Maiden

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Las palabras de Cassandra todavía daban vuelta en mi cabeza, pasé el resto del día y tarde en mi habitación pensando en ello y analizando lo que había leído y descubierto en la biblioteca, cada vez voy uniendo las piezas del rompecabezas sobre la familia Dimitrescu y las demás casas lideradas por Miranda, estoy muy segura de que llegar a la verdad va a revelarme el por qué soy tan especial para mi ama, porque hay algo muy dentro de mi corazón que aún sabe que lo que me dijeron las hermanas hace un rato no es verdad, no soy una más para Lady Dimitrescu, suena tonto poner mi vida en riesgo por una corazonada, pero lo vale. Hoy era ese día de la semana en la que Lady Dimitrescu se queda parte de la mañana y toda la tarde en su habitación sin querer ninguna clase de contacto con otro ser vivo, siempre ha decretado muy seriamente que cuando llega ese momento nadie cruce su puerta, yo en todo este tiempo de conocerla he empezado a suponer que se podría estar exfoliando el cuerpo o arreglándose de tal forma que permanezca así de hermosa por toda la semana, ya que he tenido la oportunidad de entrar a su habitación cuando sale y da autorización para arreglar su desorden, y en efecto, son una variedad inmensa de cremas, máscaras para la piel, entre otras y sí que le funcionan.

Llegó la noche, ya estaba un poco más tranquila por lo sucedido en la mañana, tocaba dirigirme al comedor pero ya no a servir la cena a la familia Dimitrescu, si no a sentarme con ellas a comer, eso definitivamente era algo a lo que no me iba a acostumbrar. Al parecer era la última en llegar, ya estaban las cuatro mujeres sentadas, obviamente tomé asiento al lado de mi ama, ya que me siento sumamente insegura al lado de esas hermanas tan sádicas. Aún recuerdo ese día en el que la pasé tan mal estando en el rol de sirvienta en este mismo sitio, ese descuido de derramar el té en el vestido de Alcina, las hermanas provocandola para que me quitase la vida ahí mismo...estuve a punto de desmayarme del miedo y tensión, pero acabó justo al revés de como creía que acabaría, así ese día...así fue como empezó todo ese conjunto de momentos maravillosos que han ocurrido junto a la mujer que en este instante tengo al lado, la miré y le sonreí, no me importaba lo que las hijas opinaran, solo le quería demostrar mis sentimientos con esa sonrisa, agradecida con ella por convertir el que creía un infierno  en un paraíso, mi ama me miró, entrecerró los ojos, pude notar que se sonrojó un poco, hizo un puchero y volteó la mirada, cruzando la pierna y bebiendo un sorbo de su vino, “¿Cómo me debería de tomar eso? ¿Le pareció extraño?” pensé, quería que me tragara la tierra. En ese instante sentí como su gran mano me tocaba la pierna y la acariciaba, “No seas tan torpe mascota” exclamó con voz temblorosa pero sin perder su compostura, creo que sí le llegaron un poco mis sentimientos, la estoy empezando a conocer mejor. Las sirvientas llegaron a servirnos la cena acompañado con vino o eso quería pensar que fuera, siempre admiraré lo serias y centradas a su trabajo que eran todas ellas, cosa que me costaba mucho cuando yo lo era, ignoraban completamente el hecho de que pasé de estar en su lugar a estar sentada esperando la cena, no sé si por sus mentes pasará que soy afortunada o que por el contrario como solían decirlo, que mi muerte estaba cada vez más cerca. Cenamos normalmente, yo como siempre cuidando meticulosamente mis modales, agradecí la comida y esperé a que las demás terminaran igualmente para ir tras mi ama a ver si necesitaba de mí ya que en todo el día no me solicitó por su tiempo libre, las hermanas acabaron y se fueron al instante sin decir una palabra entre sus nubes de moscas, ya conociendo su explicación por cierto y mi ama se levantó y seguí sus pasos, “Alto querida, puedes ir a descansar por hoy” dijo agachándose y acariciando mi mejilla derecha, me dió un pequeño beso y partió a su habitación, me dejó  ahí mirándola mientras se alejaba, su cintura y caderas moviéndose elegantemente, “Joder...estoy terriblemente loca por esa mujer”, me retiré con ese pensamiento un poco desanimada creyendo que me haría pasar a su habitación este día como de costumbre.

