Capítulo 18

164 39 10
                                    

Su abrazo reconfortaba mi alma más de lo que podía imaginar, teníamos una conexión increíble. Se separó de mí rápidamente y sentí como mi corazón se detenía en el momento que alejó sus brazos. Estaba enamorándome. Mi mirada bajó hacia el suelo, sentí que me estaba rechazando y eso dolía. Pero en cuanto la primera lágrima se escapó de mi ojo, sus manos tomaron mi rostro y posó sus carnosos labios sobre los míos.

El roce despertó algo en mí que nunca había sentido antes. Por fin me sentía querida de nuevo. Me parecía casi imposible imaginar que pudiese sentirme así después de todo. Cada vez se volvía más apasionado, hasta que volvió a separarse y me besó la frente.

— ¿Qué estamos haciendo? Esto no es correcto —susurró con pena en mi cabello

—Lo sé —las lágrimas volvieron— no podemos dejar pasar esto, yo no podría dejarte ir —sostuve su mano y la observé detenidamente— quizás no sea tan malo —dije en voz baja

Su mirada se iluminó por un momento, pero la oscuridad regreso al instante. Tomé su rostro y lo obligué a mirarme. Podía ver como sus ojos pedían a gritos que esto fuera posible. Lo besé, esta vez con más intensidad. La necesidad de tenerlo cerca crecía conforme pasaba el tiempo. No quería volver a estar sola y definitivamente no quería que se fuera de mi vida, eso se sentía muy bien como para dejarlo pasar tan fácil.

Sabía que no terminaría bien, yo estaba rota y sabía que él también, pero realmente lo quería. Su lengua buscaba la mía hasta encontrarla y juntas comenzaban a bailar en nuestras bocas. Posó sus manos en mi cintura y me atrajo más hacia él.

Alguien aclaró su voz desde la puerta del salón para llamar nuestra atención. Ambos nos separamos, reímos por lo bajo como confidentes frente a un secreto que estaba a punto de ser descubierto. Observamos a la delgada y alta mujer de blanco, que por su delantal deduje que provenía de la cocina.

— ¿Sí? —pregunté sin más

—Señorita, vine a avisarle que su cena está lista —miró a Rajul confundida— ¿El señor va a comer también?

—Sí, por favor preparen la mesa, en un momento vamos —cordialmente asintió y se retiró de la sala dejándonos solos nuevamente

Momentos después ambos nos dirigimos al comedor donde un banquete esperaba para ser degustado. La cena estaba deliciosa. Conversamos todo el tiempo que estuvimos sentados allí, hablamos de nuestras vidas, evitando mi horrible pasado de niña, nuestros trabajos, etc. Concluí que la vida allí era muy dividida. Solo había dos bandos a los que pertenecer, la mafia o la pobreza.

Incluso me sorprendió escuchar que a muchos los entrenaban desde niños para trabajar en las mafias de la ciudad. Rajul era uno de ellos, su padre lo entregó al mío por dinero con apenas 5 años. Era muy común eso al parecer y por más de que quisiera cambiarlo no podría, ni siquiera siendo la Princesa.

Las tradiciones eran más importantes que las leyes en el pueblo. La gente sabía qué lugar tenía y no querían cambiarlo, quizás por miedo. Me contó que mi padre se había planteado erradicar las mafias luego de ver como masacraban a su gente frente a sus ojos, pero todos se negaron y solo hizo que aumentaran los asesinatos en la ciudad. Eso me horrorizó.

También me contó sobre cuáles eran los negocios sucios de mi padre, al parecer se trataba de oro y algunos estupefacientes, un mercado extenso con mucha competencia. Comentó que alguien se estaba haciendo cargo por el momento, pero era mi labor entrenarme para continuarlos. No podía negarme a hacerlo o asesinarían a más personas y no quería que fuera por mí que murieran.

 No podía negarme a hacerlo o asesinarían a más personas y no quería que fuera por mí que murieran

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Armas y Seducción (Trilogía Antara 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora