CAPÍTULO 34

3.4K 526 453
                                    

La quijada de Jennie cayó al piso cuando de un rápido vistazo, buscó a la tailandesa y en vez de encontrarla a ella sola, la vio muy bien acompañada de su amiga

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La quijada de Jennie cayó al piso cuando de un rápido vistazo, buscó a la tailandesa y en vez de encontrarla a ella sola, la vio muy bien acompañada de su amiga.

Y no solo se estaban despidiendo de una forma "normal" ¡Se habían dado un pico! La castaña cayó en cuenta de que ayer, mientras hablaba con Lisa por celular, esta pudo estar haciendo cosas impuras e indebidas.

Hizo una mueca de disgusto y siguió con su celular. No les iba a arruinar la escena que se estaban montando en medio de la entrada.

— Hey. —Escuchó segundos después.

Alzó la mirada y vio a una Lisa totalmente ruborizada y con la respiración irregular, probablamente producto de haber caminado a paso muy acelerado.

— Uy. —Jennie ensanchó un sonría pícara y luego guardó su celular en el bolsillo de su malla deportiva—. Parece que disfrutaste la noche anterior.

— ¿Qué? —El sonrojó llegó a tal nivel que hasta sus orejas empezaron a enrojecerse, cosa rara ya que eso solo era usual entre los hermanos Park.

— Ay. Vamos. Tienes diecisiete. Sabes a lo que me refiero.

— Aún no cumplo diecisiete. Todavía faltan dos semanas.

— ¡¿Dos semanas?! —Jennie exagero en sus expresiones—. Y bueno. Tienes dieciséis. Lo mismo.

— Ay. Cállate y llévame a mi colegio. —El mal humor de Lisa no fue ajeno a la castaña.

— Trátame bonito. Que me tome el tiempo de ir a tu casa, traer tu uniforme y venir aquí solo para que después no uses el uniforme y me trates mal —Se quejó entre puchero que solo hicieron fastidiar aún más a la tailandesa.

— ¿Lo viste, verdad? —Desvió el tema para saber lo que realmente le parecía importante.

— Si. ¿Por? —Alzó una de sus cejas, bastante curiosa. Era obvio de que lo había visto y sabía que ella lo sabía.

— Fue un accidente.

— Si. Dale. Y yo de la nada me acosté con Jisoo ayer mientras sus padres estaban abajo viendo películas.

— ¿Qué?

— Ay. No sé. Yo solo estaba comiendo una fea pizza y de la nada me termine comiendo a mi novia. Lo normal.

— Para. ¿Novia?

— Ah. Verdad. Ayer oficialmente Jisoo me oficializo. Valga la redundancia.

— Me debes cien dólares.

— ¿Qué?

— Apostamos que si antes de medio año Jisoo te oficializaba, me darías ese dinero.

— ¿Crees en Dios?

— Soy budis...

— Que dios te lo pa... qué. ¿Cómo que budista?

Lisa empezó a reírse del rostro de enojo de Jennie, ya que aquella repetitiva broma no le había salido.

ENTRE BROMA Y BROMA | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora