Veintiuno.

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-De seguro y estas cansado por el partido, deberías de ir a descansar un poco - nos detuvimos en frente de mi dormitorio.

Él tenía aquella ropa deportiva con el logo del equipo, hace unos veinte minutos que terminó el partido, y como siempre ellos ganaron.

-No lo estoy, además aún no termina nuestra cita- negó.

-¿A no?- volvió a negar e hizo lo mismo que horas atrás, de tomarme por la cintura

-Después de esto puede ser que termine- acercó más su rostro al mío hasta el punto de no existir ni la más mínima distancia entre los dos, y me besó.

Sus ojos estaban cerrados y los míos demasiados abiertos, sus labios se movían encima de los mios, cuando reaccioné él se iba a separar de mí, pero solté las cosas que habían en mis manos y las subí para colocarlas detrás de su nuca, cerrando mis ojos y correspondiéndole.

●○○○●

La vi caminar de prisa hacia adentro del edificio minutos después que nos besamos, se veía tan bonita y tierna con sus mejillas coloradas.

Sonreí y empecé a caminar pero no me percaté que había alguien parado a una cierta distancia de mí, sentí ese sabor metálico en mi boca y aquel golpe en mi mejilla.

Me repuse y miré aquel chico delante de mí, con el dorso de mi mano toqué mi labio y tenía sangre.

Hice una mueca al pasar mi lengua por donde estaba roto.

-Alejate de DoYoung- me señaló y yo reí de lado, bajé la cabeza y con la misma fuerza o un poco más, pegué mi puño en su pómulo.

-¿Por qué debería de hacerlo?- le dije con molestia.

-Sé que solo lo haces porque ella me gusta- iba a pegarme pero esquivé su golpe corriéndole hacia un lado.

Le di una patada en sus costillas haciendo que cayera al suelo, caminé hacia él y lo tomé por el cuello de su camisa.

-Yo quiero a DoYoung, y ni tu ni nadie me va alejar de ella- levanté mi mano echa puño.

-¡No!- aquel grito nos hizo voltear a ambos y vi a aquella chica a una distancia de nosotros, se acercó con prisa y me alejó del chico para ayudarlo a levantarse- ¿Estas bien?- le preguntó al otro y yo entrecerre los ojos mientras ponía mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

-¿Estan locos?- ahora nos miró a ambos - ¿Son unos niños acaso?- no pude evitar reír por lo tierna que se ve cuando se enoja- ¡No te rías!- se acercó más a mí - Tú estabas a punto de pegarle y te ries - sus ojos se despegaron de los míos y bajaron a mis labios.

Bufó y me dio en el pecho para luego hacer puño su mano cogiendo la tela de mi camiseta, volteó y se detuvo al ver que el chico ya no estaba detrás de ella, vi cuando se fue pero no le diría nada.

-¿Ah? ¿Dónde esta?- me miró y me encogí de hombros, volvió a bufar y empezó a caminar halandome por mi camisa.

Se veía demasiado linda, toda gruñona y enojada.

Se veía demasiado linda, toda gruñona y enojada

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Lazos||KTH|| ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora