Hades Bach.
Érebo Bach.
Seth Bach.
Nix Bach.
Cuatro hermanos que ocultan secretos tan temibles como el mismísimo infierno.
¿Te atreves a conocerlos?
Créditos de la portada a: @Aughostn
Obra registrada en Safe Creative.
Código: 2103017057970
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Narrado por Charlotte Sellers:
Lanzo una mirada furtiva hacia el pupitre que siempre suele ocupar Hades, está vacío, un día más que ha estado vacío.
Los últimos tres días Hades no ha asistido a clases, eso me ha hecho sentir preocupada y hasta decepcionada. Sus mensajes también se han esfumado. Seré realista cada segundo que no he sabido de él me ha hecho mucha falta, en distintos momentos he querido escuchar su áspera voz, mirar sus hoyuelos cuando sus labios se curvan en una sonrisa y perderme en la profundidad de sus ojos azulados.
Hades es de esas personas que una vez conoces es muy duro sacarlas de tu vida.
¿Cómo es que luego de nuestro primer beso solo decide desaparecer? Esa es la pregunta que ha rondado mi cabeza sin ninguna respuesta.
Enderezo mi cabeza al oír que las puertas del salón se abren y por ellas se asoma el serio rostro de la señorita Betania, la coordinadora de nuestro curso.
—Buenos días, profesor Sergio —saluda al profesor de economía que se encuentra parado frente a la clase.
Los ojos marrones del profesor se entierran en ella, sonriendo.
—Buenos días, licenciada —responde, arreglando sus manos al costado de su cuerpo.
La mujer da un nuevo paso dentro del salón.
Su vestimenta es formal, una falda por encima de las rodillas con un corte de tubo, una camisa holgada mangas largas guardada en la pretina de la falda, tacones en un tono blanco pálido y brillantes aretes colgando de los lóbulos de sus orejas. Su cabello negro se mira muy bien recogido en un moño bien esmerado, su rostro está ligeramente maquillado, sus labios en un matiz carmín y sus uñas perfectamente arregladas.
—Buenos días, jóvenes —pronuncia.
Con su vista recorre cada una de las personas que nos encontramos en el salón.
—Buenos días, licenciada —respondemos varios estudiantes, mientras otros simulan el saludo.
Ya con nuestra respuesta ella suspira y vuelve a tornar sus ojos al profesor.
—¿Profesor, me permite dar una información? —cuestiona.
Sin perder tiempo el profesor asiente.
—Claro. Adelante.
La coordinadora hace un leve movimiento de aprobación con su cabeza regresa su mirada al frente.
—Jóvenes estudiantes, hoy venga a ustedes para informales que esta tarde no tendrán clases —comienza —el motivo de la suspensión de clases en el horario de la tarde se debe a que los coordinadores y profesores tendremos una reunión, por ende, luego de culminar con esta clase podrán volver a sus hogares.
Casi todos los estudiantes que me rodean se maravillan ante tal noticia, la emoción brota por los poros de todos.
Observo como Ethan que está sentado a unos cuantos pupitres delante de mí sonríe con discreción.