Ya a unos metros de llegar a mi habitación pasé por el oscuro pasillo que da con esta y en ese momento pude escuchar como el sonido de algo moviéndose detrás de unos barriles y cajas grandes que daban con una bodega como si de alguien escabulléndose se tratara, me acerqué cautelosamente y al asomar la cabeza cuidadosamente pude ver que era nada más que una mujer agachada cuidando de no ser descubierta, “no eres muy buena escondiendote, verdad? Hasta yo que soy humana te descubrí” le dije, la mujer levantó la mirada rápidamente, estaba muy alterada, se le notaba lo asustada a leguas, temblaba, de repente tomó mis manos y me dijo casi llorando “ayúdame a escapar por favor, me van a matar, pude salir de allá abajo, no me delates de lo imploro”, “tranquila, tranquila, mantente tranquila o nos descubrirán, ven, entra a mi habitación para que podamos hablar más calmadamente” le respondí. La llevé hacia mi habitación de la mano, tenía las manos sudando frío y temblando, me daba lástima, hice que pasara y que tomara asiento en el borde de mi cama junto a mí, “Ahora sí, qué te pasó, de dónde vienes?” le pregunté, “V-vengo de allá abajo, es el mismísimo infierno, iban a comerme como a todos esos cadáveres que hay ahí, tenemos que escapar de aquí en este momento…” dijo mirando hacia el suelo, ya con la luz de mi habitación la pude mirar bien, estaba cubierta de sangre ya seca por todo el cuerpo, incluso el cabello, varias heridas en sus extremidades como rasguños, estaba bastante pálida y con ojeras, se le notaba que hace días no ha podido conciliar el sueño, “Espérame aquí, iré por toallas húmedas para que te limpies, pasarás la noche aquí” exclamé, “NO POR FAVOR, tenemos que irnos ahora mismo, no sabes cómo son esos monstruos, nos comerán vivas, no tienen compasión, incluso a sus propias sirvientas devoran” respondió alterada, “Mira, yo soy un caso especial, quédate calmada, puedes quedarte aquí en lo que decidimos que hacer y me expliques más detalladamente la situación pero primero déjame tratarte o hacer lo que pueda, te traeré algunas frutas de la cocina también, te prometo que no dejaré que te suceda nada” le dije tomando una de sus manos y mirándola fijamente, asintió sin mejoría en su rostro y me dirigí por todo lo necesario para tratar la chica.

Regresé en un santiamén con la esperanza de que la chica no se haya escapado por desconfianza ya que no cerré con seguro la puerta para que no pensara mal de mí pero al abrirla seguía ahí en la misma posición, cuidadosamente la ayudé a limpiarse con las toallas, le di algunas manzanas y uvas y le pregunté cuál era su nombre al que respondió “Ingrid”, le dije el mío y nuevamente retomamos la conversación que dejamos “Muchas gracias, ahora es momento de largarnos de este infierno” me dijo, “Yo no puedo irme de este lugar, soy especial para la señora Dimitrescu y tengo mucho que investigar aún” le respondí “Tú no entiendes, si acaso has visitado allá abajo, has visto lo que hacen ahí? tu destino es ser su comida como todas aquí y yo era la siguiente, así que estoy segura que conoces mejor que yo este castillo, ideemos un plan para irnos”, me dijo determinada, “No he ido...sabía de ese lugar, pero no lo imaginaba tanto así como me lo pintas”, “Pues ve y compruebalo y querrás irte de aquí tanto como yo, pero no te acompañaré, a duras penas pude soltarme de donde me tenían retenida, así que no volveré a ese lugar”, agregó. Tragué saliva y teniendo en mente que ya a esta hora probablemente las hermanas y la señora menos están por estos rumbos ya que dedican esta hora a sus pasatiempos en el piso de arriba me decidí a dar un pequeño vistazo al mencionado sótano siguiendo las instrucciones para ingresar por parte de Ingrid, no sabía que me esperaría.

Nota: Ingrid es el personaje con quien jugamos en el demo.

Mi Dama de Fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora