Capítulo 8

187 65 28
                                    

¿Qué? ¿Qué le advirtieron y a quién? Esta vez decidí poner el arma en mi bolso mientras esperaba a Andy. Un mal presentimiento me invadía. Algo estaba mal, sentía como si algo malo fuera a suceder, tenía que estar bien preparada.

Andrew aún no llegaba y ya eran las nueve. Él nunca se retrasaba tanto. Me dirigí hacia su casa para ver si estaba todo en orden. Golpeé y toqué el timbre pero nadie contestaba. Su coche tampoco estaba y la casa parecía vacía.

¿Se había ido? No me había dicho nada de eso, otra vez esa horrible y abrumadora sensación me invadía. Eso estaba mal, no creía que se hubiese ido así como así sin decir nada, hacía apenas cinco horas lo había visto y no parecía como si fuera a hacer eso.

¿Y si algo malo le había sucedido? ¿Qué haría?, volví a mi casa y traté de pensar en un plan, si llamaba a la policía, ¿Qué diría?, "vi a mi amigo espiando mi casa por la ventana y ahora desapareció sin dejar rastro", eso no sonaba nada bien. Para empezar, la policía de la ciudad y yo no nos llevábamos nada bien, si decía eso me juzgarían por no llamarla antes y no vendrían porque pensarían que era broma.

Tenía que buscarlo, el solo hecho de pensar que algo malo le pasaba me provocaba un espeluznante escalofrío. Recordé que tenía una copia de sus llaves, las busqué y fui nuevamente a su casa a ver si encontraba alguna pista que me dijera que estaba pasando o dónde estaba mi amigo.

No había rastro alguno de él, su celular, su laptop, su ropa, todo estaba en su lugar, era como si la tierra lo hubiera tragado. Él nunca se iría sin su celular, es muy extraño. ¿Dónde estaba?

Volví a casa, necesitaba pensar dónde podía estar, me percaté de que mi puerta estaba abierta, busqué el arma en mi bolso y revisé por completo el lugar. A lo lejos vi un papel sobre la mesa de la cocina, era una dirección y una nota:

"Ven sola o no volverás a verlo"

Inmediatamente, pensé en Andrew, alguien lo había secuestrado. Sin perder más tiempo tomé mi bolso, las llaves del coche y salí hacia el lugar que me habían indicado en busca de mi mejor amigo. La dirección era fuera de la ciudad por lo que me llevaría, al menos, cuarenta minutos llegar.

Al llegar, noté que era una bodega abandonada de 2 pisos. Eso debía ser una trampa. De pronto se escucharon gritos del 2° piso, sonaba como Andrew. Desesperadamente, entré y subí las escaleras a trompicones.

En el piso solo había un pasillo con cinco puertas de un lado y una al final del corredor. Volví a escuchar ruidos e intenté descifrar de qué puerta provenían. Tuve que abrirlas todas porque no pude adivinar de cuál de ellas venían los gritos, a medida que iban abriéndose podía ver que estaban vacías, hasta que llegué a la última.

Mi corazón se aceleraba cuando abrí la puerta y lo vi. Andy estaba atado a una silla, con los ojos tapados y amordazado. Lo habían golpeado demasiado, su cuerpo estaba lleno de sangre y moretones.

—Cariño, voy a sacarte de aquí— le susurré mientras retiraba la venda de sus ojos y boca

—No María ¡Vete!, es una trampa, ellos te quieren a ti— se escucharon pasos acercándose y me apresuré a desatar sus manos

Cuando empecé a quitar la soga de sus pies sentí un golpe en mi cabeza y me desmayé al instante. Lo próximo que recordaba era estar atada, con los ojos vendados y la boca tapada con cinta adhesiva en lo que parecía ser la cajuela de un automóvil que iba a toda velocidad. Mi cuerpo golpeaba de un lado al otro en el diminuto espacio metálico.

 Mi cuerpo golpeaba de un lado al otro en el diminuto espacio metálico

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Armas y Seducción (Trilogía Antara 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora