Algo nuevo.

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Nunca, en ningún momento me imagine encontrarme algo tan especial como tu, llevaba mucho tiempo encerrado en mi mismo, y me sacaste de ahí, tal vez estaba estable, pero, eso no bastaba.

Un día voy a tu casa y resulta que tus pupilas estaban dilatadas, oh claro que lo noté, ese día, antes de tomar la moto para irme a casa me mire en el espejo a los ojos, pensaba en ti, claro, ¿En quien más? Y ya existía, me di cuenta de que existía, me estaba enamorando muy intensamente y apenas te decía que me gustabas, dos años hablando... en mi opinión fueron suficientes para saber que estaba enamorado, aunque siendo sincero, de ti me enamoraría aun mas rápido.

Solo tienes que decir... "Hola, ya tengo el Diurex" Como en aquella llamada donde los salvavidas daban respiracion de boca a boca a nuestra luna, donde los bomberos que conseguiste para mí, calmaban los incendios, y donde supe a ciencia cierta que estaba Avellanado y lo que le sigue...

antes de decir "enculado y medio" antes, ya estaba dando el paso, antes de decírtelo ya estaba Avellanado y medio.

Después del primer día que mire tus ojos con esa atención... Regresaba mientras (aunque te parezca inmaduro) quería regresar a ese momento, ese ultimo momento, en el que nunca podíamos despedirnos como nos gustaría, porque existía el riesgo de ser descubiertos, siempre, siempre, regresaba a casa con ganas de más, y no por estar insatisfecho, sino porque me faltaba un beso, tal vez dos. o <tres> pongámosle cuatro...

Nuestras despedidas nunca han sido fáciles, incluso después de colgar enviaba un mensaje diciendo "te amo" y cuando según ya era momento para dormirnos quedábamos chateando 10, 15, 20 minutos más, eso si la llamada terminaba desde el primer momento en que empezamos a despedirnos, pero nunca he dejado de decirlo, Avellaneda te amo.

Y me enamoraba más cuando lo decías sin parar... porque escucharte repetirlo me daba mas certeza, por que repetirlo para ti de por si ya me daba choques eléctricos en la espalda... Ya me hacia sentir esas orugas.

incluso después de la primera vez que nos alejamos por un tiempo, aquella donde mi estabilidad emocional podía lastimarte, no supimos despedirnos, las cosas quedaron pendientes, había dicho que nos veríamos en semana santa y esa semana nunca llegó, aun con la inestabilidad que me cargaba estaba dispuesto a hacer exactamente lo mismo que sucedió después, mirar tus ojos y perderme un rato, volver a mirar y mirar otra vez, hasta que existiera ese momento en que por un segundo perdiera la respiración, y pasó exactamente igual. Pensé que con una vez sería suficiente.

Nunca volvió a ser suficiente.

- Me encanta cuando habla de mis ojos como si fueran los mejores ojos que haya visto, cuando habla de mis escritos como si fuera los mejores escritos que hubiera leído, si ella supiera que sus textos son lo mejor que he leído...

Me encanta cuando me cuenta que la hice sonreír... Porque no existe un momento en que no quiera intentar hacerlo... Aun después de todo estoy seguro de que voy a querer hacerlo, hasta que le duelan las mejillas, voy a querer besarla hasta desgastarnos los labios, quiero que ella sienta que puedo darle el mejor beso de todos, ese que venimos buscando desde hace mucho, de esos besos que nunca se olvidan...

Si ella supiera que quiero seguirla leyendo hasta que hayamos reconceptualizado todas las palabras que existen en el diccionario, hasta que hayamos inventado las suficientes realidades, hasta que se acabe este romance que juré sobreviviría hasta que mi cuerpo pereciera.

Revivir mil veces a Avellaneda, y que ella me reviva mil también...

Si ella supiera que esta distancia me mata...

que apenas he podido sobrellevar un poco mi vida...

Que como se lo dije alguna vez...

Hace mis días más fáciles.

Imagina que tuvimos esa llamada que me debes...

Que acabamos de colgar, que me escuchaste, te escuché riendo.

Y que puedo enviarte un mensaje sin miedo nada.

¿lista?

Una nación llamada como túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora