Vi su cuerpo desplomarse, el shock me inmovilizó y mis ojos se aguaron. Volvió a resonar un disparo y Andrew, quien había salido corriendo hacia Rajul, también cayó. Aún inmóvil vi a un grupo de hombres salir de la oscuridad del bosque y acercarse a ellos.
Tomé mi celular y le marqué a Umar, sabía que eso había sido un error y ahora mi respeto estaba en juego. Luego de dos intentos fallidos atendió mi llamada. Estaba asustada pero los hombres que habíamos reclutado realmente nos defendieron con todo lo que podían.
Minutos más tarde llegaron nuestros refuerzos con un equipo médico. Solo podía pensar en mis chicos allí agonizando. El sonido de los disparos se oía una y otra vez en mi cabeza. Todavía no me movía desde que había ido hacia mis hombres heridos, no podía. Mis pies parecían enraizados a la tierra que estaba debajo.
Al ver que estaba en shock, Umar me tomó en sus brazos y me llevo hacia un automóvil negro. Condujo hasta la mansión, donde me dejó al cuidado de Amal y luego volvió a marcharse. Para cuando logré moverme, mi cuerpo temblaba sin control y el sudor bajaba con fuerza por mi cara.
Aquella joven muchacha me preparó la tina y me acompañó todo el tiempo hasta que estuve un poco mejor. Insistió en llamar a un médico pero lo negué.
La noche cada vez se hacía más fría y solitaria. Fui a la cocina a beber un vaso de agua y volver a mi cuarto para recostarme pero, al llegar a la habitación, Merve estaba sentada en mi cama. No tenía armas conmigo y sabía que el hecho de que ella estuviese allí no sería nada bueno.
— ¿Creíste que podías contra mí? —Lanzó una risa malévola— He sido criada por los mayores jefes criminales de la ciudad, qué ingenua has sido
—Tu tiempo se está acabando y lo sabes, por eso estás aquí tratando de ahuyentarme, el reino es mío, los negocios son míos, en fin, LA CIUDAD es mía
—Eres una don nadie niña, nadie aquí te conoce —hace un gesto de desdén— debes de estar muy asustada, sé que tu vida ha sido tranquila y nunca has estado en esto antes, ¿por qué no dejas que alguien que si sabe cómo hacer esto se ocupe y vuelves a tu aburrida vida?
—No sabes nada de mi vida, no tienes ni la menor idea de lo que he pasado en mí "aburrida vida", entonces por qué no te haces un favor y te largas de aquí —traté de reprimir las lágrimas
—Quizás sea cierto, no sé nada de ti y tampoco estoy interesada en saber, pero mira a dónde estás, tan sola, tan indefensa, nadie te protege, solo ven en ti una niña frágil, no puedes llevar el mando así
—No te preocupes por eso, me ganaré mi lugar, ahora vete por favor
—Si piensas que solamente vine a hablar contigo estás muy equivocada cariño
— ¿Y a qué viniste entonces?
—Estoy aquí para tomar mi lugar o bueno, en realidad, el tuyo
—Hazlo, si te crees capaz, no veo nada que te detenga —ella saca un arma de la parte trasera de su pantalón y dispara
El dolor punzante de la bala entrando en mi piel hizo que cayera al suelo. Mis ojos se cerraron y no supe nada más hasta el otro día.
Me encontraba en un hospital, tenía un fuerte dolor en mi pecho y recordé lo que había pasado. Umar se encontraba dormido en una silla al lado de mi camilla. Intenté levantarme, pero fue inútil, debí estar anestesiada aún.
—Oh princesa, ha despertado —dijo Umar saliendo de su sueño— ¿cómo se siente?
—Mi pecho duele, pero estoy bien, ¿cómo están Rajul y Andrew?
—Ellos se encuentran estables, Basilisa, no se preocupe, ahora tiene que mejorarse
—Gracias
— ¿Por qué?
—Por cuidar de mí pese a mis tontas acciones que ponen en peligro a todos
—Está bien, usted es nueva en todo esto y es normal cometer errores, siempre estaremos para protegerla
La semana pasó rápido y mi recuperación iba bien, pronto podría volver a casa. Me sentía impotente y vencida por mi propia hermana. El odio en sus ojos no era lo que esperaba obtener de mi familia.
Cada día que pasaba sabía que se acercaba el día en que oficialmente tendría que asumir mi cargo como princesa de Antara. Me preguntaba si en verdad estaba lista para eso y la respuesta era más que obvia, no lo estaba, no sabía nada del pueblo, ni de sus habitantes.
Sabía que contaba con el apoyo de los hombres que me protegían, sabía que tenía a Rajul y a Andrew a mi lado, pero algo me decía que había algo que no iba bien. Ignoré ese sentimiento por el resto de la tarde.
A la mañana siguiente, una ráfaga de aire frío entro por la habitación del hospital provocándome un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo. El aroma a desinfectante me provocó náuseas, intenté pararme de la cama, pero un punzante dolor en el pecho me detuvo, por lo que solo pude vomitar a un lado.
Me sentí mareada por un momento y luego solo podía ver negro. Me había desmayado. Al despertar nuevamente, el cielo en la ventana estaba oscuro y Umar esperaba sentado a mi lado atento a mi rostro.
—Princesa, me tenía muy preocupado
— ¿Qué ha pasado?
—Su herida se había abierto —toqué la zona y un nuevo parche de gasa estaba sobre ella— le han cosido nuevamente
— ¿Cuándo podré volver a casa?
—No lo saben aún, tienen que asegurarse de que no se vuelva a abrir
—Espero volver pronto, no me gustan los hospitales —él asiente
El sedante volvió a hacer efecto y caí en un profundo sueño. En mi dramático sueño me vi como reina de Antara, llevando el negocio que mi padre dejó para mí. Dos niños a mí alrededor a los que llamaba hijos y un apuesto hombre al que llamaba esposo. Sabía que era un sueño, puesto que nunca he tenido el deseo de casarme y mucho menos de tener hijos.
Parecía tan real que por un momento dude cuál era la realidad, pero al abrir mis ojos vi que seguía en el hospital, Umar sostenía mi mano mientras estaba dormido. El sol estaba comenzando a salir.
Una enfermera entró en la habitación y chequeó todas las máquinas conectadas a mi cuerpo y lo anotó en la planilla al pie de mi cama. Luego de preguntarme como me sentía y si necesitaba algo, hizo silencio y anotó algunos datos en la libreta que llevaba en su bolsillo.
Le pregunté cuánto tiempo más debía quedarme pero solo se limitó a decir que una semana más para ver mi progreso. El médico volvería en la tarde a hacerme un chequeo y darme el día exacto del alta, según ella debía ser paciente, había estado inconsciente varias horas tras mi desmayo y podrían aparecer secuelas neuronales. Por más que Umar me acompañara sentía un gran deseo de ver a Andy y a Rajul, los extrañaba y quería asegurarme de que estaban bien.
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Armas y Seducción (Trilogía Antara 1)
RomansComo una simple rosa puede cambiarlo todo... Nadie se esperaba esto, mucho menos yo. María Tesman, una joven de 23 años, quien trabaja en una editorial muy conocida de la ciudad, con una vida tranquila, da un giro de 180° al ver su vida en peligro...