Perfecta Destrucción| Completa ✔️

Poema I

Buenas noches, este no es un capítulo. Este es un apartado donde les mostraré un poco de los poemas de Hades, espero les guste la idea. El capítulo nuevo lo tendrán el miércoles.

Ahora lean un poco a Hades...

Poema para Helena:

En tus ojos se miraba lo cansada que estabas, tal vez no la supe ver y mantuve una postura insensible y estoica. Es que eras lo único inquebrantable que se había quedado a mi lado. Eras ese refugio a todos esos apocalipsis que ocurrían en mí y tú estuviste allí, tranquila y con una sonrisa. Cuando tus manos se enrredaban con las mías me transmitías esas fuerzasque a veces me faltaban y levantaba mi cara. Tú, un escudo protector, una pomada a las heridas, una sonrisa que rompía la tristeza.

Tantas veces vi como tus fuentes se rompian en tus cuencas, gotas sin causa resbalaban por tus mejillas hasta empaparte todas las facciones. No tenía palabras para decir, me sentía en una realidad alterna donde el caos era calma y el dolor un sentimiento de felicidad. No quise verte en esa versión más anti-tú, como una niña que llora por no querer quedarse sola, rota, quebrada y herida.

Todos esas veces que te vi romperte no eras una mujer de 40 años, eras una niña abandonada que se rompía sin remordimiento. Eras alguien con escozor en las rodillas por erosión, irritación y sangre; dolor por los golpes y por no tener a nadie a quien abrazar.

Había omitido todo de tu vida, como si no hubieses tenido un pasado antes de mí o no hubiese vivido antes. Perdón por no verlo. Perdón por haber juzgado como madre y no entenderte como humana. Perdón por absorberte. Perdón por quejarme sin darme cuenta que tú también tenías mucho que decir. Mamá, perdón por olvidarte de ti, por mí.

Quisiera verte llorar ahora, que te desplomaras en mis brazos sin poder más y yo abrazarte, darte ese abrazo que tanto necesitaste. Quisiera que escupieras todos esos miedos que te estaban torturando. Quisiera escucharte decir cuán extrañaban a tu madre, que el no saber de tu hermano te estaba matando y como te afectaba haber tomado esas malas decisiones que sin saber te acabarían. Escucharte decir como tu esposo te había hecho tanto daño que nada ya podría repararte. Escucharte decir que ya no tenías más fuerzas. Escucharte decir que todo podía esperar, menos tú, ya no.

Me encantaría haberte contado un bonito cuento. Que me dieras un poco de ese peso que llevabas en tus hombros. Quisiera ser yo el que ahora cure tus heridas.

Mamá, me hubiese encantado ser tu amigo.

Hades Bach.