CAPÍTULO 39

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No olviden leer la actualización de ayer antes de empezar este.

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— ¿Qué harías si te beso ahora mismo? Como en el campamento. ¿Lo recuerdas?

Lisa abrió ligeramente la mandíbula mientras trataba de hacer memoria. Era verdad que cuando fueron al campamento donde se conocieron, eran muy pequeñas. Sin embargo, eso no fue ningún obstáculo para Jia, una niña de su casi misma edad de ese entonces, para hacerles un reto bastante sugerente.

— ¡¿Eh?! —Rosé hizo una mueca de incomodidad cuando Jia le termino de contar el reto a Chesir, quien no parecía inmutada de ninguna manera.

Todos alrededor se miraban entre ellos, como si no pudieran creer lo que habían escuchado. Y con toda la razón, apenas tenían entre diez, once y doce años de edad.

— ¿Dos chicas? Eso es raro. —Mencionó un chico de doce, quien no le hallaba coherencia al reto dado.

Rosé lo miro y lo ignoro inmediatamente, sintiéndose un poco extraña al escuchar la palabra "raro." Suspiró y miró a Chesir, quien tenía que escoger con quien besarse en los servicios por mínimo dos minutos.

— Vamos. "Hazle un pellizco a quien está a tu lado" —Hizo sonar su lengua mientras la sacaba—. Aburrido —Agregó—. En las fiestas de mi hermano mayor siempre hacen eso —Refiriéndose al reto que había dado ella.

— ¿Puede ser con Lisa?

En eso todas las miradas terminaron en la mencionada. La tailandesa se encogió en su lugar y apretó los labios, acción que hacia comúnmente cuando se encontraba nerviosa.

Rosé sintió una sutil presión en su mano, ya que esta se encontraba entrelazada con la de su mejor amiga. Por pura intuición busco enfocarse en Chesir, quien se encontraba en el lado opuesto y las miraba con el rostro más serio que había visto en su corta vida.

Entonces, sus miradas chocaron. Ambas habían peleado tantas veces por la atención de Lisa que hasta en algún momento llego a ser agotador. No iba a olvidar nunca los ojos de muerte que le dedico Chesir cuando consiguió que la tailandesa se sentara a su lado ahora mismo.

— No tienes que preguntar. —Jia alzó los hombros—. Que yo sepa, Lisa no está tomada —Refiriéndose a que no había nadie en el campamento que gustara de la tailandesa, que ella estuviera enterada. Y era raro que ella no supiera, ya que ella era la reina de los chismes en el campamento.

Chesir le levanto de su lugar y camino con paciencia mientras era seguida por los ojos de los demás niños. Le extendió la mano a Lisa y luego se inclinó, tratando de acercar su boca a la oreja contraria—. No tengas miedo. No sucederá nada a menos que quieras tú —La animó. Regreso a su posición inicial, sin dejar de ofrecerle la mano que fue recibida pocos segundos después.

ENTRE BROMA Y BROMA | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora