CAPÍTULO 23

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— ¿Lisa? —Yeonjun había regresado, luego de haber salido de su cuarto en todo el día—

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— ¿Lisa? —Yeonjun había regresado, luego de haber salido de su cuarto en todo el día—. No sabía que ya estabas aquí.

La tailandesa reviró los ojos, luego de terminar de verter el agua de la jarra en un vaso. Ya eran las dos de la madrugada, y debido a su garganta seca, tuvo que levantarse del sofá para ir por algo de beber.

— Deberías dejar a tu computadora dar un descanso —Le respondió, para a continuación darle un sorbo a su vaso.

Yeonjun alzó los hombros y pasó por su lado, para sacar un vaso del mueble—. Debería, pero si lo haría... —Cogió la jarra y se vertió agua en su vaso— me aburriría.

Lisa se le quedó viendo a Yeonjun. Era raro, pero de alguna forma atractivo. Quizás de aquí a unos dos años tendría a varias chicas detrás de él, y él no estaría detrás de ellas. Tal vez en la universidad.

Ambos se quedaron en silencio, bebiendo el líquido de sus vasos. No tenían mucho de que hablar.

— ¿Sigues acosando chicas? —Lisa le preguntó. Tenía que saber ese detalle para ver si se llevaría bien con él, durante todo el tiempo que estaría en su casa cuidando a su hermana.

De todas maneras, no guardaba rencor. Ella era consciente que Yeonjun era un buen chico, solo que algo o alguien lo había guiado por mal camino.

— Hm... —El chico se ruborizó un poco. Desde la paliza que le dio Félix, se había cuestionado bastante sus actos—. Ya no. Bueno... —Se puso nervioso cuando Lisa le alzó una de sus cejas, como no creyéndole nada—. Trato. Lo estoy tratando y diría que estoy en un noventa y cinco por ciento.

— ¿Y el otro cinco por ciento? —Se veía interesada en lo que le decía su menor.

— Bueno... A veces, sin querer... Hm. —Apretó los dientes. Estaba sudando frío—. Mis ojos se van a partes indebidas. —Hizo un gesto de negación con sus manos, cuando Lisa le dedicó una mala cara—. Y-Yo... No lo hago con mala intensión. Solo... sucede.

Lisa suspiro, para luego beberse todo el agua—. Esta bien. A veces hacemos las cosas de forma inconsciente, te entiendo. —Esas palabras aliviaron a Yeonjun—, pero eso no quiere decir que al hacerlo, mantengas tus ojos ahí de forma consciente y morbosa.

— ¡No! Claro que no. Apenas me doy cuenta, retiró la mirada.

— Ya veo. —Lisa se mantuvo en silencio unos segundos, a continuación giró y le extendió la mano— ¿Tregua?

El rostro de Yeonjun se ilumino. Cuando supo que Lisa estaría en casa, por todos los días en los que su madre estaría de retiro espiritual, se sintió cohibido. No sabía cómo sería su trato con ella, luego de todo lo sucedido y ahora que ya era consciente de sus anteriores actos.

— Tregua —Le correspondió, para después apretar sus manos y moverlas de arriba a abajo para fortalecer el anuncio de paz.

— Bien. —Lisa hizo una sonrisa sin dientes. Retiro su mano y lavó rápidamente el vaso que usó, todo esto mientras era vista por Yeonjun, quién aún tenía el vaso medio lleno— Buenas noches.

ENTRE BROMA Y BROMA | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora