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JungKook.

Tres meses después.

Mis labios se prendieron a los contrarios, dándole paso a un sin fin de sensaciones que había extrañado inmensamente. Las manos contrarias divagan por todo mi cuerpo mientras nuestras lenguas se entrelazaban entre sí, haciendo que mi cabeza explote de excitación.

El cuerpo contrario me presionó contra la pared con firmeza y movió su pelvis. Inmediatamente sentí la dureza de su erección. Jadeé sin poder evitarlo y llevé mis manos con desespero a la orilla de su camiseta para desprendersela.

—Te eché de menos.—susurra cerca de mi oído.

— Y yo a ti, Tae.

Se aparta de mí con una sonrisa en sus labios; esa sonrisa que lo caracteriza y hace que siempre caiga rendido a sus pies. Jala mi camisa por encima de mi cabeza dejando mi torso desnudo y rápidamente lleva la boca hacía uno de mis pezones.

Jadeo cuando su lengua comienza a hacer círculos y con sus dedos pellizca mi pezón libre. Dios, no me alcanzan las palabras para explicar lo mucho que me prende y hace sentir seguro este hombre a la misma vez. 

Tomo su mentón y lo alzo para poder besarle los labios y es un beso cargado de pasión y de deseo. Es rústico a la hora de pasar sus manos por mi cuerpo y me gusta y excita que así lo sea, sus manos me presionan contra él mientras que su boca sobre la mía me proclama suyo y me esta volviendo loco, así que mi mano comienza a bajar por su torso ansioso de lo que esconde su bóxer. Con los dedos aparto la tela que se interpone y puedo sentir el grueso falo en mi palma, TaeHyung sonríe contra mis labios.

—¿Te gusta lo que tocas, mhm?—Inquiere y yo solo puedo asentir. 

Me separo de su rostro y saco la mano de su bóxer, quiero hacer algo y quiero hacerlo ya. La excitación en mi cuerpo es demasiada, la manera en la que sus ojos se vuelven más oscuros y se dilatan cuando me ve es mucho para mí, así que comienzo a descender sin quitarle la mirada de encima, casi como si estuviéramos en medio de una guerra de miradas. TaeHyung entiende lo que quiero hacer, así que su espalda se apoya en la pared.

Mis rodillas tocan el frío suelo pero le resto importancia, es lo que menos importa ahora. Relamo mis labios y bajo el bóxer liberando la polla que se alza ante mis ojos. Mi boca se hace agua y sin esperar más sostengo su falo con una de mis manos y acerco mis labios a la gruesa polla de TaeHyung. Empiezo a depositar besos llenos de saliva por todo su miembro, deleitándome con el sabor que desprende, con la sensación que es tenerlo a mi disposición. Una de sus manos viaja a mi cabeza y sus dedos se enredan en mis hebras negras cuando paso la punta de mi lengua por su glande, trazando círculos y mi cuerpo se prende aún más, si es que es posible, cuando escucho los jadeos de mi novio. 

Solo lo deseo. Lo deseo tanto que podía derretirme. Nunca antes había experimentando tanta lujuria y deseo hacía alguien como TaeHyung. Llevamos tres meses como novios dónde no desaprovechamos oportunidad para fundirnos en uno solo. La última vez que nos habíamos visto fue hace una semana y ahora, estando ahí, con su grandioso miembro entre mis labios, podía sentir la frustración sexual que había estando desarrollando ese tiempo separados. No sabía por qué sucedía eso, no entendía por qué mi cuerpo lo aclamaba tan seguido, pero era algo que no me desagradaba en lo absoluto. 

Hundí mi boca en él. Era tan exquisito. ¡Tan delicioso y tan mío!. Mi lengua se enredó en su falo, mi boca desprendía hilos de saliva mientras mi boca succionaba y chupaba su polla como si fuera mi paleta favorita. Su mano apretaba mis cabellos empujándome más la polla en mi garganta y ese jodido acto solo me hacía gemir contra él. 

—Que bonito, Koo.—halagó—. Que precioso te ves comiéndotela, tan precioso...

Su voz era grave e imponente, cosa que me encantaba de él. Si tuviera que escribir en una hoja todas las cosas que me encantaban y hacían sentir bien de TaeHyung me quedaría sin espacio; es tan increíble, en todos los aspectos. 

Trate de no hundirme tanto en mis pensamientos y de no ponerme sentimental, Dios, le chupaba la polla a mí increíble novio, pero era imposible no entrar en sentimentalismos. El hombre que tenía delante de mí era jodidamente increíble, me había estado ayudando todo este tiempo. Me ayudó a ingresar en un colegio por las noches dónde podía cursar la secundaria, me ayudó a conseguir trabajo de medio tiempo para poder conseguir mis propios ingresos, me ayudó a tener confianza, consiguió un apartamento para los dos, me acompañó a terapia. Y aunque su trabajo ha hecho que se aparte de mí lado físicamente, jamás me he sentido solo. Son tres meses que se sienten como tres años, me siento pleno y feliz como nunca antes a su lado, y ahora tengo a JiMin también. Todo en mi vida ha mejorado de una manera impresionante, que me hace explotar de felicidad. Y le agradezco a él, a TaeHyung, por no dejarme en paz aún cuando lo trataba mal, o cuando me comportaba extraño. Le agradezco, porque su naturaleza terca me salvó. 

—¿Por qué lloras, nene?—Inquirió preocupado—. ¿Te lastimé? Lo siento mucho.—Y con su pulgar limpió la lágrima que recorría por mi mejilla. 

Me había absorto tanto en mis pensamientos que no noté cuando se corrió y ya no tenía su miembro en mi boca. Alcé la cara y mi mirada se topó con la de él; sentí como colisionaban, como si con tan solo mirarlo ya sabía que iba a estar bien. Sonreí, cálidamente, tratando de que la preocupación se alejara de sus bonitos ojos.

—No pasa nada, Tae...—respondí, levantándome del piso y yéndome contra él para besarle los labios castamente—. Solo que te amo mucho.

Él sonrió también y me envolvió en sus brazos, caminando conmigo hasta dejarme caer sobre la cama. Sentí su peso sobre mí cuerpo y su respiración cálida golpeando mi rostro. 

—Yo también te amo mucho, Koo.—besó mi frente, mis párpados, mi nariz, mis mejillas y por último mis labios—. Y te haré el amor esta noche.

Nudes | VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora