Perfecta Destrucción| Completa ✔️

|37|: Seth Bach

Narrado por Charlotte Sellers:

Sus dedos enredados con los míos, sus ojos cerrados, su respiración es lenta al mismo tiempo que la inocencia inunda sus facciones. Verlo dormir es un verdadero placer. Verlo con esa inocencia en su rostro me hace querer guardar esa imagen en lo más profundo de mi mente.

Mis ojos divagan por cada rincón del rostro de Hades en busca de alguna imperfección, pero no consigo ninguna, aun con un gran moretón debajo de su ojo su cara sigue siendo delicado y tan... único.

Levanto mi mano libre para arrastrarla con cuidado por su cabello negro mientras sigo contemplando su semblante.

—Hades Bach, creo que si nos estamos enamorando —mascullo a la vez que una corta sonrisa se curva en mis labios.

Nunca antes he sentido algún sentimiento de enamoramiento por alguien, pero al sentirlo al sentir como algo dentro de mi estómago revolotea al mirarlo dormir o la paz que me trasmite percibir sus brazos arropándome en un abrazo puedo saber que Hades está causando en mi vida algo muy grande y bonito. Por eso es que me he convencido que tal vez si me esté enamorando de él, ¿y sabes qué? Estoy feliz de que él haya llegado a mi vida, ya que me ha mostrado que no todos hemos sido premiados con un destino tan tranquilo como hasta hace poco pensaba. Hades me ha enseñado que quizás en algunas oportunidad he juzgado a algunas personas sin siquiera conocerlas.

Con mis dedos peino su pelo e inclino mi cabeza depositando un cálido beso en su frente.

—Es hora de que descanses —emito cuando mis labios se separan de su piel.

Un beso en la frente es tan sanador como cualquier otra demostración de afecto; lo sé porque cada vez que mi padre besaba mi frente una tranquilidad albergaba mi alma y todo parecía ir mejor, así que cada que pueda dejaré que mis labios basen su frente.

Con cautela desenredo nuestros dedos, me levanto de la cama y por unos retorno mi vista a su rostro. Es jodidamente atractivo.

Me relamo los labios y sacudo mi cabeza para ya parar de mirarlo. Si sigo contemplándolo nunca me iré.

Desvió mi mirada hacia la jaula de cristal donde ya puedo atisbar la tarántula que ahora sé es una de los seres que más ama Hades. Doy unos pasos más cerca de la jaula y me echo hacia delante para admirarla mejor.

—Hola, pequeña —la saludo con una notable emoción en mi voz —, dedo irme, pero te pediré que cuides a nuestro chico, por favor —.La veo alzar una de sus patas delantera y luego la otra. Eso me hace asentir —. Gracias por siempre estar con él.

Tal vez este algo loca por hablar con una araña, pero después de todo ha sido ella la que ha permanecido al lado de Hades y eso es algo de agradecer.

Enderezo mi postura, agitando mi mano —adiós, pequeña.

Ya despidiéndome de Equidna me giro sobre mi eje y comienzo a andar con dirección a la puerta.