— ¡Wow! —Dijeron los dos al unísono al verme— está realmente hermosa señorita Tesman —dijo Jase tendiéndome su mano para hacerme girar
—Muchas gracias —estaba sonrojándome cada vez más— ¿Nos vamos?
Él hizo un gesto indicándome salir y Andrew me guiñó el ojo. Subimos a una sorprendente limusina negra con asientos de piel y mis esperanzas de pasar desapercibida se iban por los caños. No podía creer que estaba haciendo eso, iba a ser el hazmerreír de todos. Me arrepentía de haber dicho que sí y dejarme manipular por el caprichoso hombre que ese momento viajaba a mi lado.
Como era de esperarse, en cuanto frenó el auto en la entrada del lujoso salón, los reporteros y camarógrafos desviaron su mirada directo a nosotros. ¡Qué vergüenza!, jamás me había sentido tan expuesta, intenté tapar mi rostro, pero en cuanto mi jefe se dio cuenta se volteó y... ¡Me besó!
Abrí los ojos de par en par y le di una bofetada, tan fuerte que mi mano se tornó roja y ardiente, en frente de todos. Dejé pasmados y boquiabiertos a cada una de las personas que estaban allí, incluyendo al estúpido de Jase. Sabía que esto era el gran chisme que los reporteros estaban esperando para sus artículos pero no iba a dejar que el señor se aprovechara de mí como lo hacía con el resto.
Después de la cena, me invitó a bailar y accedí, aunque no quería estar ahí no iba a quedarme toda la noche sentada y aburrida, al menos iba a divertirme un poco. Por suerte no volvió a insinuarse y pasamos el resto de la noche tranquilamente.
De vuelta en casa observé a Andy, se había quedado dormido en el sofá y estaba temblando de frío, no quería despertarlo, así que lo tapé con una manta y lo dejé descansar mientras iba a mi cuarto a ponerme el pijama y finalmente acostarme a dormir.
Cinco minutos después de apoyar mi cabeza en la almohada, el cansancio hizo efecto. Caí en un sueño tan profundo que hasta que el reloj no dio las nueve con diez minutos no abrí los ojos.
Al despertarme olí el café y el pan tostándose. Me levanté y fui directo a la cocina, no sin antes pasar por el baño a lavarme la cara y cepillar mis dientes. Andy estaba distraído preparando el desayuno sin percatarse de mi presencia. Estaba escuchando música desde mi laptop, me acerqué un poco a la encimera intentando no hacer ruido, planeaba asustarlo, pero el suelo de madera rechinó bajo mi pie descalzo frustrando mi broma.
—Buenos días— le sonreí mientras me observaba, aún estaba en pijama, con un moño desarreglado en el pelo y sin nada de maquillaje
—Buenos días —me devolvió la sonrisa— toma —dijo extendiéndome una taza de café matutino— en un momento estarán listas las tostadas
—Gracias, pensé que seguirías durmiendo— le dije tomando un sorbo de café y sabía que no lo estaría, él es un hombre madrugador, creo que en los años que llevo de conocerlo, no lo he visto levantarse tarde jamás
—No cariño, hoy tendremos un día espectacular, lo tengo todo planeado
—Genial, necesito despejar mi mente y prepararme mentalmente para mañana
— ¿Prepararte mentalmente? ¿Qué ha pasado? — me observó atento
—El imbécil de mi jefe me besó frente a todos los periodistas y le di la bofetada más fuerte que pude
—Eso sí que no me lo esperaba— vi cambiar su expresión— no pensé que intentaría algo así contigo, se supone que ustedes se llevan fatal, ¿verdad?
—Obvio que no nos llevamos bien, es un capullo, pero el muy idiota solo quería dejarme en ridículo y sentirse superior por utilizarme —tomé otro sorbo de café mientras Andy servía las tostadas en un plato y les coloca mermelada— pero jamás pensó que lo golpearía, tendrías que haberle visto su cara —se me escapó una risita— creo que podrás verla mañana en primera plana —mi risa se esfumaba al pensar en lo que plasmarían en las portadas
—No te adelantes, quizás lo dejen pasar esta vez
—No conoces a esa gente, ellos no lo dejarán pasar, el Sr. Fieldman es su "entrevistado estrella" —sabía que les gustaba llenarse los bolsillos con historias como estas, alimentándose de las manipulaciones y aprovecho de personas como Jase, un galán millonario que toda su vida se dedicó a utilizar a las mujeres que lo rodeaban. Lancé una mirada a Andrew haciéndole entender que ya no quería seguir hablando de lo sucedido.
El día pasó relativamente rápido, fuimos al cine, a comer y al parque. De vuelta en casa estaba agotada de tanto caminar de un lado a otro, por lo que me di un baño caliente y fui directo a la cama.
Por la mañana me desperté más temprano de lo normal, incluso antes de que sonara el despertador. Al girarme hacia la ventana rota, a mi lado vi un sobre negro con una carta que indicaba mi nombre en rojo junto con otra rosa.
No quería leerla, no estaba de humor para eso, me esperaba un día muy largo. La guardé en el cajón de mi mesa de noche y proseguí con mi día como lo hacía normalmente. Me duché, vestí y desayuné antes de irme a la editorial a trabajar.
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Armas y Seducción (Trilogía Antara 1)
RomanceComo una simple rosa puede cambiarlo todo... Nadie se esperaba esto, mucho menos yo. María Tesman, una joven de 23 años, quien trabaja en una editorial muy conocida de la ciudad, con una vida tranquila, da un giro de 180° al ver su vida en peligro...