POV LISA— Pásame el cuchillo. —Mi mamá me pidió y yo no tarde en acatar sus ordenes.
— Aquí está. —Lo hice tan rápido como se me hizo posible. Ella me miró y se rió, por una razón que yo no entendía en lo absoluto. ¿Que se le hacía tan gracioso?
Fruncí ligeramente las cejas, en una pregunta silenciosa para que me dijera el motivo de su risa.
— ¿Tan importante es esto para ti? —Curioseó risueña, en lo que seguía cortando las papas— ¿Acaso vas a pedirle la mano a Rosé? —Bromeó. Ella estaba enterada, no por mis propias palabras, de mis sentimientos. Lo había asumido y sinceramente, entre ella y yo tenemos un no-acordado acuerdo de que las cosas que se ven no se preguntan.
Sentí mis mejillas quemar y por la sonrisa, aún más grande, de mi madre di por hecho que podría ser considerada un semáforo en alto de carne y hueso.
— No. —Fui cortante para que no empezara a bombardearme con sus preguntas. La conocía muy bien y sabía perfectamente que ganas de preguntarme sobre mi relación con Rosé no le faltaban.
Aún que, oficialmente, no estoy en ninguna relación con ella. Nos besamos y actuamos como tal, sin embargo... En definitiva estoy un poco confundida respectó a ese detalle.
— Tu celular está sonando. —Me aviso Ten desde el sofá, sin despegar la mirada del televisión mientras señalaba la mesita de centro.
Me apure y me dirigí a coger mi celular. Mi ojos se abrieron ligeramente del asombro cuando vi el nombre de Chesir en este. No habíamos hablando mucho últimamente, ya que se encontraba preparándose para postular a una universidad de por aquí.
— Hey. —Me tire en el sofá, quitándole a Ten un poco de sus galletas.
— Consíguete las tuyas. —Me arrancó su bolsa de galletas. Entonces, le hice un ademán para que se callara y él solo rodó los ojos.
— Lisa. —Chesir se escuchaba bastante cansada— ¿Estas ocupada?
— Hola. Eh... —Mire hacia el reloj pegado a la pared de la sala. Todavía faltaban cuatro horas y media para que la familia de Rosé llegará— ¿Es muy importante?
— Algo así. Solo quería hablar un rato —Estaba por decirle que podía hacerlo por llamada, pero me ganó— En persona.
Me puse a calcular las horas. Quizás si iba a su casa por una hora y media, me alcanzaría, e inclusive me sobraría tiempo para alistarme. Después de todo, su casa estaba a solo diez minutos en bus.
— Un momento. —Silencie la llamada y me incline hacia el respaldar, viendo hacia la isla— Mamá, ¿necesitarás ayuda?
— No. Ya estoy terminando. —Me respondió luego de ver a todas partes para percatarse de que no faltará nada.
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ENTRE BROMA Y BROMA | CHAELISA
Fiksi Penggemar𝐂𝐋 ⇣ Rosé y Lisa llevan una amistad de años, bromean entre ellas e incluso sobrepasan los límites de una amistad en alguna que otra ocasión, sin embargo ¿cuándo una broma deja de ser broma y termina siendo verdad? • Rosé empieza a experimentar su...