Amato animo animato animagus |Lily y los Merodeadores. Año Quinto|

Capítulo 36: El mayor error de Snape

   AVISO: Este capítulo contiene trozos que son del capítulo canónico "El peor recuerdo de Snape". Está un poco cambiado. Todos los derechos son de la autora y de Warner Bros. Recuerdo que este fanfic es sin ánimo de lucro, hecho por fan para fans. Dicho esto, ¡deleitáos con el capítulo!

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     Al día siguiente los alumnos se enfrentaron a las dos materias preferidas de Lily. Por la mañana tuvieron el examen de Pociones, donde tanto Lily como Snape realizaron las mejores pruebas. James falló a la hora de realizar la poción agudizadora del ingenio porque se le olvidó la bilis de armadillo, pero por lo demás, tampoco tuvo dificultades para resolver el examen. Remus, sentado unas mesas más allá, luchaba entre vapores para poder arreglar la poción que había intentado preparar.

     A la tarde se realizó la prueba de Encantamientos. Cuando los profesores terminaron de repartir los exámenes, Lily dio la vuelta a su hoja y empezó a escribir sin detenerse.

     —El examen era fácil.—escuchó decir a Sirius cuando salían del Comedor.

     Los alumnos tuvieron que esperar en el vestíbulo a que los llamaran en tandas de cuatro para la realización del examen práctico. Lily extrajo su varita y comenzó a repasar los movimientos para los diferentes hechizos. Mary estaba acurrucada, meciéndose de adelante a atrás, nerviosa. Marlene y Arista hablaban en susurros. Pero James y Sirius eran los únicos estudiantes que se mantenían relajados.

     Sirius fue de los primeros en entrar, quedando Remus, Peter y James sin su amigo. James se fijó en Lily, que agitaba su varita en silencio y se acercó a ella.

     —Buena suerte, Evans.—dijo con una enorme sonrisa.

     —¿Por qué vienes aquí?—espetó ella, y la sonrisa de James se borró de sus labios.

     —Podías ser un poco más amable.—respondió.

     —Lo siento, Potter. Las esperas me ponen de los nervios. Gracias.—rectificó ella.

     James volvió con sus amigos, dejando a Lily con su repaso. Finalmente, el profesor Flitwick llamó a Edgecombe, Evans, Fayuz y Finn. Lily entró en la habitación.

     —El profesor Gwren está libre, Evans.—dijo el profesor Flitwick con su voz de pito.

     El profesor Flitwick le señaló una mesa donde había un examinador libre, un mago de mediana edad de barba castaña y rostro afable. La pelirroja se dirigió hacia allí.

     —Lily Jade Evans, ¿verdad?—preguntó el profesor Gwren.

     Lily asintió y sonrió, un poco nerviosa.

     —Eso es, tranquila.—la animó el profesor.—Veamos, quiero que cojas esta pluma y la hagas levitar.

     Lily se relajó y a partir de ese momento el examen fue como la seda.En el intermedio entre el examen de Encantamientos y el de Historia de la Magia, los alumnos se dedicaron a repasar sus notas.

     —Bueno-dijo Lily cuando salieron del examen—ya solo nos queda un día para ser libres.

     Aquella noche, la sala común estuvo en completo silencio mientras los alumnos de quinto año repasaban Defensa Contra las Artes Oscuras y Transformaciones. James y Sirius se habían ido a su dormitorio, alegando que ya se sabían el temario de memoria y no necesitaban repasar.

     A la mañana siguiente se realizó primero el examen de Defensa Contra las Artes Oscuras. La parte práctica consistió en realizar un encantamiento escudo, hacer que los examinadores quedasen inmóviles durante un minuto, repeler a un boggart y desarmar a los profesores.