Jase Fieldman, o mejor dicho mi jefe, era conocido por ser un mujeriego sin corazón y sin dudas un fuck boy de los más guapos que se han visto, claro que él lo sabía perfectamente y por eso tenía su ego por las nubes, cada vez que podía se aprovechaba de sus encantos.
Allí, en la oficina, ya había estado con al menos cinco colegas desde que él era el "jefe", siempre les engañaba con las mismas promesas, un ascenso y aumento salarial, claro que nunca cumplía y terminaba echándolas a la calle o ellas mismas renunciaban. Era considerado todo un don Juan en la empresa, nadie parecía estar conforme con él, pero eso no le importaba en lo absoluto.
— ¿Qué me decías de Amanda? —preguntó Sara pensando en lo que le había mencionado anteriormente
—Lo que escuchas, cuando llegué salió gritando que renunciaba, tomo sus cosas y se marchó sin más —no le tomé mucha importancia— dramas, dramas y más dramas, es todo lo que hay aquí desde que Harry murió —Harry era el padre de Jase, era nuestro jefe antes de fallecer en un accidente aéreo, lo queríamos mucho, siempre había sido justo con todo el personal y jamás abusó de nuestra actitud servicial
—Es la tercera baja esta semana, a este paso la empresa quedará vacía y en quiebra para fin de mes, ¡este hombre nos va a arruinar!
—Si sigue comportándose así creo que seré la próxima en irse de aquí —dije con mis ojos en la computadora— estoy harta de su ego sin límite y su falta de empatía
—Calma, ¿Qué ha pasado?
—Veo que ha terminado su trabajo señorita Tesman —la voz de Jase Fieldman resonó desde la puerta— será mejor que dejes el libro hoy antes de la medianoche en mi escritorio —sonrió al ver mi sorpresa y desagrado
Antes de poder refutar se retiró dejándome con la palabra en la boca. Mi día de trabajo pasaba increíblemente rápido, casi no me daba tiempo de terminar, pero al final lo logré. Llevé el montón de hojas al despacho principal, tomé mis cosas y me retiré, la empresa estaba vacía, hacían horas.
De vuelta en casa decidí ver una película en el sofá mientras comía algo. Como de costumbre me acompañaba un buen vaso de whisky nocturno para ayudar al sueño. La cena estaba realmente deliciosa. Agradecía a mi madre, que en paz descanse, por enseñarme a hacer un delicioso milhojas de patata y crema.
Sin darme cuenta me quedé dormida sin ver el final de la película. Al cabo de unas horas me despertó un fuerte y espeluznante sonido proveniente de mi habitación. Al dirigirme a ella noté que el cristal de la ventana estaba roto y trozos de él se esparcían por todo el suelo. Comencé a caminar con cuidado de no clavarme ningún vidrio para tratar de ver que pudo romperla, pero al acercarme vi en mi escritorio una rosa con una tarjeta que decía:
"Te ves preciosa durmiendo"
¡¿Pero qué mierda?! Estaba muy asustada viendo una sombra alejarse por el jardín. Decidí llamar a mi vecino y mejor amigo, Andrew, para preguntarle si había visto al sujeto que había hecho eso.
— ¡Andrew!, gracias a Dios —dije con alivio al escucharlo bostezar al otro lado de la línea
— ¿María, qué sucede? —Dijo un poco dormido y sin entender nada— ¿Estás bien?, ¡Joder!, ¿Qué hora es?
—Alguien ha roto mi ventana y... —no entendía qué estaba pasando en ese momento, porque ¿qué clase de broma era esa?
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Armas y Seducción (Trilogía Antara 1)
RomansaComo una simple rosa puede cambiarlo todo... Nadie se esperaba esto, mucho menos yo. María Tesman, una joven de 23 años, quien trabaja en una editorial muy conocida de la ciudad, con una vida tranquila, da un giro de 180° al ver su vida en peligro...