Donna Beneviento

2.7K 269 13
                                    

Pasaron varios días, transcurrieron normalmente, bastante aburridos de hecho, sin nada que hacer, hasta que una mañana reunieron a todo el personal en el salón principal y yo me les uní, el motivo era para informarnos que por la tarde recibiríamos una visita de uno de los lords y que como siempre lo han hecho teníamos que ser impecables para no manchar la imagen de Lady Dimitrescu. Bueno, era la primera vez para mí que recibía tal visita. Pero la sirvienta que dirigía la reunión hizo un paro, me volteó a ver y dijo "¿Qué haces aquí? La señora personalmente me informó que tu estabas destituida de sirvienta común para servirle a ella personalmente en todo momento, deberías estar en su habitación en este instante ayudándole a prepararse para estar en perfectas condiciones para la tarde", caí en razón que estaba en lo cierto aunque me sorprendió y me alivió a la vez que la sirvienta no se refiriera a mi nuevo título como "mascota" en frente de todo el personal, tendrían una impresión grotesca de mi probablemente. Obedecí a la sirvienta y me dirigí a los aposentos de Lady Dimitrescu para ver que se le ofrecía.

Toqué su gran puerta, "¿Ama, necesita de mí?", pregunté. "Pasa mascota, te estaba esperando", entré y la vi colocándose su corset aún, estaba aún en ropa interior mirándose al espejo, no podía dejar de mirar su espalda tan marcada y amplia, y bajando la mirada pude ver ese hermoso trasero decorado con unas bellas bragas escarlata con encaje que apretaban sus dos glúteos libidinosamente, definitivamente ese color de ropa interior la hacía ver muy candente. "Cielos querida, me estás deseando con la mirada muy indiscretamente, ¿sabías?" exclamó terminando con una pequeña risa. Joder, de seguro me atrapó mirando por el espejo "Lo siento ama, no volverá a pasar, es que no pude evitar no admirar su hermoso cuerpo" le dije bajando la mirada.Alcina hizo un dorable puchero y exclamó "No necesitas disculparte pequeña, puedes verme lascivamente tanto como quieras, nuestra relación de ama-mascota necesita ese tipo de deseo para que me complazcas adecuadamente, pero bueno, dejando eso de lado, necesito que te quedes a mi lado todo el día y que cumplas mis peticiones, vendrá una invitada en la tarde, supongo que ya lo sabes". Poniendome nerviosa y sonrojada por lo primero que dijo tranquilamente, por poco pude responderle a lo siguiente "E-está bien ama, cuente conmigo".

La mañana transcurrió normalmente, estuve a su lado en todo momento hasta que llegó aproximadamente las 2pm y una de las sirvientas le llegó a notificar a la señora que su visita ya había llegado, estaba muy nerviosa, al menos ya había descartado que era un hombre ya que por la mañana Lady Dimitrescu mencionó "invitada", lo que me preocupaba es que tipo de persona podría ser, o quizás que monstruo...de todas formas, solo debía concentrarme en servirle apropiadamente a mi ama. Bajé junto a ella las escaleras que dan al salón principal e iba entrando una figura oscura al castillo, bastante tétrica por lo que a mí respecta, era en efecto una mujer, pero cubierta por un velo negro a juego con su vestido, mirándolo bien era bastante lindo, luego mi mirada se dirigió a una muñeca que traía en su mano derecha de aspecto espeluznante, sabía que todo ser relacionado a esta familia tiene algo raro y eso me daba escalofríos por lo que me podría deparar con esta nueva inclusión. "Bienvenida Donna, mi hermana, te doy nuevamente la bienvenida al castillo Dimitrescu y las gracias por aceptar mi invitación, es un honor recibir a la familia Beneviento", exclamó Alcina Dimitrescu, de repente me sorprendí al ver que la que respondió no fue la tal Donna, si no la muñeca que traía consigo "¡Hola Alcina! Gracias por invitarnos, fue un viaje cansado honestamente, así que esperamos una acogedora estancia" dijo con una voz bastante infantil, "Hola a ti también Angie, me alegro de verte supongo, ten eso por hecho, pero bueno, basta de presentaciones, ¡Plebeyas! suban las cosas de Donna. Nosotras mientras podemos ir yendo a una sala adecuada para nuestro asunto" dijo Lady Dimitrescu dirigiendo esta última frase hacia Donna. La señora subió las escaleras con nuestras invitadas detrás suyo, viéndome obligada a seguirlas, finalmente llegamos al salón en donde Lady Dimitrescu tiene muchos espejos, un telar, una máquina de coser y varias telas de diferentes colores y materiales, bastante finas por cierto; solo había entrado a esta habitación para limpiarla anteriormente. "Muy bien mascota, te presento a mi hermana Donna Beneviento, ella hoy me ayudará a confeccionar un nuevo vestido para mí, supongo que te darás cuenta de que mi ropa no es muy común de conseguir debido a mi tamaño, pues ella siempre me los ha hecho y quiero que nos ayudes por si necesitamos algo", "A sus órdenes ama" le respondí. Donna empezó a tomar las medidas de la señora, necesitó una pequeña escalera que le llevé personalmente del cuarto de herramientas para lograr alcanzar cada parte del cuerpo de esta. Me sorprendía lo callada que era la invitada y me causa curiosidad el por qué usa ese velo todo el tiempo, pero no es asunto mío. De repente entró Bela a la habitación a saludar a Donna eufóricamente, supongo que hace mucho no se veían, parecían ser buenas amigas. "Bela, retírate, no nos molestes, estamos ocupadas, luego puedes hablar con Donna, se quedará un par de días más" exclamó la señora Dimitrescu un poco enojada, "Prosigue hermana", agregó. Pasó un rato, tuve que ayudarle a sostener varios objetos a Donna y a elegir un color de su agrado a Lady Dimitrescu ya que descubrí que es muy selectiva y nuevamente demostrando su gusto tan refinado, hasta que propuso tomar un pequeño descanso para tomar té. "¡Sí, sí, eso me gusta, me estaba pensando a dormir del aburrimiento" dijo la muñeca que estaba sentada en una esquina de la habitación. "¿Cómo diantres esa muñeca habla sola?, ¿Está embrujada?" pensé. Nos dirigimos a la habitación de al lado, donde las sirvientas ya tenían arreglada una elegante mesa con un lindo juego de té y ambas, Alcina y Donna se sentaron y se les fue servido el té inmediatamente, "Vamos querida, siéntate tú también" me dijo mi ama, "S-segura señora?" le respondí, "Acostúmbrate, ya conoces tu lugar y no es pertenecer más a la servidumbre, ahora acompáñanos", asentí y me senté, no estaba para nada acostumbrada a esta situación, jamás me imaginé que mi rol en esta casa tomaría este giro de 180 grados. Las sirvientas extrañadas pero disimuladas me sirvieron normalmente y tomamos el té tranquilamente en silencio, era un poco incómodo a decir verdad, Donna incluso para beber no se quitaba el velo, introducía la tasa por debajo de este para realizar dicha acción. "¿No tienes un poco de jugo de hierba medicinal para mí?" preguntó a carcajadas la muñeca, pregunta que todos en la habitación ignoraron, "Supongo que no" agregó con voz triste. Tras el fallido intento de romper el hielo de Angie, Alcina y Donna se levantaron y procedieron a regresar a la sala de trabajo, yo obviamente fui detrás de ellas, tras media hora ya estaba seleccionado como sería el vestido y ya prácticamente que solo quedaba que Donna se pusiera manos a la obra a hacer el vestido, en ese instante en el que iba a empezar la misteriosa chica Alcina la interrumpió, "Jmmm, ¿Por qué no le haces uno a mi mascota también? Me apetece verte mejor vestida y no con esos harapos" dirigiendo esas últimas palabras hacia mí. No sabía ni que decir, la señora se estaba preocupando demasiado por mí, me sentía como una molestia si hacía que la líder de la casa Beneviento usara su tiempo y talento en mí. Guardé silencio mirando a Alcina demostrando mi rechazo por pena. "No seas tímida pequeña, Donna con gusto te hará el vestido, es uno de sus pasatiempos favoritos diseñar y hacer ropa, además por si no recuerdas soy tu ama y te lo ordeno" dijo con cara maliciosa y con una pequeña risa. No me quedó más opción que ceder a su petición y procedimos a que Donna tomase mis medidas y la señora personalmente empezó a elegir la tela y el estilo de la prenda. Luego de un rato lleno de miradas de Lady Dimitrescu dirigidas hacia todo mi cuerpo, evitando cruzar mi mirada con la suya por pena, terminamos, ya solo quedaba que la mujer de negro por fin empezara su trabajo, ¿Tan buena es en esto que planea terminar ambos vestidos en dos días?.

Mi Dama de Fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora