Capítulo 1: Nuevo curso

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Quedaban diez minutos para las once. Una gran locomotora echaba humo y pitaba cada dos minutos para apremiar a los jóvenes que se encontraban en el andén junto a sus padres y amistades. Una chica de quince años con una melena rojo fuego miraba con semblante apenado las escenas de despedida de las familias.

—Lily.—dijo una voz. Los ojos verde esmeralda de Lily se movieron hacia los de su madre. Ella esbozó una sonrisa.-No tengas en cuenta el comportamiento de Tuney.

—Sí, ya sabes que le puede la envidia.—dijo el señor Evans, quien recibió un codazo en las costillas de parte de su esposa.–¿Qué, acaso no tengo razón?–respondió con sorna. Lily rió.

—Piensa que además, este año vas a tener que ejercer de lideresa.—apuntó la señora Evans, señalando la insignia sujeta en la túnica de su hija, donde se podía ver el escudo de la casa de Gryffindor con una reluciente P.

—Con sus ventajas e inconvenientes.—corroboró el señor Evans.

Lily abrazó a sus padres, se limpió las lágrimas con la manga de la túnica y mudó a un semblante más alegre. Subió a uno de los vagones del tren y despidió a sus padres desde la ventanilla.

—Adiós, Lils. Nos vemos en Navidad.—dijo su padre.

—Aprende mucho, hija.—añadió su madre.

La locomotora emitió un sonoro pitido que retumbó por todo el andén nueve y tres cuartos y el tren se puso en marcha, rumbo hacia el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, en un lugar inidentificado en las Highlands de Escocia.

Lily se encaminó hacia los primeros vagones, aquellos reservados a los prefectos de quinto, sexto y séptimo, cuando vio a dos chicos venir hacia ella. El primero de ellos era castaño, de ojos miel y presentaba marcados signos de cansancio. Al igual que Lily, lucía la insignia de prefecto en la túnica del colegio. El segundo era un chico enjuto, con el pelo castaño claro ralo y unos incisivos ligeramente agrandados.

—¡Hola, Remus!—dijo Lily, sonriéndole.–¿Has pasado buen verano?

—No ha estado mal.—dijo Remus, lacónicamente.

—Hola, Pettigrew.—saludó Lily de manera más distante.

—Hola, Lily.—respondió este.

—¿Dónde habéis dejado...?

Pero su pregunta quedó respondida cuando otros dos chicos llegaron corriendo y abrazaron por detrás a Lupin y a Peter. Un chico con gafas bastante atractivo se fijó en Lily y se pasó la mano por el pelo, provocando que este se alborotara más de lo que estaba.

—¿Todo bien, Evans?—dijo James Potter.

—Piérdete, Potter.—sentenció secamente Lily.

—Vamos, Evans, sé más amable con Jamie. Bastante tiene con ser el segundo chico más popular de Hogwarts.—dijo socarronamente el chico de al lado, un chico moreno, cuyo pelo formaba un flequillo que caía de forma grácil sobre su frente. Su atractivo también era notable, aunque el suyo tenía un aire de elegancia natural del que carecía James.

—¡¿Perdona?!-gritó James.

Remus, Peter y Sirius estallaron en carcajadas. Lily, sin embargo, no mudó el semblante.

—Veo que sigues teniendo el mismo sentido del humor, Black.—sentenció.

—Obvio. ¿De qué otra forma podrías apreciarme tanto?—dijo Sirius, mirando pícaramente a la pelirroja.

—Bájate de tu hipogrifo, Black.—replicó Lily, fulminando a James y Sirius con la mirada. Se giró hacia Lupin y su expresión se relajó.—¿Vienes al vagón de los prefectos, Remus?

Amato animo animato animagus |Lily y los Merodeadores. Año Quinto|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora