━━━━━━ ONLY ANGEL.
Leila Thornton era la melliza de Topper, y la princesa kook en Figure Eight, pero el destino se encarga de enlazarla con los pogues luego de aquel día de huracán.
JJ Maybank x OC femenino.
Outer Banks, temporada 1.
Estado: Term...
La habitación volvió a quedar en silencio. De repente la mente de Leila volvió a aquella tarde de otoño, cuando eran pequeños y su madre los había disfrazado igual. Recordaba haberse ocultado en el despacho de su padre, a pesar de que este le tenía prohibido entrar. Estaba sentada detrás del escritorio, asomando solamente sus ojos y esperando a que su hermano cruzara la puerta para asustarlo. Ahora, Topper Thornton acababa de cruzar la puerta del despacho de su padre, pero Leila disfrazada de abeja no estaría allí para asustarlo. La Thornton tenía los ojos rojos, y su cara no mostraba signos de estar bien.
—Me voy —solo pudo soltar la chica que se acababa de enterar de que su padre no era su padre y que además era un asesino.
Pero Topper no iba a darse por vencido, no esta vez. La rubia estaba pasando por su lado, dispuesta a irse, pero su mellizo habló.
—Leila, papá sabe del oro —vociferó el chico. Sus ojos estaban espetados en los de William. Su mirada era furiosa y fría, mientras que William se ponía pálido. La rubia paró en seco al escuchar aquello.
—¿Qué? —se volteó con incredulidad.
—Lo sabía desde hacía mucho. Pero el muy maldito no quizo seguir buscando, no iba a perseguir el oro porque este vendría a él, ¿no es así, papá? —confrontó a su padre, quien se encontraba sentado en la silla de cuero. Este tragó saliva viendo como la rubia lo miraba con... ¿decepción? ¿ira? o quizás cansancio, parecía que no se le daba bien tomar varias noticias a la vez.
—Topper, cierra la boca.
—No —contraatacó por primera vez a William. No tenía miedo de él, tenía miedo de volver a ser el pequeño rubio asustadizo que le aterraba defenderse de él—. ¿Por qué no le cuentas, eh? Dile como me pediste que la siguiera todo el verano, que investigara a los pogues, porque estos sabían donde estaba el oro. Cuéntale como me rehusé e inmediatamente fuiste a donde tu perro faldero, explícale como Rafe aceptó y estuvo siguiéndola.
Después de todo lo ocurrido con el Cameron, no le sorprendía que se hubiera vendido tan fácilmente. Pero sin duda le dolía saber que aceptó el trabajo que su padre le dio... la había traicionado. Pero no podía pasar por alto lo que Topper hacía. Quizás había sido un idiota toda su vida, pero estaba diciéndole la verdad y él se había negado a seguirla y vigilarla.
—Leila, intenté decírtelo... muchas veces. Algunas veces no podía por miedo, y las otra veces estabas con los pogues y no me permitías acercarme —la miró y su mirada, la cual antes era dura, suavizó un poco—. ¿Recuerdas cuando te dije que deberías de disculparte con papá? Pues pensé que si lo hacías, papá dejaría todo esta mierda, pero no era así. Me equivoqué... y pido perdón —sabía que al rubio le costaba muchísimo decir aquellas palabra, lo podía sentir.
