CAPÍTULO 11

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— ¡Me debes estás jodiendo! —Jennie elevó la voz, pero inmediatamente fue callada por los alumnos que estaban en el entorno leyendo sus libros

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— ¡Me debes estás jodiendo! —Jennie elevó la voz, pero inmediatamente fue callada por los alumnos que estaban en el entorno leyendo sus libros.

Reviró los ojos y se pasó una mano por el rostro, parando en su frente mientras ladeaba la cabeza en señal de desaprobación.

Lisa escucho que murmuraba cosas e incluso llegó a escuchar como podría ser su futura muerte.

Había recordado el día anterior entre pequeños flashbacks y posteriormente todo el suceso en uno de sus sueños.

No había entrado a clases por la vergüenza. Apenas piso el colegio, decidió refugiarse en la biblioteca. La idea de que Rosé recordara todo, la estaba carcomiendo.

— Al menos Jisoo no lo sabe, ¿verdad? —Trató de animar a Jennie, aunque solo recibió un bufido de su parte. Cerró la boca y por su bien, mejor espero a que fuera ella quien tomara la palabra.

¿Si sabes que las mejores amigas sólo pueden ser mejores amigas, verdad?

Aquella frase resonó tanto en sus sueños como en los flashback que tuvo por la mañana.

¿La habían dejado en la friendzone?

Mierda, lo habían hecho.

— Lalisa. Dios. ¿Puedes hacerme caso? —Jennie presionó el hombro de la tailandesa, haciendo que esta diera un respingo y volviera a pisar tierra.

— Discúlpame —Colocó un codo sobre la superficie de madera, apoyando su cabeza en su mano entre suspiros— ¿Que me decías?

Jennie intento entenderla, después de todo indirectamente la habían dejado en un nada más que amigos. Eso debió de haberle dolido.

— Nada —Dijo—. Se encogió de hombros mientras ahora era ella la que recordaba como Jisoo había rechazado tener una relación más seria con ella.

Genial. Eran dos frienzoneadas.

¿Y qué hacen las que son frienzoneadas?

— ¿Quieres ir a comer helado? —Jennie mencionó, su vista yendo desde los libros de ficción a los de historia que se encontraban en los muebles enfrente suyo.

— Tendríamos que esperar una hora para que pueda salir —Empezó a explicar, haciéndole recordar que ahora estaba de encubierto en la biblioteca—, si me esperas...

— Me refiero a que vayamos ahora —Jennie la interrumpió, provocando que volteara y le frunciera su entrecejo— ¿Qué? ¿Nunca te fugaste del colegio?

ENTRE BROMA Y BROMA | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora