te haya gustado, tus hijas parecen que sabían de la situación” dije aun sujetando su mano, “Digamos que seguramente me habrán escuchado con las sirvientas y el cocinero”, “Es como una cita, nunca habíamos tenido una”  aludi con emoción, “Era lo que pensaba, por las circunstancias salir del castillo no es muy recomendable pero aun asi sentia que te lo debía, no soy muy romántica ni se expresarme sentimentalmente muy bien, pero contigo me he tomado ciertas libertades”, diciendo esto sirvió vino en ambas, quería protestar pero al fijarme bien note que era una botella de vino normal, “Bien entonces empecemos a comer”, dije mirando el platillo con intensidad, aún tenía ciertos intensos ataques por devorar carne, “Si veo en tu rostro la urgencia por alimentarte, aun así me sorprende lo bien que ha controlado el tratamiento a tu mutación”, probé uno y después dos bocados, encantada por el buen sabor, después de unos minutos de charla mientras terminaba la cena deliciosa Alcina llamó a una de las sirvientas quien recogió la mesa y también le trajo su cigarrillo, fumar era algo que tambien hacia mucho y solo me quede mirando como inhalaba el humo del  tabaco.

Extendió su mano para levantarme, acomodando mi vestido de nuevo me miró de abajo a hacia arriba, "Veo que te has puesto corset, al principio suele ser incómodo pero te acostumbraras" dijo mientras sus manos tocaban mi cintura más definida por el corset, era verdad estaba algo ajustado pero no era tan molesto, "No lo es tanto, me lo he puesto a como pude para ser sincera", "Entonces le hace falta ajustar un poco más" en ese momento abrió mi vestido, tomando el lazo del corset, apretando con más fuerza, me había quedado sin aire por el ajuste sorpresivo,  volvió a cerrar el vestido, regresando a estar frente a mi, "Listo se te ve mucho mejor", finalizó con un guiño, "Si seguramente pero ahora estoy segura que no puedo respirar bien", "En mis tiempos entre más apretado estaba el corset mejor te verías… lo siento se me olvida que estoy en otra época totalmente",  "No te preocupes, puedo respirar bien, sólo bromeo jaja" dije para finalizar con el tema, "Me alegro que mis hijas hayan tenido una buena acción contigo hoy, te has ganado su confianza" expresó mientras expulsaba el humo del cigarro, "Estoy que no me lo creo, jamás pensé en que un momento así podía pasar, sólo me las imaginaba comiendome viva" reí nerviosamente, "Tienes algo único, desde que entraste al castillo, no eras como las demás sirvientas, eso fue lo que nos ha conquistado por decirlo de esa manera",  acercándose cada vez más para depositar un pequeño beso en mis labios, el olor a tabaco y vino con su distinguido perfume deliciosa y peligrosa combinación pero no era el momento así que   proseguí "Menos Cassandra ella todavía me ve como una sirvienta que debería estar muerta hace bastante", "Mañana hablaré con ella, a solas, no te preocupes por eso", asentí solamente, “Ahora creo que seria bueno ir a la habitación ¿no crees?” , rei porque por su expresión sabía muy bien lo que significaba, la tome del brazo abriendo paso rápidamente. 

Pocos días pasaron después de nuestra pequeña cita en el jardín, Alcina había hablado con Cassandra pero al parecer poco se había logrado,la castaña pasaba totalmente de mi a excepción de sus hermanas con quienes era más cercana, al menos un poco más con Daniela que es una romántica de lo peor y me vive preguntando sobre las dos o dando consejos, me río porque es un ternura, se ha dejado llevar por la literatura que lee, a veces me pregunto si ella fuera libre de todo esto, ¿cómo sería su vida?, no tomando en cuenta que en realidad el hongo muto en moscas que devoran carne, aun así me alegra verle feliz, como su madre. Estaba en la cama, cuando el teléfono timbro, con urgencia Alcina contestó, “Si Madre Miranda...entiendo… como ordene...estaré atenta por el nuevo informe”, la llamada fue rápida, pero por su expresión era claro que fue muy importante así que pregunte “¿Todo bien cariño?”, sentándose en la cama  respondió, “Según Miranda la niña de la que nos hablo es efectivamente el recipiente que tanto busca y me ordenado informarles a los demás,porque su plan acaba de empezar”, “Un momento la niña puede ser un fallo como yo, ¿como esta tan segura esta vez? para dar marcha a lo que sea que tenga planeado”, “No sé los detalles, me lo ha soltado de golpe, supongo que esa niña, su genética debe tener el poder que busca Miranda, sus padres tuvieron contacto con algún tipo de arma biológica como nos contó antes, por el momento  iré a informar, ¿te puedo pedir un favor? “, “Claro ¿dime? “, “No salgas de la habitación, hasta que regrese, es lo mejor y sin preguntas”, estaba a punto de preguntar pero guarde silencio por lo último dicho, finalmente me dio un beso y salió, no sabía lo que estaba por suceder y eso me provocaba un miedo porque sentía una sensación extraña, algo muy malo estaba por suceder.

Un par de horas pasaron y había terminado obedeciendo o ignorando el hecho, lo que estuviera pasando allá afuera sabía que no era algo bueno y el silencio en lugar era misterioso, me aguantaba las ganas de salir a investigar pero sabía que Alcina lo hacía para protegerme o quizás no me enterara de algo que me iba a imponer de inmediato, viendo la situación de la cual no podía hacer mucho, no quise agobiarla, me quedé en la habitación esperando con ansiedad a que llegara. Caminando de un lado a otro por toda la habitación, pensando, mordiendome las uñas, buscando una explicación, pero nada, estaba cansada de estar sola y  encerrada, de pronto la puerta se abrió, era Alcina quien se veía agotada y su vestido manchado de sangre, me asusté así que corrí de inmediato hacía ella, "¿Qué pasó?, ¿Por qué estás llena de sangre?"  pregunté con insistencia, aún sin contestarme sólo pasó de mi directo al pasillo que daba al baño, la seguí preguntando de nuevo, todo era silencio mientras se desvestía y  me estaba empezando a molestar así que me pare al frente de ella antes de que entrara a la tina, "Me estás ignorando, ¿qué rayos pasó?",  "He tenido que deshacerme de todo el personal del castillo, ordenes, a partir de aquí estamos solas y afuera es un desastre", me quedé helada ¿por qué asesinar a todas? "¿Qué sentido tiene esto? ¿Qué pasa afuera dime?", sin mirarme a los ojos siguió su camino a la tina, relajándose en ella, "Tendremos que reunirnos con Madre Miranda lo antes posible, la ceremonia estará por empezar en un día", "Si no me dices que pasa saldré por mi cuenta", "¡No!" tomándome del brazo impidiendo salir de ahí, "Te lo diré pero no quiero un drama más", entonces escuché con atención,  "Cuando bajaste al sótano seguramente te diste cuenta de la presencia de alguna criatura encerrada en algún calabozo ¿cierto?",  recordé el ruido y lo que me había contado Ingrid, "Si, creo", "Bien ahora criaturas así, los experimentos fallidos y lo que les haya dado Madre Miranda a los aldeanos de la Villa los han convertido en criaturas asesinas y andan libres por todo el lugar, se me ha dicho que el castillo debe estar infectado de esos estorbos, por eso te dije que no salieras, digamos que el cocinero se convirtió en un lycan y mató algunas",  mi mente intentaba asimilar esto, pero lo único que podía pensar era en las ganas de matar a Miranda y la rabia que tenía…

Mi Dama de Fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora