Capítulo 14

141 50 7
                                    

Podía sentir su respiración sobre mi pelo y sus latidos en mi oído, sus marcados músculos y su perfecto aroma varonil me envolvían. Se asemejaba tanto a Andy. Quería sacar la venda de mis ojos para verlo, pero él tocó mi mano haciéndome entender que aún no era tiempo de quitarla.

— Ya puedes quitarla —dijo con voz grave y profunda bajándome de sus brazos con delicadeza, eso me confirmaba que no se trataba de mi mejor amigo, su voz era diferente, parecía algo mayor o quizás más oscura que la de Andrew

— ¿Quién eres? —vi a un hermoso joven de cabello negro y oscuros ojos verdes, de esos que esconden los peores secretos

— Soy tu protector —su mirada no se despegaba de la mía ni por un instante

— No necesito un protector, no soy para nada importante o famosa como para tenerlo

— ¿No leíste la carta verdad? —negué con la cabeza y él suspiró— pues debes hacerlo

— ¿Vas a llevarme a mi casa? —era mi único deseo en ese momento

— Te llevaré, pero no puedes quedarte, no es seguro para ti

— ¿Y a dónde iré?, no tengo otro lugar para vivir

— Si lo tienes —su mirada me provocaba una corriente por todo el cuerpo— ven conmigo —lo seguí temerosa a un callejón donde descansaba una gran motocicleta al final

Luego de varias horas de viaje llegamos al hermoso y tranquilo vecindario. Parecía un sueño poder volver después de tanto. Él llevó su moto a la parte de atrás de la casa mientras yo intentaba abrir la puerta. Algo la estaba trabando por el lado de adentro por lo que le di una patada y ésta cedió.

Quedé perpleja y se formó un nudo en mi estómago al ver todas mis cosas revueltas, muchas de ellas rotas en el suelo. Levanté la fotografía de mi madre y la llevé a mi pecho cerrando los ojos. La extrañaba demasiado.

Sentí pisadas detrás de mí, abrí mis ojos y me giré para encontrarme a esos penetrantes ojos verdes, mirarme detenidamente. Seguí su mirada que parecía observar mi dañado y frágil cuerpo de arriba a abajo analizando cuidadosamente cada parte de él.

—Ve a buscar tus cosas, no tenemos mucho tiempo —dijo viendo la hora en su muñeca— pronto estarán aquí, busca la carta y llévala contigo —asentí y me perdí de su vista al entrar en mi cuarto

Guardé algunas cosas en una mochila junto con la fotografía de mi madre y dinero que había guardado en la caja fuerte de mi armario, también tomé la carta y la dejé sobre la cama. Cambié el vestido por unos jeans, zapatillas y mi abrigo de cuero. Tomé la dichosa carta y la guardé en el bolsillo interno de mi chaqueta. Si era tan importante, no podía perderla. Colgué la mochila en mi hombro. Ya estaba lista. Di un último vistazo rápido para procurar de no olvidarme nada fundamental.

De pronto él entró en la habitación agachado y jaló mi mano hacia el suelo. Me hizo señas de que guardara silencio y escapara por la ventana, le hice caso y él me siguió. Había ruidos en la cocina por lo que supuse que alguien lo buscaba a él.

Después de salir de la casa por la ventana del cuarto, corrimos hacia la motocicleta y la montamos. Nos alejamos lo más rápido que pudimos de ahí. Por la mirada que él mostró nos buscaban a ambos y entendí que era uno de los hombres de Joseph y no eran para nada buenas noticias, si nos encontraban nos matarían.

No sabía quién había sido el responsable de destrozar toda mi casa pero si estaba en busca de la carta, no hizo bien su trabajo, pues estaba exactamente en el cajón de mi mesa de noche donde la había puesto semanas atrás. Por eso mismo y por qué no habían robado el dinero que seguía guardado sentí pánico, quizás Joseph no era el único que iba tras de mí.

 Por eso mismo y por qué no habían robado el dinero que seguía guardado sentí pánico, quizás Joseph no era el único que iba tras de mí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Armas y Seducción (Trilogía Antara 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora