Lazos||KTH|| ✔

Doce.

Entré a la cafetería y como era de suponerse las miradas se posaron en mi. Pasé de ellas y fui hacia la fila que había para esperar a que fuera mi turno y coger mi comida.

—Es una zorra, mira que decir que le gusta dos chicos y tener el descaro de hacerse ver públicamente— miré a donde miraban aquella chicas mientras decían mierda de la de cabellos cortos.

Esta se puso a mi lado en la otra fila pero su cabeza estaba gacha mientras miraba hacia el suelo, hace dos días de aquella función y aún no se callan estos cotillas.

Un chico paso por su lado y la empujó por el hombro, ella apretó sus labios mientras seguía mirando al suelo. El chico rió de lado junto con los demás que andaban con él y siguió su camino.

Su fila siguió avanzando y ella caminó.

Miré al chico irse para salir de la cafetería junto a su club de porristas, salí de la fila para ir detrás de él.

—¡Hey!— estos se detuvieron y voltearon a mirar, me acerqué con prisa y le di una patada en su estómago haciendo que cayera al suelo. Los demás no se movieron y me veían con asombro.

—¡Ah! ¡¿Qué te pasa Kim?!— su mano estaba en su estómago mientras trataba de reponerse.

—Vuelves a solo rozarla y veras lo que te pasará — me repuse y di media vuelta para empezar a caminar e ir de vuelta a la cafetería.

Sabía que no me iba a llevar la mejor imagen, pero esto ya es pasarse.

Aquella chica estaba en el suelo mientras un grupo de estudiantes le lanzaban comida y otro gravaban. Par de inmaduros.

Empuje a todo el que se interpusiera en mi camino para llegar hasta ella.

Un chico volteó un vaso de jugo encima de ella y yo tomé uno que tenia una chica, caminé de prisa hacia él para hacerle lo mismo.

Todas las miradas vinieron hacia mí menos la de aquella chica.

Cuando el chico me miró le lancé el vaso haciéndole un corte en la mejilla.

—¿Es divertido lo que hacen?— todo quedaron en silencio— También quiero hacerlo— le di al chico en la garganta de su pierna para hacerlo caer al suelo.

Tomé una bandeja que estaba encima de una de las mesas y le lancé la comida.

—No le encontré lo divertido —  le di con la bandeja haciéndolo caer por completo al suelo, la chica miró con un poco de miedo y se corrió aún sentada en el suelo. Solté la bandeja y me subí encima de una de las mesas.

—¡Quiero que todos me oigan!— señalé al chico que estaba en el suelo, el cual me importaba muy poco en que condiciones estaba.

—¿Ven lo que le hice?— los miré a todo— La vuelven a tocar y estarán muertos, me importa bien poco quien sea— me bajé de la mesa y caminé hacia la chica, quité la chaqueta de mi uniforme y la puse encima de sus hombros. La ayudé a levantarse para empezar a caminar y salir de aquel lugar.   

¿Muy cliché?