30 Días RyuKyo

Día 13

Comiendo Helado:
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— ¿Me trajiste a un hotel? — pregunta Ukyo a su pareja, era como la quinta cita como novio y lo había llevado a un hotel al otro lado del país.

— Se que parece otra cosa — habla Ryusui esperando que su novio no se enojara — Pero no lo es, lo que pasa es qué aquí vende el mejor helado del mundo y unos submarino especiales. Francois me los recomendó y si dice que son los mejores es que lo son. Además te encantará la vista, te lo prometo.

Ukyo suspira y es que no le puede negar nada a su pareja, menos si te veía con ojos de cachorro triste.

— Está bien, probemos esos helados que tanto dicen que son delicioso.

Ryusui se emociona y le da un beso en los labios, importandole muy poco si las personas los veían.

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Ryusui tenía que hacer una nota mental de aumentarle el sueldo a Francois, tenía razón al decir que el hotel le iba a encantar a Ukyo.

Y es que la gran parte del edificio estaba debajo del agua, donde se podía apreciar mejor la vista y que parecía un acuario en la parte del restaurante.

Lo más hermoso que ha podido ver sus ojos es la cara emocionada y feliz de Ukyo, parecía un niño pequeño descubriendo el mundo.

— Ukyo, ¿que vas a pedir? — pregunta Ryusui llamándolo para que le prestará atención al mesero, su novio se quedaba hipnotizado mirando el acuario.

— Un helado de chocolate oscuro, con un café con crema por favor — dice el más pequeño de los dos, con una sonrisa en el rostro.

Ryusui asiente y después el ordena una copa de vino, con una torta de queso con una jalea de frutos rojos.

— Ryusui...

El rubio que estaba concentrado observando el hermoso rostro de su novio, deja por un momento de mirarlo y le presta atención. Se asombra de verlo todo sonrojado.
— ¿Que pasa cariño? ¿Es por la cuenta? Sabes muy bien que no me negare que pagues la mitad, no quiero que me dejes de hablar por un mes.

Ukyo se ríe suavemente, recordado las batallas bobas que tenían por querer siempre pagar la mitad de todo. Pero no era eso lo que quería preguntar o tenía dudas, respira profundo y se anima para hablar.

— ¿También hay habitaciones bajo el agua?

Ryusui se extraña por esa pregunta, pero le responde que si. Observa con diversión como Ukyo pelea con el mismo para decir la siguiente pregunta.

— ¿Nos podemos quedar? Es que me gustaría ver como seria una habitaciones bajo del agua, ¿y si vemos un tiburón o delfines? Aunque ellos dos no se llevan bien, tal vez veamos tortugas nadando. Claro si tú quieres, tal vez el conglomerado te necesita.

Ryusui toma la mano de ángel y se la besa.

— Para ti estoy libre y no me perdería la tentación de dormir contigo.

Ukyo retira su mano todo sonrojado y ve como su helado por fin llega, trata de no mirar la sonrisa coqueta de Ryusui. Las mariposa de su estómago no se iban a quedar quietas y en verdad deseaba probar ese helado. Más cuando era recomendación de la fabulosa Francois, la cocinera número 1 del mundo.

Al probarlo se sorprende gratamente por el sabor, en verdad que era delicioso el helados. Si los demás sabores eran igual de bueno como ese, tal vez quedarse varios días probando los diferentes sabores junto con su novio no era mala, mientras que veían el océano en una de las habitaciones.

Ryusui estaba feliz, las cosas resultaron mejor de planeado.

Sonríe al ver como Ukyo trata de darle un poco de su helado, en verdad era delicioso como el pastel de frustos rojos y las habitaciones eran hermosas. Se podía ver el océanos entero y las tortugas, junto con los peces nadando.

La cama era de tamaño King, pero de agua. Lo divertido fue Ukyo brincando arriba de ella y sin ningún consecuencia, mantenía el equilibro.

Ryusui sonríe al recorda que Ukyo era el mayor de los dos, pero en ocasiones parecía un niño por lo fácil quese sorprendía y lo dulce que era. Aunque en ocasiones parecía un señor sabio que te daba buenos consejos y te apoyaba en todo.

Amaba a Ukyo con todo su ser.