Perfecta Destrucción| Completa ✔️

|31|: Noviazgo

Les traje capítulo antes del tiempo acordado así que merezco muchos comentarios.

Narrado por Casandra Blake:

Estos últimos días he estado muy cerca de Érebo, apenas llega de la universidad pasa a saludarme a la cocina o donde sea que este y con eso me siento tan especial. He descubierto que es mucho más gracioso de lo que imaginé, le gusta escuchar y muy escazas veces habla de lo que le afecta, aunque sé que le cuenta un montón platicar sobre algunos aspectos de su vida y lo respeto. También me he fijado en un lunar que tiene escondido que a simple vista no se ve, solo lo divisas cuando tuerce sus labios a la izquierda al sonreír.

La compañía de Érebo me gusta mucho, me siento segura al hablar con él y siempre término aconsejándolo, así no me lo pida. Lo hago porque sé que nadie habla con él, nadie lo escucha y mucho menos recibe algún tipo de consejo.

Aunque tengo claro que ahora somos amigos, no puedo negar que en varias oportunidades he querido sentir sus labios tibios contra los mismo tiempo que sus manos sujeten mis caderas al pegarme a su cuerpo.

No puedo sentirme mal por su cercanía, todo lo contrario, es el único amigo real que la vida me ha regalado. Varias madrugadas se ha quedado conmigo, escuchándome. Quizás sea cierto que me estoy encariñado mucho con él, pero ya no es algo en lo que piense. Me decidí a vivir el ahora sin importarme que pueda pasar en el futuro.

Tan vez en algún momento nos tengamos que separar, sin embargo me llevaré lo bonito que compartimos.

Me termino de vestir con el abrigo de algodón color marfil, dándome una última ojeada en el pequeño espejo del baño de mi habitación.

Cuando llegue a la mansión el señor Seth me facilito una habitación, ya que supo que no tenía ningún lugar a donde ir. Es un hombre temible, pero también debo agradecerle por acogerme. No he tenido nada, es por eso que sé apreciar lo mucho que me da la vida.

El reflejo que miro en el espejo me agrada. Mi cabello negro cae lacio, enmarcando mi rostro, mis labios hidratados, mis pestañas medianamente levantadas con una pizca de rímel y mis mejillas en un tono rosa por el rubor. Hoy resolví mi vestimenta con unos pantalones al cuerpo, camisa holgada, converse y el abrigo para cubrirme del frío de la noche.

Si, saldré esta noche con Érebo y eso me tiene nerviosa.

Sonrió al espejo para asegurarme de no tener ningún residuo de comida en mis dientes. En eso dos toques en la puerta de mi habitación me indican que él ya está aquí.

Salgo a toda prisa hacia la habitación donde con ligereza agarro el pequeño bolso que siempre uso y guardo las cosas necesarias para salir: identificación, celular, unos cuantos dólares y el brillito para los labios.

Mi pecho sube y baja con mi respiración, me pasa una mano por el cabello para afirmar que mi cabello se ve decente. Camino hacia la puerta que por segunda vez es golpeada. Interrumpo mis pasos al tiempo que mi mano se posa en la perilla de la puerta. Respiro profundamente repetidas veces con la intención de lograr tranquilizar las palpitaciones de mi corazón. Todas las veces que lo veo los nervios me consumen.