Día 11

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Kigurumis:

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Ukyo no podía creer su suerte, se tenía que enfermar justo en el día que iba a conocer a los amigo de su novio. Tenían meses planeando está salida, después de salir a la superficie y tomarse un día de descanso, Ryusui lo iba a llevar a conocer sus amigos junto con Gen.

Gen y él era amigos desde pequeño, pero desde que entró en la milicia se comenzaron a ver muy pocos. Entonces Gen hizo nuevos amigos y un día le presento a Ryusui. Ya que el joven lo quería conocer y hablar sobre el mar, como era el océano bajo las profundidades y esa cosa.

Habían congeniado tan bien, que a los pocos meses comenzaron a salir. Hasta que un día le avisaron a Ukyo que iban regresar a alta mar, estaba triste por despedirse de sus amigos y el chico que le gustaba. Pero Ryusui le prometió que le iba a escribir todos los días, aunque fuera en código morse.

Estuvieron de acuerdo en verse y que sus grupos de amigos salieran juntos.

Pero Ukyo un día antes de la salida, había tomado la decisión de quedarse en casa y recuperar las horas de sueño perdidas. Pero un pequeño detalle y es que se había lavado el cabello, estaba tan cansado que se le olvidó secarlo y se quedó dormido con todo el cabello mojado.

Al día siguiente tuvo que cancelar la salida con su novio, tan bien con sus amigos que en la mañana iban hacer deporte de escalada, de igual manera tuvo que cancelarle a Nikki y Kohaku que habían conseguido reservaciones en el restaurante más popular de todo Japón.

Ukyo estaba triste que su único consuelo fue ver la nieve caer por su ventana, mientras que tomaba un té caliente para el malestar.

Estaba apunto de irse a la cama a dormir, cuando suena el timbre. Toma la cobija con que se estaba cubriendo y va abrir la puerta, se sorprende al ver a Ryusui con su hermosa sonrisa y varias bolsas de compra en sus manos.

— No me ha detenido las tormentas más peligrosas, no me va a detener un simple resfriado. Nada va impedir que vea a mí novio después de seis meses — dice el rubio pasando al pequeño apartamento — Traje sopa cortesía de Francois, película recomendadas por nuestros maravillosos amigos, helado por si quieres algo dulce y unas lindas pijamas. También medicina y esas cosas, lo bueno de tener a Luna de amiga.

Ukyo lo mira sorprendido, no sabía si golpearlo por imprudente o besalo porque estaba ahí con él.

— Gen me dijo que te cuidara bien y que después vendría a ver como estabas, tenía un show y por eso no puede venir. Chrome te mando unas rocas de la buena suerte, según limpia las energía o algo así, Tsukasa y Hyoga me amenazaron de no hacer nada loco y te dejará descansar. Lo bueno es que yo tengo dos As bajo las mangas llamadas Kohaku y Minami.
Ukyo se ríe al imaginar a esas dos rubias amenazando a sus amigos.

El ojos esmeralda se sienta en el sofá y observa con ternura como Ryusui sigue hablando de sus amigos, era lindo verlo tan alegre y animado. Parecía un príncipe salvaje sacado de un cuento de hadas.

— Por cierto, por fin Senku y yo hicimos una asociación. Tenemos al Dr. Xeno de nuestro lado, fue algo difícil de convencer pero al final lo logramos, Francois también te manda mucho saludo quiso venir, pero le dije que ibamos a estar bien sin ella que se tomara el día libre y saliera con Suika y Nikki a pasear. Además que solo pude conseguir dos Kigurumis, casi no hay de mi talla pero logre conseguir uno de un tiburón.

Ukyo lo mira raro y le pregunta — ¿Que es un Kigurumis?

Ryusui lo mira sorprendido pero después sonríe y chasquea sus dedos, para luego buscar entre las bolsa que trajo los famosos Kigurumis. El albino se sorprende al ver dos tipo de pijama en forma de animales.

— Una de ballena para ti y uno de tiburón para mí, con este clima frío es ideal. Aunque me gustaría que mejor estuviéramos sin ropa y acurrucados los dos. Pero como está con gripe no se puede, así que mejor nos abrigamos y vemos películas.

Ukyo toma la pijamas entre sus manos y la siente suave al tacto — Me voy a cambiar.

Ryusui asiente y espera a que Ukyo se coloque su pijama, al salir sonríe de ternura al verlo tan lindo dentro de una ballena. ¿Quién diría que las ballenas podían ser tan adorables?

Ukyo en cambio se sonroja al ver como Ryusui se desviste en su sala y se coloca el Kigurumis, el ojos esmeralda no podía creer lo hermoso y perfecto que era Ryusui.

— Podrías haberte cambiado en mí cuarto — dice en susurros mientras que abraza un cojín.

Ryusui le guiña un ojo y le responde — Pero no tendrías una vista de mi hermoso cuerpo.

Ukyo se sonroja y trata de pensar en otra cosa, mientras que siente la respiración agitada y su cuerpo algo casanso.

Ryusui le toca la fiebre y lo mira preocupado — Tienes calentura, te daré algo de medicina y una sopa de pollo.

— ¿Y un abrazo?

El rubio le sonrió con ternura y le dijo que después de comer.

Ukyo asiente y se toma las medicinas junto con la sopa, para después acurrucarse en los brazos de Ryusui. Mientras que veía la película de Pearl Harbor.

Para la suerte de ambos, la nieve aumento y las calles estaban cerradas. Lo que significaba que Ryusui se tendría que quedar a dormir con Ukyo, ambos felices porque así no se tenían que separar.

Ryusui era el más feliz, porque así cuidaba a su angelito y se aseguraba de que no estuviera solo.

30 Días RyuKyo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora