El 15 de septiembre había viajado a un lugar lejano, muchas carreteras separándonos, y el lugar donde me quedaría no tenía servicios para comunicarnos, a pesar de tener saldo para llamar, no era posible, y como persona social tenía que convivir con mis allegados, por lo tanto era complicado, habíamos platicado un poco durante el día, pero entre Avellaneda y yo nunca ha sido suficiente, siempre salen temas de conversación a medida que las palabras juegan con los conceptos en nuestras mentes.
yo le confesaba a Avellaneda lo difícil que sería para mí si las cosas terminarán abruptamente, mientras ella comentaba que sería una lástima que fuera de ese modo, así que escribí un mensaje antes de despedirme y antes de quedarme sin señal al otro día...
"Me encantas un chingo.
Por si ya no contesto.
Aquí hay poca señal, ya no tengo batería...
Y hay mucho ruido aquí como para enviar un audio...
Quiero decirte que me encanta platicar contigo, cómo ya lo sabes, lo disfruto demasiado, que te voy a soñar hoy, cómo todos los demás días, que te voy a pensar muchísimo, cómo cada segundo lo hago,
Y espero poder comunicarme contigo más tiempo mañana.
Mañana si platicaremos por teléfono si así lo quieres... A mí me gustaría mucho.
Y podré escuchar tu voz...
Aunque si contestas este mensaje con una nota de audio alegraras mucho más mi noche.
Espero que tengas una bonita noche.
Que descanses super rico.
Y por último quiero decir que me enamoras un chingo.
Hasta mañana hermosa."Quién podría imaginar que después de ese mensaje al otro día tendría una resaca tremenda, una muy mala señal de teléfono, y una melancolía inmensa por no hablar con Avellaneda, logró llegar la última nota de audio que escuché como 20 veces, pero gracias a la melancolía, escuchaba todas las notas de audio anteriores, y me enamoraba más de su voz, de manera de hablar, de sus ocurrencias, y la manera de expresar sus pensamientos...
Estuvimos comunicados durante el día, pero a pesar de querer hablar con ella, no era posible...
Con las luces apagadas y sin poder comer por la resaca, me enamoraba de sus audios... Me enamoraba aún más de Avellaneda.- Cuando estoy lejos de Avellaneda hago exactamente lo mismo que ese día, escucho tanto sus audios que incluso hay uno de tres minutos que ya me he aprendido, creo que me equivoqué cuando dije que Gabo García Márquez era mi escritor favorito, más ella sin ser escritora a logrado mover mucho más sentimientos en mi que cualquier otro autor que yo haya leído alguna vez...
Me atrevería a decir que Avellaneda es mi autora favorita, pues junto con ella logré crear conceptos, realidades, escenarios y personajes, lo único que necesita una historia para ser perfecta. -
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Una nación llamada como tú
Roman d'amourCuando el viento sopla dice palabras que nadie más puede escuchar más que tú... Da abrazos, besos, caricias que nadie más podría sentir más que tú... Todas esas palabras lanzadas al aire que el viento lleva hacia algún lugar en específico, tus man...