only angel 𖦹 jj maybank.

28. new begginings.

capítulo veintiocho:
nuevos comienzos.
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Sentía un nudo en su garganta que la torturaba y le impedía respirar con normalidad. El malestar también se encontraba presente en su estómago, una oleada de náuseas. Las palmas de sus manos sudaban. Leila miró una vez más a su padre. No podía detenerse a pensar si debía hacerlo o no. Era su única oportunidad, la única que tenía para cumplir su promesa a su madre. Quizás no la sacaría de Outer Banks, tal vez desde un principio nunca se refirió a abandonar a la isla. Pero la sacaría de todo aquello, de la depresión y ansiedad que estaba al estar al lado de William Thornton.

—Tienes razón, yo debería ir preso —la voz de Rafe sonó a través de un megáfono. El chico estaba en medio del gentío, viendo a los policías y a todos a su alrededor sin saber por qué su voz se escuchaba por todos lados. Luego de unos segundos buscando, pudo notar una cabellera rubia en el público. Leila tenía un megáfono en una de sus manos y en la otra tenía su teléfono—. ¿Acaso mi papá te enseñó a apretar el gatillo? ¿O fue Ward quien te enseñó? Dime papá ¿Ward te ayudó a matar a Big John o lo hiciste tú solo? Mi padre mató al papá de John B, por celos y remordimientos —sonó Leila a través de la grabación de su teléfono—. Hice lo que tenía que hacer niña, ahora cierra la boca antes de que alguien más escuche —ahora las miradas estaban en William, quien tenía su cabeza en alto pero esquivaba todas las miradas—. Yo apreté ese gatillo, William. Yo lo hice —una vez la voz de Rafe sonó en el megáfono.

Todos los ojos estaban puestos en William y Rafe. El silencio fue ensordecedor una vez la rubia detuvo la grabación. Algunos policías se hicieron a un lado, volteándose y mirando a la rubia que tenían tras ellos, la que sostenía un megáfono con manos temblorosas, el rostro sucio y con sus ojos llenos de dolor y alivio.

—Se acabó, papá.

Bajó el megáfono, soltando todo el aire acumulado en sus pulmones. Sintió una lágrima silenciosa bajar por su mejilla, pero la barrió lejos de su rostro con desprecio. No iba a llorar, él lo merecía. Él lo merece, se volvió a recordar. Pero el nudo en su garganta seguía ahí. Finalmente el río de lágrimas que tenía dentro de ella se desbordó mientras caminaba en dirección a Sarah.

—Si me hundo, te hundes conmigo Ward —ladró Thornton mientras era llevado a rastras esposado hasta una de las patrullas. La cara de Ward palideció mientras miraba a su alrededor y esquivaba la mirada de William.

La chica Cameron tenía su boca levemente entreabierta, su pecho subía y bajaba lentamente mientras miraba como su hermano mayor era también esposado. Sarah también se sentía destruida, no negaba también sentir aquella culpa. También debía convencerse de que tanto Rafe como Ward merecían pagar por sus malos actos.

—Lo siento —la rubia abrazó a Sarah mientras las lágrimas ya caían. La Cameron reprimió unos sollozos sobre el hombro de su mejor amiga. Leila entendía su dolor. Era lo necesario pero dolía muchísimo. Así que la abrazó aún más fuerte.