Nudes | Vkook

035

Taehyung tomó la silla donde se sentaría Jungkook y la abrió, dejando que este tomará asiento para después acomodarla un poco, sintiéndose todo un caballero. 

Según las películas, eso era lo que debía hacer un caballero. 

Tomó asiento en su lugar y le dedicó una gran sonrisa a su acompañante. Aquél restaurante, que de ahora en adelante conocería como el de paredes rosas, no era muy elegante. En realidad, era acogedor y sencillo, te daba un sentimiento de tranquilidad. Sus paredes por dentro también eran rosas, pero clarito, casi que tocando el blanco. Parecía que no le hubieran dado un retoque en años. Las sillas y meses eran todas sencillas y de color blanco, el mantel que llevaban iban en juego con las paredes. En las paredes habían cuadros de lo que parecía una familia y alguna que otra pintura que hacía contraste con el lugar por los colores chillones. 

En el centro del local había algo parecido a una pequeña tarima y arriba de está se encontraba un piano de color azabache, reluciendo de lo limpio que se encontraba. Aunque nadie se encontraba tocando. 

El lugar no estaba totalmente lleno pero tampoco totalmente vacío. Era totalmente perfecto para tener toda la privacidad que Taehyung quería.

—¿Qué vas a querer?—Preguntó a Jungkook dejando a un lado el menú.

Jungkook pareció pensarlo mientras hojeaba todas las cosas que ofrecía el restaurante. Al final lo hizo a un lado también y observó el rostro paciente de Taehyung, quién inmediatamente le ofreció una sonrisa en cuanto sus ojos se encontraron. 

—Un pastel de frambuesa y un batido de chocolate.—Le dijo a la chica que había llegado a atenderlos.

—Yo voy a querer una torta de pan y un batido de mango, gracias. 

La chica sonrió amablemente y asintió para después retirarse de allí. 

—¿No crees que nos de un dolor de barriga anormal después de esto?—Inquirió el castaño, levantándose un poco de la silla para sacar su teléfono del bolsillo trasero del pantalón y ponerlo encima de la mesa, recordando que sí lo mantenía así probablemente lo echaría a perder, y aunque sería algo que amaría, tal vez lo matarían por eso. 

No podía perder la comunicación en ningún momento.

—Bueno, tal vez. Pero como dice el dicho, el que tenga miedo a morir que no nazca. 

Ambos rieron. 

—¿Quién dice eso?

—Pues yo, bobis. 

—¡Eres un tonto!

—Shh. Que vulgar eres, niño.—Taehyung picó la frente del menor con su índice y sonrió.

Jungkook formó una ''o'' y cruzó sus brazos en forma de indignación. Y Taehyung pensó que era lo más tierno que había visto en toda su maldita vida. 

—¡Tonto no es una grosería! 

—Ohh.—Él mayor cubrió su boca con su diestra, fingiendo sorpresa.—Debería lavarte la boquita con jabón por ser un niño grosero.

Jungkook miró de manera acusadora a Taehyung y le sacó la lengua a lo que el otro le respondió de igual manera. 

La chica que los atendió los veía de lejos con la orden en una gran bandeja, listo para ser llevado. Pero se había quedado parada, temiendo arruinar aquél momento. Otro empleado del lugar se acercó hasta ella y le dio un suave empujoncito en la espalda, teniendo cuidado con lo que llevaba en la bandeja, para que ella se apresurara a llevar las cosas hacía la mesa correspondiente. Ella se movió y dejó todas las cosas rápidamente sobre la mesa, recibiendo un ''gracias'' por parte de ambos a cambio.