━━━━━━ ONLY ANGEL.
Leila Thornton era la melliza de Topper, y la princesa kook en Figure Eight, pero el destino se encarga de enlazarla con los pogues luego de aquel día de huracán.
JJ Maybank x OC femenino.
Outer Banks, temporada 1.
Estado: Term...
DEJÓ ATRÁS TODOS LOS PENSAMIENTOS Y RECUERDOS QUE LA MORENA HABÍA DESENTERRADO. Ya sus pies habían caído nuevamente a tierra firme, dándose cuenta de lo que ocurría a su alrededor. Era un desastre, esa misma noche había peleado con su hermano, luego estuvo a centímetros de la cara del rubio y ahora la morena le había dado las gracias por no relevar su secreto; muchas cosas habían ocurrido solo por unas copas de más. Su cabeza ahora le dolía y comenzaba a sentirse mal, las paredes se achicaban y sentía que el calor de la noche la quemaba, por lo que decidió salir nuevamente.
Afuera todo era diferente, el aire flotaba con naturalidad, golpeándole el rostro y entrando con facilidad a sus pulmones.
—Tu teléfono no ha parado de sonar —llegó John B a su lado. Este le tendió el teléfono a la rubia, mostrando la pantalla, donde habían seis llamadas perdidas de su padre.
Volvió a sentirse mal. Había olvidado por completo que tenía al hombre más estricto del mundo como padre, y sabía que esas llamadas no eran para asegurarse de que estuviera bien, sino para ordenarle que fuera de regreso a la casa; más problemas. Comenzó a tomar sus cosas con algo de desesperación, mientras que los demás comenzaron a mirarla con extrañeza. Tomó su teléfono mientras intentaba graduarlo, en un intento fallido; realmente se podía ver el nerviosismo desprender de su cuerpo.
—¿Todo bien? —preguntó Pope con algo de preocupación.
—No, digo, si. Solo necesito irme a casa —respondió sin mucha importancia, intentando parecer tranquila, cosa que no parecía.
—Podemos llevarte —comentó John B.
—No, no se preocupen. Mejor llamaré a Rafe para que me busque —respondió marcando su número en su teléfono. El rubio no tardó en contestar, afirmándole que llegaría en cualquier momento para recogerla.
Los minutos pasaron y el auto de Rafe Cameron se vio por primera vez en el área pogue. La rubia apenas y se despidió, solo agradeció y se dio prisa. Una vez sentada y con el cinturón puesto, pudo dejar escapar un suspiro de alivio, aunque sabía perfectamente que todavía no estaba librada de ningún castigo. Conocía a su padre y sabía que sería poco probable que le creyera que había pasado la noche con Rafe, así que tendría que decirle la verdad.
—Pasas mucho tiempo con los pogues —comentó el rubio con su mirada puesta en la carretera. Eso era lo último que la rubia quería, un sermón por parte de Rafe. Lamentablemente no tenía escapatoria, no tenía a donde ir para evitar el tema.
—Son buena gente, me agradan —se limitó a contestar con aquellas simples palabras, las cuales no estaban lejos de la realidad, pero no le diría en la cara a Cameron que preferiría estar con ellos antes que con los kooks. No se atrevería.
