CAPÍTULO 4

4.1K 587 589
                                    

Ten bajo las escaleras, observando a su hermana sentada en el último escalón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ten bajo las escaleras, observando a su hermana sentada en el último escalón. Alzó una ceja, se inclinó y posó la mano en su hombro, logrando que Lisa volteara a verlo, sin ninguna expresión en particular.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó, sentándose al lado mientras acomodaba los libros que había sacado de la biblioteca del colegio— ¿Otra pelea con Rosé? —Curioseó. No era normal ver a su hermana sin Rosé en la hora de recreo.

— No. —Su mirada bajo a los libros, frunciendo levemente el ceño, pero sin ninguna intensión de preguntar el porqué de tantos. Ten no era conocido por ser alguien disciplinado o estudioso, sino, todo lo contrario.

— ¿Entonces? —Siguió insistiendo, dejó los libros a un lado y apoyó sus codos en sus piernas para poder sostener su mentón en las palmas, volteando ligeramente la cabeza para tener sus orbes puestos en Lisa.

— Tengo que averiguar algo, pero no encuentro una manera sin ser bastante obvia —Reveló a medias, mirando a cada lado de forma disimulada para ver si se encontraba a Lee.

Su misión, averiguar si Hyeri gustaba de chicas o solamente estaba jugando con Rosé. Sonaba mal, pero estaba prefiriendo que fuera la primera opción.

— ¿Te ayudó?

Lisa buscó los ojos de su hermano, sin ninguna pizca de broma cuando los encontró. ¿De verdad la iba a ayudar? Probablemente le pediría algo a cambio y ahora mismo no tenía ganas de hacer favores, sin embargo, no perdía nada.

— ¿Qué quieres a cambio?

La sonrisa de Ten se elevó notablemente. Alzó una mano, en puño, para luego alzar dos dedos—. Quiero que me hagas dos favores.

— ¡¿Dos?! —Su voz sonaba sorprendida e irritada. Ni de broma le debería dos favores a su hermano.

— Sip —Alzó los hombros, dispuesto a decir la primera—. Uno es bastante fácil en realidad.

Lisa entrecerró sus ojos, intentando encontrar alguna maldad en los de su hermano mayor.

— El primero es que me digas que rayos con ese video de Rosé y tú besándose en la azotea del edificio 2B —Más que una pregunta, parecía un regaño. Por otro lado, Lisa reviró los ojos, ya se había olvidado de eso.

— Es noticia vieja —Replicó, sin darle mucha importancia.

— O sea que si...

— Es el ángulo.

— ¿El ángulo?

— Solo nos besamos una vez. —Los ojos de Ten se abrieron como dos grandes esferas, no era lo que había preguntando en sí pero le servía.

ENTRE BROMA Y BROMA | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora